Eran 14 los candidatos a participar en este segundo volumen en el que se capitalizaría la experiencia del PRIV de Cochabamba en extensión agropecuaria. Ya que no se reunían las condiciones para un verdadero trabajo de equipo, era mejor separar para que cada quien pudiera expresarse a gusto. Pero, por supuesto, ni hablar de publicar un cúmulo de repeticiones inútiles: ¡se necesitaba distribuir la materia y las tareas!
Dialogando con cada uno y en función de una visión de conjunto sobre lo que podría ser útil a los lectores, buscamos estimular ejes particulares que correspondieran a cada experiencia. Era más fácil para los oficios « laterales » y minoritarios (economista, comunicador, pedagogo…) pero ¿cómo hacer con tantos agrónomos y técnicos agropecuarios que tuvieron actividades bastante parecidas?
Algunos formulaban « temas »: la organización campesina, la estrategia productiva campesina… A otros les propusimos centrarse sobre aquellos aspectos en los que tenían una vivencia más específica o más int ensa debido a su historia personal o a su práctica.
Sin embargo, en casi todos los casos, surgía un bloqueo: la puesta en marcha se revelaba laborioso; crecía la frustración.
Sólo logramos desbloquear a los autores cuando supimos (no siempre) explicar bi en las diferencias entre un « tema a tratar » y un « eje de reflexión »; y casi siempre había que superar la idea de « tema a tratar » para que algunos alcancen a producir algo, mientras los demás quedaron al margen.
En lo de « tema a tratar » prevalecía la noci ón de rigor, de un trabajo completo y serio: era el trauma de la tesis universitaria que salía a flote. Se buscaba decirlo todo y cerrar bien el círculo, aún cuando la experiencia en sí no se prestaba a ello, o mal, o todavía no. Por lo tanto había un pie forzado en proclamar conocimientos en vez de escuchar sus propios aprendizajes.
¿El « eje de reflexión » entonces? ¡Pues, el eje gira y se puede girar con él! Ninguna necesidad de pretender decirlo todo: a cada quien según sus ganas y sus posibilidades; se dice aquello que se tiene para decir, ¡y punto! Un « tema a tratar » es percibido como un casillero cerrado que hay que llenar y del cual está prohibido salirse; el eje de reflexión es un centro de atracción y de recepción para todo aquello que uno ha rebuscado un poco por todas partes.
¡Un poco por todas partes! Allí estaba finalmente otro aspecto importante de nuestro eje: ayudaba a centrarse pero no imponía limitaciones. Todos podían entonces ir a visitar los predios del vecino de capitalización y d ecir sus divergencias y hasta sus desacuerdos, si así lo querían y/o si les parecía útil.
¡Qué tal cambio de actitud y de producción cuando uno de nuestros autores comprendió que, si le pedíamos priorizar aquel período inicial que él conocía mejor que na die, no era para impedirle expresar sus críticas sobre algunas evoluciones y prácticas posteriores que él no aprobaba!
¡Qué tal cambio también cuando aquel otro se dio por fin cuenta que su recorrido entre diferentes responsabilidades no lo obligaba a ha cer la « teoría de la cosa » sino que le ofrecía la posibilidad de proponer una imagen muy diferente de la brindada por los especialistas en la materia!
metodología, evaluación
, Bolivia, América Latina, Cochabamba
Algunas reacciones a este estilo de capitalización hablan de dispersión, de la dificultad de encontrar una coherencia que guíe la acción. Al escribir esta ficha se me ocurre una posibilidad de distribuir mejor los roles: critiqué duramente la « sistematización » tal como se practica en América Latina y la había abandonado; quizás podría ser un buen complemento (¿posterior?) de la evaluación y de la capitalización. Si la experiencia se transforma en un capital de conocimiento, habría aún que sacarle provecho, ayudar a invertirlo, y la sistematización se encargaría de ello. Entonces ¿por qué no una distribución (flexible) como la siguiente?
Se evalúan las acciones, los proyectos.
Se capitalizan las experiencias.
Se sistematizan los temas, los métodos.
El PRIV=Proyecto de Riego Inter-Valleses realizado en Cochabamba, Bolivia, entre el Estado Boliviano y la Cooperación Alemana, desde 1977. La capitalización se hizo con apoyo presupuestal de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica, la GTZ. El segundo tomo de esta capitalización (« Del paquete al acompañamiento - experiencias del PRIV en extensión agropecuaria ») tiene ocho autores y fue editado en La Paz en 1994 por Hisbol-PRIV; 204 páginas.
Traducción de la ficha « Capitalisation : plus qu’un sujet à traiter, choisir un axe de réflexion »