De cuando los niños nos enseñam a ser mejores

De acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “la infancia es una época especial en la vida de los niños y las niñas, una época en la que su familia y una comunidad más amplia de adultos cariñosos les deben estimular para que aprendan y jueguen. Es un elemento esencial en el desarrollo de futuras generaciones sanas y productivas”.

La promesa explicitada en la Convención sobre los Derechos del Niños no es una realidad para cientos de millones de niños y niñas, ya que no han heredado su derecho a una infancia llena de amor, atención y protección, en un entorno familiar que les ofrezca el aliento necesario para alcanzar su pleno potencial. Es probable, entonces, que cuando sean padres o madres, sus propios hijos correrán el peligro de que les denieguen sus derechos a medida que las amenazas a la infancia, de acuerdo a sus diferentes contextos, se reproduzcan de una generación a la siguiente.

En Chile, desde el siglo XIX se ha concentrado la responsabilidad cultural por la infancia en la preocupación prioritaria por la educación. Ésta ha sido un elemento central en la construcción de una identidad nacional y, por supuesto, en la tarea de formar buenos y concientes ciudadanos.

En las últimas décadas una sociedad en constante cambio y nuevos contextos culturales han generado nuevos desafíos. En Chile, la discusión sobre la educación se había centrado fundamentalmente en la preparación de niños y jóvenes para su integración al mundo laboral y a mercados cada vez más competitivos y exigentes.

Desde la década de los 90 y hasta el 2002 el gobierno de Chile puso en marcha una reforma educacional a fin de adecuar a los requerimientos de la sociedad el currículo educativo. Este nuevo marco esta impregnado de una nueva perspectiva cultural que incorpora explícitamente temas actuales como la creación de una ciudadanía integral, derechos humanos, medio ambiente, igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, respeto y valoración de la diversidad cultural. Además se revaloriza la colaboración de los padres y la comunidad, paralelamente a la escuela.

La participación de niños y jóvenes en instancias de convivencia social aparece entonces como un factor importante para el desarrollo de una infancia sana, tolerante y feliz.

En este contexto, el Movimiento Scout aparece como una instancia de participación e integración. En Chile, se funda en 1909, siendo la primera de América y segunda en el mundo y manteniéndose por mucho tiempo como la organización voluntaria más grande del país.

La idea es ayudar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades físicas, intelectuales, emocionales, sociales y espirituales, para que ocupen un lugar activo y comprometido con la comunidad local, nacional e internacional.

Esta propuesta se basa en el descubrimiento del mundo y sus diferentes culturas, difundir y proteger los derechos humanos y de los niños, educar para la salud, asistir a quien más lo necesita, educar para la vida en familia, proteger el medio ambiente y fomentar una cultura de paz; temas muy sensibles para la reforma educacional y, algunos , presentes en el nuevo currículo.

Desde los 7 años en adelante un niño puede unirse a un grupo scout; en cada parroquia, junta de vecino o colegio puede generarse una agrupación, sólo basta tener una infraestructura que permita el trabajo, luego, debe registrarse con el organismo central, en este caso la Asociación de Guías y Scouts de Chile, para ser miembro de la corporación. Los beneficios que se obtienen son la participación en actividades y los insumos que puedan entregarse para el trabajo.

La Asociación de Guías y Scouts de Chile esta afiliada a la Asociación Mundial de las Guías Scouts y a la Organización Mundial del Movimiento Scout, lo que lo coloca como miembro consultivo de las Naciones Unidas en materias de niñez y juventud. La adscripción a estas instituciones internacionales garantiza el respeto a una misión organizacional común y a una metodología de trabajo.

En la vida de un Scout, una de las experiencias más enriquecedoras es, sin duda, participar en un Jamboree. Éste es el encuentro, a nivel regional (en este caso, panamericano) o mundial de un gran número de Scouts de un rango de edad similar, a fin de conocerse, realizar actividades, competencias, trabajos voluntarios y pasarlo bien.

Los Jamborees se realizan cada cuatro años en algún lugar del mundo. El último panamericano, en San Rafael, Argentina, reunió a 10 mil jóvenes en enero del 2005. Pero sin duda, para la comunidad Scout chilena resulta inolvidable cuando, entre el 27 de diciembre de 1998 y el 6 de enero de 1999 se celebró el 19° Jamboree Scout Mundial, por primera vez en un país de América Latina, Chile, al que asistieron 34.000 jóvenes de 180 países de los cinco continentes.

El encuentro tuvo lugar en la zona de San Francisco de Mostazal, más específicamente en el fundo Picarquín (61 kilómetros al sur de Santiago de Chile). Allí se integraron a una comunidad cercana, O\’Higgins de Pilay, donde realizaron trabajos voluntarios, como la construcción de una vereda en la calle principal o la refacción de la biblioteca del pueblo, y compartieron con los habitantes de la zona. Además, departieron con los niños de la zona en talleres de trabajo, especialmente diseñados para ellos.

A cada Jamboree se le asigna un lema, en el caso chileno fue “Juntos construyendo la Paz”. De esta forma, todas las actividades formativas que se realizan se centran en esta temática. Paralelamente se editan publicaciones periódicas referentes al tema central del encuentro, así como también de salud, educación, respeto al medio ambiente o integración a los discapacitados para que cada grupo pueda usarlos en sus actividades. Incluso existe en la Octava Región de Chile, un grupo scout conformado exclusivamente por discapacitados.

A juicio de la entrevistada, durante los encuentros existe una total integración de sus participantes, toda la organización está dirigida a motivar el intercambio cultural. Los lugares para la instalación de las carpas, por ejemplo, son preestablecidos y pretenden generar la mayor integración entre personas provenientes de culturas totalmente distintas.

Otra instancia muy significativa de la Organización Mundial del Movimiento Scout es el Jamboree Scout Mundial en Internet (JOTI), éste es una reunión Scout internacional en Internet, que se realiza cada año el tercer fin de semana de Octubre desde 1996.

Durante ese fin de semana, miles de Scouts de todo el mundo se conocen y comunican con los demás a través de Internet, usando cualquier tecnología localmente disponible, correo electrónico, programas de chat, micrófonos, scanners y cámaras digitales. Los Grupos Scouts pueden combinar este evento con el Jamboree en el Aire (JOTA), un evento donde los Scouts pueden comunicarse entre ellos usando las frecuencias de radio aficionado con la asistencia del club local de radio aficionados.

Muchas de las comunicaciones suceden a través del correo electrónico y en una red de chat denominada IRC, el Internet Relay Chat (en castellano « Conversación por Turnos en Internet »). El JOTI le permite construir lazos de amistad con Scouts de otros países y para aprender más de sus vidas, además de fortalecer la identidad del movimiento scout y mantenerlo vivo en la interacción constante de sus integrantes. Utilizando las ventajas de Internet estos jóvenes han podido mantener sus lazos sin la necesidad de movilizarse físicamente.

En este sentido, los mismos integrantes del movimiento Scout han sido capaces de mantener una organización dinámica, transversal en cuanto a razas, religiones, culturas y estratos socioeconómicos, no hay grandes dificultades para formar un grupo, y no existe ningún impedimento para acercarse a esta organización.