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diálogos, propuestas, historias para una Ciudadanía Mundial

Mujeres indígenas del campo, sembrando una sociedade de justicia y equidad.

Mujeres rurales e indígenas de Chile luchan por la conservación de las semillas y contribuyen a la identidad latinoamericana

Karla URZUA AJRAZ

08 / 2005

Cada pueblo indígena posee diferentes y específicas normas, valores, símbolos y prácticas culturales. Sin embargo, se encuentran unidos por una historia común de dominación, marginalización y luchas reivindicativas. Luchas que vuelven a reproducirse en la era de la globalización.

Hoy, la potencialidad que tienen los movimientos indígenas, es fundamentalmente enriquecer el contenido de las categorías libertad y democracia. Pero también, transformar las dolorosas condiciones de existencia de los grupos étnicos, dentro de un contexto adverso.

Las mujeres indígenas del campo, se han constituido en un frente estratégico para generar un movimiento social con conciencia de clase y políticamente claro. Opuesta al actual mundo competitivo, donde el sentido de la vida tiene un valor monetario, la Asociación de Mujeres Rurales e Indígenas nace primero, por una necesidad de identidad de clase y de trabajo colectivo; y segundo preconiza el poder analizar y mirar la realidad, desde un lugar de procedencia, de comunidad.

Promueven el desarrollo de las mujeres rurales e indígenas a través de diversas actividades: productoras agrícolas, asalariadas, temporeras, crianceras, artesanas, pescadoras y cultoras de folcklor. Recogiendo la diversidad de realidades del mundo rural, ya sea desde el punto de vista étnico, laboral, cultural, geográfico o regional.

Hoy en día, esta organización se encuentra confrontada a dos modelos de agricultura: uno de desarrollo rural y otro de producción de alimentos. El modelo dominante es el agroexportador, basado en la lógica neoliberal, en la mercantilización de la tierra, y de las semillas. Este modelo se guía por el impulso de lucro corporativo y la intensificación de la producción para la exportación. Además, es el responsable de la creciente concentración de tierras, cadenas de producción y distribución de alimentos, en manos de un reducido número de corporaciones.

Frente a esta realidad que reivindica la economía mercantilista, la Asociación ha ido avanzando tanto en términos simbólicos, de reencuentros con la identidad, y en términos prácticos. Con el tiempo han desarrollado talleres, denominados proyectos pilotos como los huertos colectivos, implementados en la Tercera y Octava región de Chile.

El mayor inconveniente enfrentado por estos proyectos es el financiamiento para la mantención y proyección en el tiempo de estos huertos. Es así como se ha hecho visible la feminización de la pobreza en el campo, lo que lleva inexorablemente a estas mujeres a participar en las políticas de producción impuestas por el sistema agrícola imperante, antes que dedicarse al cultivo de subsistencia.

La apuesta de esta agrupación es muy lejana de lo planteado oficialmente por el Estado. En lugar de entregar soluciones preconcebidas, se pretende construir con ellas una solución a sus problemas más urgentes. Para ello, se potencia una participación crítica, constructiva y con propuestas en el debate público, sobre las políticas sociales, culturales y económicas que surgen del poder Ejecutivo o Legislativo. En este sentido, una de las banderas de lucha más importantes de ANAMURI es la implementación de una agricultura orgánica, rechazando las semillas modificadas genéticamente y los alimentos transgénicos.

ANAMURI participa de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC, y de Vía Campesina. Organizaciones que han generado un espacio de formación, además de ampliar la perspectiva de análisis de cómo el modelo económico actual afecta sus realidades. A través de estas alianzas se está construyendo una identidad cultural latinoamericana, y potenciando una integración regional en el contexto del mundo rural. Esta identidad valora el trabajo que desempeñan estas mujeres en la agricultura y considera que la huerta representa una forma de resistencia al modelo agrario imperante; mediante la que es posible recuperar el derecho de los pueblos a acceder libremente a una alimentación sana y nutritiva.

Es importante destacar que, en el marco de La Campaña de la Semillas, se han desarrollado encuentros regionales y nacionales. Generando así, un intercambio de semillas (trafkquintu), de conocimientos, de ideas y culturas. Además, en estas instancias, los participantes del norte y del sur gestan lazos de fraternidad y generan espacios para expresar y compartir experiencias.

Son este tipo de formaciones, la que apuntan al rescate de los saberes campesinos e indígenas, haciendo hincapié en la dimensión de la identificación. Contribuyendo a la integración e identidad latinoamericana, debido a su continuo trueque de conocimientos y sabiduría. Teniendo como principal objetivo, atesorar y difundir la importancia de la semilla, para así amarla y protegerla, en medio de la brutalidad del individualismo y la inconciencia de la sociedad de hoy.

Palabras claves

integración regional, movimiento social, diversidad cultural, organización de mujeres, trabajo de las mujeres, minoría étnica, seguridad alimentaria, identidad colectiva, intercambio de saber, pueblos indígenas


, Chile, América Latina, Santiago du Chili

dosier

Integración regional en América Latina : Chile, Colombia, México

Comentarios

Es importante destacar que este tipo de agrupaciones de mujeres rurales e indígenas debe su cohesión y fortalecimiento, a la amenaza de su propia supervivencia. menaza que se ha dirigido principalmente a sus territorios y semillas. Por lo tanto, al emprender una acción colectiva para hacer frente a la amenaza de la privatización alimentaria, los actores sociales se cohesionan en torno a imágenes que los vinculen y que fortalezcan su identidad colectiva. Es así como, desligados de los sistemas políticos, los partidos o el Estado, se reafirma su identidad étnica y su vitalidad cultural.

Es importante destacar, que las semillas son el patrimonio al servicio de los pueblos de la humanidad. Por lo tanto, el rescate de las semillas naturales libre de la prisión que significa la patentación, se hace crucial en la era de la globalización. Asimismo promover el conocimiento de nuestros pueblos ancestrales en relación con la agricultura orgánica libre de semillas transgénicas, pesticidas, abonos químicos y venenosos, es la vía para integrarse a la vida política y social de un país, que trata de implantar un modelo económico que aumenta las brechas de desigualdad y que feminiza la pobreza.

Esta dinámica cuestiona además el esquema de una nación homogénea, en la cual las mujeres rurales indígenas, dejan de ser una comunidad con identidad propia, para integrarse y asimilarse a la vida nacional como campesinas, clases medias u obreras.

Notas

Véase El correo de las mujeres del campo (ANAMURI), secretariag@anamuri.cl

Intercambio en Reciprocidad (Asociación nacional de mujeres rurales e indígenas) Anamuri Chile.

Identidad Chilena (Jorge Larrain)

Esta ficha fue realizada en el marco del desarrollo de la alianza metodológica ESPIRAL, Escritores Públicos para la Integración Regional en América Latina.

Esta ficha también es disponible en francés: Des femmes indigènes du monde rural sèment les graines d’une société de justice et d’équité.

Fuente

Entrevista

Entrevista a CURIN LLANCAVIL, Ximena, estudiante de Sociología y Directora Nacional de la organización ANAMURI, Mujeres rurales e indígenas. www.anamuri.cl

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