Situación de la banca en México

"La banca eficiente y competitiva, palanca del crecimiento económico, que se imaginó el gobierno al reprivatizar 18 bancos comerciales, está convirtiéndose en un verdadero fracaso... A los más de 126,000 millones de pesos que ha gastado para salvarlos de la quiebra -pero que deberá pagar la sociedad entera-, el gobierno se dispone a agregar otros 20,000 millones."

Los deudores hipotecarios, víctimas de la inflación, de los altos intereses y de la crisis, no pueden pagar sus deudas y no hay dinero suficiente que levante a la banca. Lo que hay es:

* Deterioro en la calidad de sus activos, falta de liquidez, capitalización insuficiente, perspectivas de rentabilidad poco halagüeñas.

* Descrédito causado por los escándalos financieros y los fraudes de algunos neobanqueros (incluso acusaciones de la DEA de que en los bancos mexicanos se lava dinero del narcotráfico han empeorado su de por sí mala imagen como "usureros", "agiotistas", deshonestos, fraudulentos y corruptos).

* Incapacidad para preservar el control de las instituciones por parte de mexicanos. El rescate gubernamental ha sido insuficientey los bancos han optado por dejar en manos de instituciones crediticias extranjeras buena parte de su capital (con 16% en Bancomer, 20% en Bital, 24% en Banorte y porcentaje superior al nacional en el caso del Grupo Financiero Probursa y del grupo Inverlat, 70% y 55% respectivamente). Mientras que el Tratado de Libre Comercio establecía que sería hasta el año 2000 cuando la apertura en esa parte del sector financiero sería total, el Presidente Zedillo decidió, en febrero de 1995, introducir reformas al marco legal para que bancos extranjeros puedan participar en esa forma.

* Severos ajustes internos. En tres años, más de 33,000 empleados bancarios se quedaron sin empleo.

* Imposibilidad para cumplir su tarea fundamental, que es prestar dinero. La banca mexicana vive "en esa orilla de la crisis que llamamos límite de subsistencia", dijo J. Madariaga Lomelín, dirigente de los banqueros).

* Crecimiento espectacular de la cartera vencida. No llegaba a los 20,000 millones de pesos a finales de 1992, año en que concluyó la reprivatización (la nacionalización fue decretada 10 años antes, en 1982); al inicio de la crisis desatada por la devaluación de diciembre de 1994, era de 53,500 millones, y ahora es de aproximadamente 160,000 millones de pesos.

El gobierno ha gastado más de 120,000 millones de pesos -el triple de los 40,000 que obtuvo por su venta- para salvarlos de la quiebra.

"Arrastrada por la crisis, la banca no halla sosiego, y el gobierno del presidente Ernesto Zedillo no acierta a encontrar la fórmula para apuntalarla. Desde su perspectiva, lo ha intentado todo, tras los primeros impactos de la crisis devaluatoria, que significaron, para los bancos, deterioro en su liquidez y problemas de solvencia":

* modificar el marco regulatorio y establecer un sistema más estricto de constitución de reservas para créditos en problemas.

* Programa de Capitalización Temporal (Procapte), para los bancos que vieron descender su coeficiente capital/activos por debajo del mínimo exigido (la devaluación incrementó el valor en pesos de los créditos bancarios denominados en moneda extranjera).

* Ventanilla en el Banco de México para que los bancos pudieran obtener créditos en dólares y pagar sus obligaciones con el exterior.

* Intervención para sanear numerosos bancos mexicanos vía Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), p.e. Cremi, Unión y Banpaís, Banco Obrero, de Oriente, del Centro, Interestatal e Inverlat.

* Inyección de dinero a los bancos comprándoles parte de su cartera crediticia; en 1995, doce bancos se acogieron al programa y efectuaron ventas de cartera por más de 67,000 millones de pesos, hasta febrero pasado, Fobaproa había comprado 80,000 millones en cartera de los bancos.

Se ha hablado de "reestatización silenciosa".

* Unidades de Inversión (UDI)con valor constante, indexadas a la inflación, para denominar los créditos y evitar la amortización acelerada que provoca la inflación.

"La elevada inflación del año pasado echó el gozo al pozo": así, 1,000 UDI empezaron valiendo 1,000 pesos, ahora en mayo de 1996, para pagar 1,000 UDI se necesitan 1,500 pesos (en 1995, casi 146,000 reestructuraciones de créditos se hicieron en estas unidades).

* Acuerdo de Apoyo Inmediato a Deudores de la Banca (ADE), para disminuir el impacto de las alzas en las tasas de interés en familias y empresas medianas y pequeñas, con plazos mayores, en créditos de tarjeta, créditos al consumo, empresariales, agropecuarios y de vivienda.

"Con todo y ADE y con todo y UDI, las deudas siguen siendo una pesada carga para personas y familias... En todo 1995, el costo fiscal de los programas de saneamiento financiero... fue de casi 91,000 millones de pesos. Nuevas compras de cartera crediticia de bancos con problemas y nuevos apoyos a deudores hipotecarios incrementarán ese costo, en 1996,... otros 60,000 millones de pesos.

En la convención bancaria celebrada en Cancún a mediados de marzo, Zedillo reiteró su compromiso con el fortalecimiento del sistema bancario, para "respaldar a quienes depositan e invierten sus ahorros u obtienen créditos para sus tareas productivas o para satisfacer las necesidades de sus familias".

La "generosidad" del gobierno con los bancos ha recibido severas críticas. Así, Manuel Espinosa Yglesias, el viejo exbanquero, principal accionista de Bancomer hasta su nacionalización, en 1982, calificó ese apoyo de "injusto" y "denigrante", pues favorecía a los hombres del dinero antes que al pueblo.

El rescate de la banca le ha dado un poco de oxígeno a los bancos, pero a los deudores no les ha ayudado gran cosa.

Con esta situación, la banca misma y el gobierno han propiciado un fortalecimiento de las organizaciones de deudores, encabezadas por El Barzón, que da muestras continuas de su gran capacidad de movilización, tanto en el campo como en la ciudad.

"Antes que desalentarla los programas gubernamentales ADE y el de restructuraciones en UDI, fortalecieron la membresía y la presencia de esas organizaciones. La Unión Nacional de Productores Agropecuarios, Industriales, Comerciantes y Prestadores de Servicios, A.C., mejor conocido como el Barón, tiene formalmente acreditados a un millón de miembros, distrubidos en 872 "barzones" en todo el país y registra diariamente, según su dirigente nacional, Juan José Quirino Salas, el ingreso de cerca de cien nuevos miembros".