Huancayo 1984 - Cajamarca 1988 : ¿ se pueden capitalizar reuniones ?

Publicar memorias de seminarios, con las ponencias de los conferencistas y las conclusiones de los trabajos de grupo se estaba volviendo una suerte de deporte en América Latina. Esto ayudaba a que los participantes recuerden, a que los organizadores acrecienten prestigio y tengan algo que enseñar a los financiadores, a que los investigadores hurguen y puedan recoger algunas ideas o datos.

Luego de haber participado en el equipo de coordinación de un « curso-taller de formación en comunicación con los campesinos » en Huancayo - Perú en 1984, hice el ensayo de otra forma de aprovechar esta clase de experiencia y estas oportunidades de difusión.

« Sistematizar la experiencia del Curso-Taller, tanto en cuanto al proceso de formación como en cuanto al contenido de comunicación con los campesinos. » Al principio no se trataba más que de reproducir los diferentes materiales presentados o elaborados durante los 12 días de trabajo. Pero, ya que yo me hacía cargo, los colegas estuvieron de acuerdo para asumir otra ambición: sacar de esta experiencia que había sido excepcionalmente densa y enriquecedora todo aquello que fuésemos capaces de extraer.

Para el « contenido », la comunicación con los campesinos, fue (quizás demasiado)fácil: bastaba con retomar los debates y con inspirarme de escritos anteriores.

En cuanto a la conducción del « curso-taller », estuvo inspirada en determinado concepto de la formación y había recurrido a diversas técnicas (en especial la visualización de los debates)que eran entonces bastante novedosas en nuestro medio.

Cada uno de los miembros del equipo había aportado sus antecedentes y capacidades en la materia, cada uno hubiese podido pues « sistematizar » a su manera. Pero una de las ventajas de semejante evento estaba precisamente en que la dinámica de equipo permitía (y obligaba a)confrontar, precisar y profundizar años de práctica.

Una experiencia corta y bien delimitada como el « curso-taller » se transformaba en pretexto y desafío a capitalizar otra experiencia, más amplia y más larga . ¡Sí, se puede capitalizar una reunión, capitalizar a partir de (alrededor de)algún evento puntual pero especialmente revelador!

¿Cómo hacerlo? Por supuesto empecé por la exposición más teórica (antecedentes y propuestas)para, luego de un breve resumen de los hechos, llegar a lo principal. ¿Es decir? No se trataba ni de establecer resultados ni de describir técnicas. Mucho más que todo ello, lo más útil en la experiencia que otro nos brinda es todo lo que toca a la toma de decisiones, es todo lo que permite mejorar las decisiones que la práctica nos exige a cada rato. Me dediqué pues a los procesos vividos individual y colectivamente, entre participantes, en nuestro equipo, todos juntos. Me dediqué pues a los criterios usados para escoger tal o cual procedimiento, tal o cual técnica de trabajo, y también para escoger la mejor forma de emplearlos.

En Cajamarca, en 1988, tuvimos nuevamente una oportunidad de preparar con lujo de detalles un seminario internacional organizado para debatir « recursos naturales y desarrollo » a la luz de las experiencias del Proyecto Piloto de Ecosistemas Andinos (PPEA). Con Grimaldo Rengifo, ya habíamos estado juntos en Huancayo 84. Con Pancho Greslou, el tercer miembro del equipo, teníamos a cargo la publicación final.

Gracias a que había sido capitalizada, la experiencia de Huancayo 84 nos sirvió para una preparación diferente de Cajamarca 88: más allá de las actividades, sus responsables y sus contenidos, nos preocupamos en primer lugar de tratar de prever los procesos y de guiarlos mejor. Las actividades eran organizadas (duración, tono, estructura, etc.)en función de tales procesos.

En cuanto a la publicación posterior, si bien en algo interesaban el enfoque y método de conducción del seminario (hicimos un folleto al respecto), se trataba esencialmente de expresar el capital de crisis, conflictos, encuentros y descubrimientos que estos 5 días ofrecían para los procesos que a cada uno de los participantes, y de los lectores potenciales, le toca vivir en su propio contexto, en su propia práctica. Exposiciones, debates y resultados fueron devueltos integrales al final del tomo. Con Pancho nos preocupamos por introducirlos de manera que cada quien pueda aprovecharlos mejor.

Sólo gracias a la disciplina de rechazar toda categoría analítica previa antes de haber revisado el conjunto de transcripciones (un mes de trabajo)pudimos sentir mejor las voces internas al Seminario y las voces externas de un debate más amplio que se da en los Andes. Recogimos 18 ejes alrededor de los cuales intentamos hacerse encontrar las preguntas y los aportes de estos dos públicos, de estos dos actores.

De hecho desembocamos esencialmente sobre preguntas. Habiéndose ubicado en el proceso general de los Andes, el seminario no había querido forzar respuestas sino más bien ayudar a formular mejor las preguntas para éste « aquí y ahora ».