Rodrigo ALVAYAY, Ricardo LOPEZ
01 / 1994
Al iniciarse el gobierno democrático podía decirse que las ONGs sustituían parcialmente funciones que en el pasado habían sido cumplidas por universidades, orgasnismos de planificación estatal, e incluso partidos políticos. Entre ellas existía una alta expectativa de participación en la gestión gubernamental que comenzaba. De hecho, se realizó una transferencia de personas de las ONGs a cumplir funciones de gobierno. Sin embargo, ello no se tradujo en una alianza entre ONGs y organismos públicos. Es más, la estructura del estado resultó de difícil compatibilización con el trabajo no gubernamental. Desde la nueva adminstración hubo un esfuerzo por revertir esta situación. En octubre de 1991 se creó un comite consultivo ONG-gobierno, pero su composición fue decidida unilateralmente por el gobierno. No obstante, constituyó una iniciativa de alto nivel. Por otra parte, las ONGs buscaron dialogar con organismos sectoriales como son los ministerios de salud, educación, vivienda y agricultura. De esos contactos se logró que ciertas ONGs se insertaran en algunos programas de esas dependencias. Así mismo las ONGs se articularon con el FOSIS, a traves de los concursos que este organismo convocaba, principalmente en líneas no vinculadas a lo productivo. A nivel regional y local se habrió un espacio de diálogo en septiembre de 1992, cuando asumieron alcaldes electos en todas las comunas del país. Sin embargo, la modalidad principal de relación entre las ONGs y el gobierno ha sido la ajecución de proyectos con fondos públicos a traves de concursos y licitaciones. Ambas vías han producido relaciones de competencia entre los postulantes, y han llevado a que las ONGs no puedan constituirse en actores permanentes de las políticas sociales vigentes. Además el estado las coloca en situaciones similares a las de empresas de servicios, a las que se les contrata sólo en función de determinadas necesidades. No obstante, no se puede negar que desde el gobierno hay también un esfuerzo de acercarse a las ONGs -aunque sin alterar hasta hoy el sistema de licitaciones y concursos-. Con este objetivo creó una oficina de enlace entre gobierno y ONGs dependiente del MIDEPLAN, además aprobó un Estatuto Tipo para las ONGs, que permitió regularizar la situación jurídica de muchas de ellas. De esta manera, el desafío para las ONGs lo constituye encontrar la forma de insertarse de la manera más satisfactoria con un estado cambiante, y que fija reglas que no son necesariamentre coherentes con el trabajo no gubernamental.
Para las ONGs sigue siendo prioritario romper con una suerte de círculo vicioso, en el que la necesidad de vincularse con los organismos del estado y sus políticas de desarrollo, choca con las condiciones que le son impuestas desde el estado para llevar a hecho una trabajo conjunto. Romper con esa dinámica significa ur reacomodo recíproco que pasa, entre otros elementos, por un cambio de mentalidad de los actores de esta relación.
Entrevista
LOPEZ, Ricardo, ACCION AG (CHILE)
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