A menudo las mejores capitalizaciones son aquellas que cuentan historias sobre la historia de una experiencia particularmente rica en lecciones. Quiere decir que en toda capitalización hay un importante trabajo histórico que hacer. De hecho muchas de sus actividades (en la revisión de los documentos, en la interrogación de los testigos, etc.) se asemejan al oficio de historiador.
Tenemos entonces que precisar las diferencias entre un esfuerzo de capitalización y la labor de un historiador. Porque, si la capitalización de la experiencia tuviera que ceñirse a todos los rigores de la historia, difícilmente vería la luz del día.
Las divergencias están, en primer lugar, en las relaciones entre el autor y la historia.
El historiador toma distancia frente a su tema y se apoya esencialmente en los hechos y los documentos con el fin de no dejarse arrastrar por su propia subjetividad. Capitalizar la experiencia es tarea de los propios actores y es la subjetividad de sus vivencias la que les da bases para profundizar y captar lo que se puede compartir con sus contemporáneos y sus sucesores. Los hechos y los documentos están ahí como complemento y contrapunto para estimular y mejorar los aportes.
Durante la capitalización del PRIV en Cochabamba pudimos comprobar q ue instrumentos como una cronología o un documento viejo podían ser útiles algunas veces y dañinos otras. Por momentos eran fuente de recuerdos y reflexiones, pero igualmente podían refrenar la subjetividad de los actores cuando los hechos y los recuerdos no coincidían.
En realidad estas divergencias podían ser, por el contrario, motivo de nuevos descubrimientos: « ¿Qué? ¿Y por qué yo lo recordaba de otra forma? » Ese por qué podía llevar a nuevas pistas. Pero a menudo el contraste terminaba en renuncia: Me equivoqué ».
La capitalización sí necesita los hechos, los documentos y de un trabajo importante de archivista más que de historiador, pero sin parar ahí. Ya que lo que le interesa son las lecciones que puede sacar, ahora, de la experiencia, de lo que los actores han aprendido.
Sin embargo, tanto en Cochabamba - Bolivia como en Villa El Salvador - Perú, en lo primero que comenzamos pensando es en un trabajo de « recuperación histórica » o de « reconstrucción de la historia » antes de desembocar en la capi talización como tal. No es casual. Porque existe un doble desafío.
Primero se trata de salvaguardar un máximo de elementos de la experiencia para que las generaciones venideras puedan también aprovecharla. Esa era la preocupación de los viejos campesinos de Cochabamba que tanto lucharon por sus irrigaciones. Esa era la urgencia que sentían los más antiguos dirigentes de Villa El Salvador. Todo esto supone recuperar, acumular, restituir lo máximo posible. Algunas cosas serán interpretadas y utilizadas en lo inmediato, otras tendrán probablemente que esperar un tiempo más o menos largo. Poco importa. Lo que conviene es priorizar el rescate de aquello que corre el peligro de perderse.
Por otra parte se trata de salvaguardar y elaborar lo que la experiencia ha significado como aprendizaje para sus actores, a fin de mejorar sus propios conocimientos y prácticas futuras, a fin también de entrar desde ya a un diálogo más amplio con los demás, enriqueciéndose mutuamente.
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, Peru, Bolivia, Latin America
La gestión de una memoria de experiencias que cubren uno o varios decenios y numerosos actores exige muchos esfuerzos y recursos. Eso es algo que puede ser inmensamente útil para la capitalización y que le puede permitir otra calidad de aporte, pero en la mayoría de los casos los recursos son limitados y es grande el riesgo de perderse en esta gestión de memoria y de no llegar nunca a capitalizar.
Existen pues diferencias entre la capitalización de la experiencia y la reconstrucción de una historia. Cuando ambas empresas pueden asociarse y completarse, ambas ganan, pero deben también aprender a caminar solas si el contexto no se presta a hacerlo todo.
El PRIV=Proyecto de Riego Inter-Valleses realizado en Cochabamba-Bolivia por el Estado boliviano y la Cooperación Alemana, desde 1977. La capitalización fue financiada por la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica, la GTZ.
Traducción de la ficha « Capitalisation : différences avec la reconstruction d’histoire »