Por la unidad de los pueblos campesinos de montaña

Un Perú dividido

La historia peruana reciente se caracteriza por haber alternado periodos de democracia, de dictadura militar y por el hecho de lidiar con una sociedad profundamente dividida. El sistema político peruano esta tremendamente atomizado, existen 57 partidos políticos y luego de varios períodos presidenciales ha sido imposible formar una bancada de mayoría, ni oficialista ni de oposición.

En Perú existen amplios sectores de la población excluidos, ya sea por motivos étnicos, culturales o económicos. A pesar del profundo debilitamiento de los movimientos subversivos que alguna vez atemorizaron a la población, subsisten problemas de inseguridad, sobre todo en las zonas urbanas.

La Confederación Campesina del Perú CCP nace en respuesta a la concentración de las tierras en pocas manos y la explotación a los campesinos, hoy, además se ha planteado el desafío de insertarse en el sistema político.

De los temas campesinos a la sociedad en su conjunto

En 1947 surge la CCP para recuperar, mediante tomas, las tierras que pertenecían, en ese entonces a terratenientes, para ser entregadas a campesinos. Esta lucha alcanzó su apogeo entre 1964 y 1965, cuando tuvo lugar la reforma agraria, de la cual la CCP fue partícipe.

Una vez alcanzado ese primer objetivo comenzaron a surgir otras necesidades como mayores recursos, créditos, asistencia técnica y alcanzar los mercados. Es allí donde nace un segundo proceso para obtener estas herramientas mediante movilizaciones y protestas, siempre presentado alternativas políticas propias.

El trabajo de la CCP, entonces, se centra tanto en lo agrario como en lo político. El apoyo campesino crece en los años 70 incentivado por sequías e inundaciones que agravan la pobreza del sector y por la violencia política generada por Sendero Luminoso, que ha dejado más de 60 mil muertos, la mayoría campesinos indígenas.

Posteriormente, principalmente con Fujimori, se implementan políticas neoliberales, que agravan la precariedad y exclusión del sector. Cuando Fujimori asume el poder se propone acabar con organizaciones como la CCP y crea movimientos alternativos funcionales a su proyecto. A pesar de todo ello, la CCP ha sobrevivido.

Una agenda andina

La Confederación Campesina del Perú propone una agenda andina, que incluye temas como los TLC, desarrollo agrario y rural, soberanía y seguridad alimentaria, y la defensa de la biodiversidad de la montaña, del territorio, la tierra, sus recursos, el derecho a la producción de hoja de coca y de una integración regional que tenga como eje estos y otros temas que afectan a las zonas campesinas de montaña.

En lo político se propone la profundización de los procesos democráticos, el respeto a los derechos humanos, el repudio al modelo económico, las privatizaciones y la corrupción; y una descentralización efectiva.

Según lo planteado, esta agenda debe tratarse con la flexibilidad necesaria para que puedan incorporarse a estas reivindicaciones la mayor cantidad de organizaciones campesinas o sociales posibles.

La unidad e integración regional como condición para el futuro

Para la CCP, la posible firma del tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos es un paso lamentable en la historia del Perú. Se estima que las importaciones de trigo, cebada, maíz amarillo duro, arroz, carne, leche y la industria avícola tendrán un impacto negativo en la pequeña producción, especialmente en los valles interandinos en la sierra peruana, donde se encuentran alrededor del 70% de los productores campesinos del país.

Se han llevado a cabo una serie de movilizaciones, paros, marchas y encuentros para discutir la problemática que genera el TLC, sin embargo, hoy están concentrados en buscar apoyo a nivel internacional para ejercer presión hacia el gobierno de Perú.

En el trabajo de esta organización, un punto central es la integración con otros movimientos afines, la meta es lograr que desde Chile hasta Colombia se planteen propuestas similares a los problemas comunes que unen a la región. Después de todo, afirma Sanchez, compartimos una montaña, los problemas, los recursos, la defensa y nuestro desarrollo depende de la unión.

Una de las articulaciones en la que participan es la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), en la que participan movimientos campesinos de 16 países de la región que articulan sus propuestas en base a sus similitudes.

En este contexto, en la APMM ha sido posible encontrar numerosas coincidencias, en cuanto a la sensibilidad de los pueblos de montaña que habitan los Andes, como un aliado válido para ejercer presión sobre los gobiernos a fin de lograr los anhelos planteados.