09 / 2002
Sobre los 4.000 metros sobre el nivel del mar, con una imponente fachada colonial, se encuentra Potosí, que tiene como sello la extraordinaria edificación de templos de gran valor artístico y arquitectónico. Todos enriquecidos con la influencia del estilo renacentista traído de Andalucía y los elementos del arte indígena. Arcos, patios interiores, escaleras y pequeñas fuentes brindan al turista un cuadro que recrea la historia.
Ubicado al sur de la ciudad, a 700 metros de distancia de la ciudad, Cerro Rico es un símbolo de la riqueza y la grandeza de Potosí. Su cúspide se encuentra a una altura de 4824 m.s.n.m., y en su interior se encuentran alrededor de 500 bocaminas que pertenecen a empresas privadas, cooperativas mineras y empresas de riesgo compartido. Estas son trabajadas por la población de Potosí y lugares aledaños, en condiciones todavía infrahumanas, y expuesta a los riesgos del lavado de los minerales.
La historia nos cuenta que esta montaña, conocida con el nombre de SUMAJ ORCKO (Cerro Hermoso), fue de enorme valor ritual en la época del Tawantinsuyo. Esta hermosa montaña fue conocida desde tiempos inmemorables; Huayna Kapaj, uno de los líderes más notables del Imperio Inca, ordenó se explotara la plata o ’Kollque’ y del estaño o ’Chayanta’. El inca cambio el nombre el cerro Sumaj Orcko con el de Potojsí que quiere decir ’que brota, que hizo explosión’. Más tarde esta palabra quechua fue deformada por los SPAes y desde entonces se llama Potosí. En efecto, cuando los Españoles llegaron a esta parte de América, empezaron el saqueo del Cerro Hermoso de Potosí, instaurando un sistema de explotación sobre la población indígena que allí habitaba.
Lamentablemente, los beneficiarios de su explotación jamás implementaron medidas de protección que preserven su estructura física, ni tampoco aportaron al desarrollo regional. Por el contrario, sólo generaron múltiples problemas, como la destrucción de recursos naturales y humanos, además de una fuerte contaminación ambiental.
A partir de 1960, la población civil y organismos culturales iniciaron una serie de acciones encaminadas a la preservación del Cerro Hermoso y de la ciudad de Potosí, con el apoyo de varias organizaciones nacionales e internacionales. Gracias a estas acciones, en 1987, la ciudad de Potosí fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
En 1990, el Cerro Rico fue a su vez declarado Monumento Nacional, a través de Decreto Ley del 9 de noviembre de 1990, cuya reglamentación fue encomendada al entonces Instituto Boliviano de Cultura (IBC) y al Honorable Consejo Municipal de la ciudad.
En 1995, el Voluntariado Infantil de la Sociedad Potosina de Ecología (SOPE), envió una carta al Presidente de la República solicitándole se adhiera a su Campaña de Defensa del Cerro Rico. La mencionada carta reunió firmas de alumnos de diferentes establecimientos del nivel primario de la ciudad, pero nunca recibió respuesta. El mismo año la Sociedad Geográfica y de Historia de Potosí, conmemorando los 450 años del descubrimiento argentífero en el Cerro Rico, organizó el denominado Encuentro Internacional de Historiadores Amigos de Potosí, en el que participaron personalidades culturales de América y Europa, con el objeto de sensibilizar al mundo sobre la necesidad de preservar este monumento natural.
Sin embargo desde el período colonial y hasta nuestros días, la economía potosina ha girado en torno a la minería. La crisis de producción de este sector ha generado la migración de mineros hacia otras zonas del país y hacia otros países. La reconversión económica ha sido un proceso complejo, lento y dificultoso.
Con toda esta riqueza histórica y cultural desaprovechada, finalmente, la municipalidad de Potosí tomó la decisión de diseñar un proyecto de turismo sostenible, como una de las alternativas válidas para reemplazar a la la minería.
La definición del proyecto se basó en la comprensión del desarrollo sostenible como el marco referencial para llevar adelante actividades que procuren el respeto y la preservación de los valores culturales y los recursos naturales para asegurar su disfrute a las generaciones venideras. El proyecto está financiado por la Alcaldía y la población participa activamente para el sostenimiento del mismo. De esta manera, los pobladores han encontrado nuevas formas de ingresos económicos a través de la creación de hosterías, restaurantes y complejos vacacionales como Miraflores, Chaquí, Totora y Rosario, conocidos por sus aguas termales.
Otro atractivo de gran aceptación es la festividad de San Bartolomé Chutillos, realizada en el mes de agosto. Todo esto en un marco de ferias, exposiciones y comparsas que muestran el acontecimiento más rico del folklore potosino. En el evento participan 114 fraternidades identificadas con sus vestuarios. Cada fraternidad tiene por lo menos 150 danzantes, todos con trajes típicos, bordados con hilos de colores y plumas que permiten al turista transportarse a la época precolombina. Los barrios de San Benito, San Roque y San Juan, se organizan en comparsas de ’chutillos’(*) que se dirigen hasta la capilla de San Bartolomé. Existen también tres alférez (personas a cargo de la fiesta) por cada fraternidad. Y entre las comidas tradicionales está el thimpu, preparado con la cabeza de llama, símbolo de agradecimiento a los organizadores de la fiesta.
El proyecto turístico de Potosí empezó hace varios años, y acogía anualmente a un promedio de 11 mil visitantes. Hoy el número de visitas alcanza los 50 mil turistas por año, en su mayoría de procedencia francesa y argentina. El objetivo a mediano plazo es lograr una afluencia anual de 100 mil extranjeros, cuyo gasto promedio por persona se estima en 20 dólares diarios.
Así como Potosí vivió las glorias de la minería en diferentes períodos de la Colonia y de la República, en la actualidad sufre las consecuencias del desmantelamiento de las grandes empresas mineras tradicionales y la necesidad de reconvertir sus actividades económicas.
Su población, permanentemente sometida, ve como una alternativa esta iniciativa de su gobierno local, y asume la posibilidad de un nuevo tipo de desarrollo en el que prevalezca la cultura y la valorización de su historia.
Ficha realizada con base a la entrevista a Héctor Coronel, Concejal Municipal de Potosí, en el marco del Segundo Encuentro de Poblaciones de Montaña del Mundo, realizado en Quito - ECUADORdel 17 al 22 de septiembre de 2002. Para mayor información puede contactarse a la persona portadora de la experiencia : CORONEL, Héctor telf : (02) 6222721 (Perú)
(*)Hombres o mujeres solteros que trabajaban en la mina, y que se los veía habitualmente montados en mulas.
Entrevista con CORONEL, Héctor, entrevista realizada entre el 17 y el 23 de septiembre de 2002
Entrevista
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