Internacionalización de las luchas sindicales

Cuando los representantes del sindicato estadounidense Unite se interesaron por las condiciones de trabajo en la fábrica de Brylane en Indianápolis, estaban lejos de imaginar que esa lucha desembocaría en una innovadora campaña de alcance internacional.

Unite es el mayor sindicato de la rama textil y de las blanqueadoras, y representa a cerca de 250,000 trabajadores de Estados Unidos y Canadá. Unite descubrió que en la fábrica de Brylane había una tasa de accidentes de trabajo 18 veces superior a la media nacional, condiciones de trabajo que no respetaban las normas, y ninguna representación sindical. En octubre de 2001 Unite lanzó una campaña de afiliación al sindicato. Aunque hubo un gran número de afiliaciones, la dirección no sólo se negó a autorizar la creación del sindicato sino que además contrató consultores jurídicos para emprender una campaña antisindical en la fábrica (video antisindical, formación de supervisores para luchar contra las acciones sindicales, intimidación de trabajadores de origen latinoamericano y amenazas de despido). Ante el rechazo sistemático de la dirección de la fábrica a dialogar, Unite emprendió una intensa campaña ante la corporación a la que pertenece Brylane: la transnacional francesa PPR (Pinault Printemps La Redoute). El caso de Brylane es sumamente peculiar, ya que en las otras fábricas de esta corporación en Estados Unidos, los trabajadores crearon libremente su sindicato.

Para luchar contra la campaña de intimidación de Brylane hacia sus empleados, los líderes de Unite, junto con otros activistas, lanzaron un amplio movimiento donde participaron no sólo militantes sindicales sino también organizaciones (cleanclothes, behindthelabel), representantes de las comunidades étnicas, personalidades religiosas y funcionarios gubernamentales. Por primera vez Unite impulsó esta estrategia de alianzas de largo plazo con representantes de la sociedad civil, la cual resultó ser sumamente eficaz.

En el caso de Brylane, Unite concentró sus acciones en las marcas más visibles del grupo PPR, sobre todo las de lujo como Gucci o Yves Saint Laurent. Se llevaron a cabo acciones en colaboración con las asociaciones locales (francesas) y los sindicatos para dar a conocer a los clientes de Gucci la política social del grupo PPR en los Estados Unidos y la negativa a la creación de un sindicato en Brylane. Los miembros de la alianza enviaron más de 51,000 faxes de protesta a la dirección de la corporación, con el fin de ejercer presión sobre PPR actuando a nivel de su imagen de marca.

De lo local a lo mundial

La acción de Unite en torno a Brylane se extendió en todo el mundo hacia las demás marcas y fábricas de PPR. En Europa, se estableció contacto con los sindicatos de las tiendas y fábricas del grupo PPR, y se les integró a la campaña. Se organizaron manifestaciones en Francia (FNAC), en Alemania y en Bélgica con representantes de las empresas locales y delegados de Brylane. También se convocó a las representaciones europeas de los miembros de la sociedad civil, para que se unieran al movimiento.

Partiendo de una acción tradicional en torno a la fábrica de Brylane, la acción de Unite se convirtió en una protesta mundial contra la política social del grupo PPR (que tiene fábricas en Rumania, India, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Pakistán). Las investigaciones realizadas por Unite demostraron que, en contradicción con la declaración de principios éticos del consorcio PPR, las condiciones de trabajo en las fábricas de la corporación en ciertos lugares del mundo violaban las normas internacionales (salarios inferiores al mínimo legal, trabajo infantil, trabajadores no inscritos en los sistemas de protección social, jornadas de trabajo excesivas, oposición a la sindicalización). La estrategia de ataque hacia PPR se enfocó hacia diversos frentes: manifestaciones mundiales, envíos de fax y mensajes electrónicos, acoso de los administradores, información hacia los medios masivos, sensibilización de los empleados de la corporación. Unite también hizo trabajo con los inversionistas y accionistas de PPR. Se les hizo llegar un informe detallando las violaciones de los derechos de los trabajadores en el consorcio, junto con un acoso telefónico sistemático. En cuanto a las acciones en la calle, Unite emplea el "Pickaboo", que consiste en la presencia discreta pero constante de estudiantes, voluntarios de las asociaciones o sindicalistas en la entrada de las tiendas del consorcio, para ejercer presión y hacer constar que sigue concentrándose la atención sobre PPR. Unite amenazó con llevar a cabo acciones significativas durante el período de ofertas y en la temporada navideña.

Los delegados del personal de las empresas de PPR en la Unión Europea, que conforman el Comité de Empresa de PPR en Europa, intentaron responder a las peticiones de Brylane. Este comité de empresa europeo asumió el relevo de las acciones de Unite, lo que permitió coordinar acciones, por ejemplo en la FNAC. Sin embargo, dada la composición del comité de empresa europeo (algunos delegados son nombrados por su empresa), ese comité no puede realmente ser un centro de coordinación para los sindicatos (...).

Esta acción es innovadora en varios sentidos. La acción surgida de una fábrica estadounidense acabó cuestionando a una transnacional francesa (...). A partir de entonces, las acciones reivindicativas son coordinadas por un colectivo que actúa en varios frentes geográficos y temáticos (...). Todavía no se resuelve la situación en Brylane, pero el diálogo está abierto (...).