Capitalizar la experiencia es algo diferente de hacer una tesis, de evaluar, de sistematizar, de hacer un estudio, de reconstruir una historia, de recoger testimonios de vida o de hechos. La capitalización aprovecha los aportes de cada una de estas actividades, y al mismo tiempo les ofrece hallazgos que pueden enriquecerlos, pero necesita afirmar su singularidad para exponer sus potenciales.
Existe en cambio una actividad a la cual la capitalización podría ofrecer una nueva dimensión: el proyecto-piloto. Dos experiencias vienen a apuntalar esta posibilidad. La del Proyecto Piloto de Ecosistemas Andinos (PPEA) en Cajamarca - Perú y la del Proyecto de Riego Inter-valles (PRIV) en Cochabamba - Bolivia.
En ambos casos uno de los objetivos oficiales era adquirir conocimientos y experiencias que pudieran servir a otros proyectos. En ambos casos se trataba de elaborar y/o confirmar un modelo de acción. En ambos casos los tropiezos fueron numerosos y no se logró ningún modelo. Sin embargo, en ambos casos, un enorme esfuerzo de capitalización permitió valorizar lo aprendido y dio lugar a muchas reflexiones y pistas útiles para otros.
Un proyecto piloto se caracteriza por una mayor abundancia de recursos (materiales y profesionales)destinados a mejorar el uso de los conocimientos preexistentes, a elaborar otros, a recoger los que surgen de la práctica.
Pero la tendencia general consiste en disponer por separado de especialistas (« internacionales ») que supuestamente detienen el saber necesario y de técnicos ( » nacionales ») que se ocuparán de aplicarlo. Aún si las propuestas de proyectos-piloto siempre hablan de contar con los mejores especialistas nacionales como contraparte de los expertos extranjeros, en realidad casi siempre son técnicos nacionales jóvenes y recién formados los que asumen finalmente el trabajo de terreno y se convierten en simples « aplicadores ». El resultado es un divorcio inevitable entre las propuestas « ideales » de los expertos y las prácticas concretas del proyecto.
¿Convendría entonces suprimir los proyectos-piloto? Un enfoque de capitalización podría enrumbarlos y justificar (¡ampliamente!) su existencia.
Nuestras capitalizaciones usuales intervienen al final, sobre la base de una información parcialmente conservada, casi siempre en a usencia de la mayoría de los actores principales. De esta forma aprovechamos sólo de algunos de los potenciales de la experiencia adquirida. Y rara vez disponemos de recursos como para poner en marcha desde el inicio alguna forma de colecta e interpretación de las respuestas de la realidad (los hombres, la naturaleza, los hechos, etc.). Peor todavía cuando la lógica de proyecto ya impone innumerables esfuerzos de cuantificación para los informes, las evaluaciones, las auditorías.
Los proyectos-piloto di sponen precisamente de dichos recursos. Podrían, entonces, a condición de abandonar tanto la obsesión por el modelo a proponer como la óptica según la cual el experto define y el proyecto ejecuta, dedicarlos a recoger y elaborar los hechos, las vivenciasy las opiniones que surgieran de la experiencia.
Ampliando el trabajo de registro más allá de las informaciones científicas habituales para incluir sistemáticamente las confrontaciones y aprendizajes de diálogo entre, por ejemplo, los campesinos y los té cnicos, los técnicos y los especialistas, entre los diferentes oficios presentes, entre las propuestas de mejoras y las urgencias vitales, entre los múltiples saberes que confluyen o divergen, entre todos los actores (humanos, naturales, espirituales y otros).
Completando lo cuantitativo con lo cualitativo y todas sus subjetividades.
Es en la medida en que el PPEA y el PRIV habían comenzado a hacerlo que sus capitalizaciones pudieron ser más útiles para otras gentes y desafíos. Es en la medida en que pudieron capitalizar sus experiencias que lograron finalmente justificar su carácter piloto.
Peru, Bolivia, Latin America, Cajamarca, Cochabamba
Los proyectos-piloto de la cooperación internacional se asientan en la idea de que el aporte de los mejores expertos debe permitir mejores acciones. Esto seguiría siendo cierto en una óptica de capitalización. Lo que habría de cambiar es la idea del experto-propulsor de soluciones. Pero un experto que sumaría a su saber especializado la capacidad (tiempo, actitud, requerimientos de su empleador, fineza de sus conocimientos) de diálogo con otros saberes y otras gentes sería precisamente ese « alguito » quenecesitaría el proyecto-piloto para enriquecer su experiencia y por lo tanto los aportes de la capitalización.
El PPEA=Proyecto Piloto de Ecosistemas Andinosfue realizado entre 1985 y 1992 en Cajamarca-Perú por el Estado peruano y el PNUMA=Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambienteconfondos del Ministerio Alemán de la Cooperación. El PRIV=Proyecto de Riego Inter-Valleses realizado en Cochabamba-Bolivia por el Estado boliviano y la Cooperación Alemana, desde 1977. La capitalización fue financiada por la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica, la GTZ.
Traducción de la ficha « Capitalisation : une nouvelle approche pour des projets pilotes »