Cuando Eriberto Ventura hablaba en el Seminario Internacional de Cajamarca, en 1988, todos habíamos aplaudido con simpatía y afecto: estábamos emocionados. Después continuó el debate y nadie retomó sus palabras. En un 90 por ciento, éramos todos técnicos, especialistas. En cuanto a los pocos campesinos participantes, la mayoría había adoptado el discurso aprendido en los sindicatos y en las confederaciones y en los proyectos de desarrollo. Eriberto había hablado en español pero su español no era nada más que una traducción literal del quechua hablado en las Rondas Campesinas de Cajamarca: habíamos sentido la emoción del discurso, pero no habíamos comprendido gran cosa de los conceptos vertidos.
Una vez transcritas las palabras de Eriberto, las envié a Ca jamarca donde fueron reproducidas y difundidas. Numerosas reacciones vinieron a manifestar una sorpresa general: « ¡Jamás hubiera yo imaginado que él había dicho todo eso! »
Felizmente, habíamos grabado y, aunque tarde, nos fue posible comenzar a reflexionar, a tratar de entenderlo, a prepararnos para un diálogo mejor. Y esto porque habíamos registrado textualmente a Eriberto.
Existen muchas maneras de registrar los hechos, las ideas, las palabras, pero no todas tienen el mismo rigor ni la misma utilidad. La capitalización prioriza, cada vez que sea posible, la versión textual, pues lo que no es comprensible en el momento mismo del registro puede convertirse en esencial en el momento de la reflexión y de la elaboración del conocimiento, sobre todo cuando estamos confrontando mundos y culturas diferentes.
Esto es algo que ocurre frecuentemente en la capitalización. Dentro de un mismo oficio, la cultura del especialista difiere bastante de aquella del técnico de terreno, sea por el origen social, sea por el medio profesional en que se encuentran inmersos. ¿Qué decir entonces de los abismos que a menudo separan a los campesinos y otros grupos populares de los funcionarios y agentes que trabajan con ellos? ¿Cuánto comprendemos realmente de lo que nos decimos unos a otros?
Así, la capitalización es el momento en que retomamos muchas frasecitas, expresiones, actitudes, que en el calor de la acción habíamos dejado de lado porque salían de nuestras categorías, de nuestros esquemas, de nuestra cultura: de pronto, una de ellas adquiere un sentido que echa nueva luz sobre un conjunto y que nos permite alcanzar un conocimiento anteriormente insospechado. Esto me ha ocurrido infinidad de veces durante capitalizaciones de experiencias.
Prioridad pues al registro textual, sea en nuestros apuntes manuscritos, sea recurriendo a grabadores de sonido o (¿mejor aún?) a la video.
Pero la utilización de medios mecánicos de registro de sonido e imagen no descarta el seguir con viejos hábitos como el de tomar apuntes. Estos ayudarán al trabajo, sea durante la transcripción, sea para continuar actuando mientras se espera que termine ésta. Además, estos apuntes llegarán, a su vez, a ser una fuente « textual »: atestiguarán qué estábamos en condiciones de comprender durante la entrevista o qué nos pareció más importante durante ella. Si los confrontamos luego con la transcripción « textual », encontraremos muchas cosas para reflexionar y aprender, pues muchos « porqués » se pondrán en evidencia.
informação, metodologia, documentação
, Peru, Paises andinas, Cajamarca
Este registro textual es aún más importante cuando se trata de encuentros e intercambios entre semejantes, de técnicos con técnicos, de campesinos con campesinos. Nuestro interlocutor guía en gran medida la elaboración de nuestro pensamiento: la comunicación entre semejantes descubre tesoros diferentes que el diálogo entre no-semejantes. De ahí lo interesante de registrar tales encuentros donde nos contamos la experiencia, e incluso de organizarlos si ellos no se dan espontáneamente.
El Seminario Internacional mencionado ha sido organizado en 1988, en Cajamarca, por el Proyecto Piloto de Ecosistemas Andinos. Las palabras de Eriberto Ventura fueron reproducidas en enero de 1989 en un folleto de 50 páginas, impreso en Cajamarca por el PPEA, con el titulo de « Recursos Naturales y Desarrollo ». Luego en el libro del mismo titulo, editado por Editorial Horizonte / PPEA, en marzo de 1989, en Lima, Perú, 380 páginas.
Traducción de la ficha « Capitalisation : l’importance d’informations recueillies textuelles »