¿Existe una metodología especial de trabajo documental para la capitalización de la experiencia? Puede ser. En ese caso falta construirla. Nuestros propios aprendizajes en la materia son todavía muy limitados y muy marcados por las condiciones dentro de las cuales hemos podido trabajar.
De mi parte, es la inadecuación muchas veces comprobada de los sistemas actuales de documentación dentro de nuestros proyectos e instituciones de desarrollo la que me llevó a emprender la búsqueda de otras aproximaciones en función del terreno y de la acción cotidiana. Pero la ausencia de interlocutores de alto nivel dentro del arte de la documentación (que es sin duda más rico que lo que personalmente he encontrado)no permitió el encuentro de esos dos mundos.
Así pues, hemos comenzado a trabajar insistiendo primero en criterios, en prioridades, en necesidades. Eso nos permitió constatar que, para la capitalización, era posible hacer bastante sin conocer a fondo las técnicas de ordenamiento, clasificación, devolución y otras: ¡los hallazgos son tan apasionantes que uno se pone a inventar y volver a inventar a cada instante!
¿Prioridades? Por ejemplo, los propios actores de terreno, es decir los autores de la experiencia, la de ayer, la de hoy y la de mañana. Sus hábito s, sus obligaciones, sus culturas y también sus potencialidades incitan a revisar los métodos usuales para adaptar a ellos la circulación de la información, mientras ellos a su vez adquieren ciertas prácticas y disciplinas.
¿Criterios? Por ejemplo, que l a información vive, que hoy dice ciertas cosas y que mañana dirá otras, que hace falta guardarla textual para sacar partido de ella mañana, pero que también hace falta devolverla hoy mismo para que siga evolucionando, trabajando, viviendo. Por ello los métodos de registro, de clasificación y de devolución deben aplicarse a toda la historia de una información, a todas sus formas.
¿Necesidades? Por ejemplo, el terreno requiere acceder a nuevas informaciones en función de las relaciones más o menos directa s e intensas que éstas tienen con él. La cuadrícula temática frustra a menudo el acercamiento desde el terreno. Clasificación y devolución han de tener esto en cuenta.
Los desafíos son pues innumerables. ¿Cómo hacer para que la documentación de un proyec to pueda ser heredada y realmente aprovechada por la organización popular local? No es casualidad que hasta ahora, al morir un proyecto o una institución, son otros proyectos y otras instituciones los que suelen recoger la mayor parte de su documentación(cuando ésta no fue ya saqueada individualmente por los dirigentes del proyecto o sus empleados).
¿Cómo lograr que la documentación que se ordena para la capitalización sirva para ésta y al mismo tiempo a desarrollar la capacidad de sus autores de terren o de aprovechar en forma más permanente las posibilidades de información y de controlar así el poder correspondiente?
documentación, información, comunicación, metodología, acceso a la información, gestión de la información
, Paises andinas
Más que una metodología especial de documentación para la capitalización de la experiencia, se trataría de ver a ésta como una oportunidad excepcional de reflexionar juntos (documentalistas, comunicadores, capitalizadores…)sobre la base de una adecuación permanente entre las necesidades y capacidades de terreno y las necesidades y posibilidades de manejo de la información. Pues, ¿a qué tantos esfuerzos documentales para la capitalización de la experiencia si luego no son compatibles con otros usos, con otros momentos?
Texto original
El conjunto de las 85 fichas de 1993 sobre « capitalización de experiencias » ha sido publicado como libro por HISBOL en Bolivia, 1995, con el título « La experiencia es un capital: ¿cómo capitalizar la experiencia? »