El municipio, promotor del desarrollo y de la participación social -2-

Impulso del municipalismo activo.

Conjugando estos elementos, se hace necesario pensar una política municipal que proponga un desarrollo económico y social integral, que tienda a eliminar las desigualdades regionales, de clases y de ingresos y que su compromiso sea promover un crecimiento limpio y seguro basado en el respeto del medio ambiente y en la dignidad del ser humano.

Hacer esto implicaría una capacidad real de gestión y respuesta de los gobiernos municipales; requeriría que desde el municipio se plantee una política de desarrollo y de transformación democrática municipal y de su aparato administrativo, y que desarrolle y fortalezca a la sociedad civil.

Al concebir el municipio no sólo como una conquista del poder formal, sino como un espacio adecuado para mejorar las condiciones de vida de la sociedad y como el esfuerzo de sus habitantes por acceder a una vida digna, estaremos en la tarea de construir un municipalismo en dos sentidos:

1. Movilización y organización ciudadana

2. Acceso a las instituciones sociales para impulsar el desarrollo económico y la transformación democrática del aparato administrativo

Más aún, la lucha por el municipio requiere de trabajo intenso, de diseño de propuestas, de programación de acciones y de estrechos vínculos con la sociedad para la toma de decisiones, de coordinación de tareas y de trabajo conjunto. Diseñar política municipal democrática requiere de planteamientos estratégicos, viables y factibles.

Para ello, es necesario que desde el municipio, espacio apto para atender lo social, lo económico y lo político, se impulsen proyectos económicos de desarrollo que faciliten procesos de producción y distribución equitativa; se fomenten actividades productivas de la localidad; se impulse el papel activo de sus habitantes y de sus autoridades; se plantee como opción democrática de la vida del país; se promueva la asociación de las localidades; se asuma colectivamente el rescate de la identidad cultural, todo encaminado a la generación de una nueva cultura política.

Retos para el municipalismo en México.

Como se conjugan aspectos sociales, económicos y políticos, creemos que las actividades del municipio deberían centrarse en tareas tales como:

1. Buscar la igualdad jurídica y la autonomía municipal en la legislación y, en la práctica ante las dependencias estatales y federales, rescatando la autoridad local ante las políticas de gobierno y las dependencias oficiales. La autonomía local es un derecho que se sitúa en la base democrática del poder y es parte imprescindible para el ejercicio efectivo de los derechos de participación y representación política local.

2. Las decisiones no deben ser tomadas por una sola persona, ha de tomarse en cuenta a todos los equipos y personas del ayuntamiento para echar andar los planes existentes con el respaldo de la población.

3. Superar la visión de la administración municipal como una mera cuestión técnica; hay que tener una visión de dirección, y tomar acuerdos con todos los miembros del ayuntamiento, tomando en cuenta las instancias colectivas de participación.

4. Impulsar el desarrollo municipal como cambios y beneficios de la vida comunitaria, impulsando, fomentando y consolidando la organización y avance de conciencia de la población. Ya que la participación ciudadana puede tener mayor incidencia en las instancias locales más cercanas a sus intereses, de ahí que el municipio sea privilegiado para ello.

5. Al valorar y darle importancia a las formas de participación de la sociedad, se impulsará el control y la gestión municipal, donde la comunidad jugará un papel activo ejerciendo sus derechos ciudadanos y políticos y teniendo una actitud crítica y de acción ante la actuación de su gobierno.

6. Fomentar la consulta popular cuando las decisiones que afecten o beneficien directamente a la comunidad así lo requieran.

7. Crear, fomentar, impulsar una nueva cultura municipal, donde la democracia sea una forma de vida y una actitud cotidiana de la población en su conjunto.

8. Asumir la comunicación con la población como un proceso educativo y de cogestión que sirva para transmitir mensajes, pero también para recoger planteamientos de la comunidad.

9. Ser un ámbito con capacidad normativa propia, de tal suerte que la normatividad local garantice respuestas propias a los problemas de la vida local, pero que también garantice salvaguardar los principios de seguridad, igualdad, de derechos y obligaciones de los ciudadanos.(continua).