Programa mundial de alimentos : un balance

En 1971 el gobierno federal suscribió el convenio PMA/MEX-2764 (ampl-2), con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en ese entonces dependiente de la FAO, ramificación de la ONU.

El acuerdo básico contemplaba proyectos para apoyar el desarrollo económico de zonas de alta marginación. En 1987 el programa quedó a cargo del Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal.

En 1991, el PMA envió a nuestro país un comité de evaluación y, con base en los resultados de su informe, se dio la anuencia para continuar colaborando con el gobierno de México en materia alimentaria. Así se aprobó un paquete crediticio por 48 mil toneladas de alimentos aproximadamente, cuyo monto global, considerando tanto las aportaciones hechas por el gobierno de nuestro país como las del PMA ascendió a alrededor de 36 millones de dólares (20 y 16 millones respectivamente), para un periodo de 5 años.

Operación del PMA/MEX

Con base en el estudio conjunto PMA-gobierno de México, se detectaron 15 entidades de la República con altos índices de marginalidad en algunos de sus municipios, sobre todo en aquellos con presencia de etnias.

En la carta de intención firmada, se incluyeron entre otros, los compromisos de contar con una plantilla de personal para el proyecto, el establecimiento de los dispositivos de recepción, transporte, seguros y acopio de los alimentos recibidos; así como la canalización de éstos hacia las comunidades destinatarias y la garantía de que serían entregados a las mismas.

Objetivos y beneficiarios del programa

Metas:

a)Obras de infraestructura comunitaria, como son la apertura y rehabilitación de caminos, la edificación de escuelas y hospitales, la introducción de agua potable y energía eléctrica.

b)Producción agrícola mejorada, con la utilización de semilla mejorada para aumentar rendimientos.

c)Diversificación de cultivos, encaminada a la producción hortícola en zonas con suelos poco profundos.

d)Rehabilitación de tierras y conservación de suelos, a través de programas de reforestación, la siembra de cerca viva en zonas desérticas y la implementación de cubierta vegetal

e)Manejo y recuperación de aguas, mediante la creación y conseración de azolves para riego (sic), y

f)Capacitación enfocada al trabajo con soya, textiles y agroindustrias consistentes en la siembra, cosecha y comercialización de setas.

El apoyo alimentario se otorga a cambio del trabajo en proyectos que beneficien, con la implementación de infraestructura, a las comunidades.

En 1995 se distribuyeron a los estados de Coahuila y Chihuahua 9,525 ton de alimentos, a Oaxaca con 500 ton y a Veracrúz y Yucatán, con 800 ton cada uno, entre otros. El 60% de los beneficiarios pertenece a grupos étnicos y el PMA/MEX cuenta todavía con 18 mil ton de alimentos que serán distribuídos entre 1996 y 1997.

Procedencia de los recursos

El origen de los alimentos es variado; destacan por su importancia las remesas de carne enlatada de Dinamarca, arenque de Canadá, macarela de Noruega y maíz de EEUU.

Tocante a la adquisición de frijol, EEUU o Canadá envían sorgo de alta calidad, muy cotizado en el mercado mexicano. Este grano se comercializa a través de Fifonafe y con los recursos generados por su venta, se adquiere frijol con la Conasupo, por medio de convenios preestablecidos para ese efecto.

Finalmente, en su más reciente evaluación el PMA de la ONU expresó una opinión muy favorable respecto a la aplicación del programa, señalando que nuestro país es ejemplo a seguir en otros países de Latinoamérica, pues no obstante que se trata de uno de los pocos proyectos que se iniciaron como fomento al desarrollo y no para la satisfacción de necesidades inmediatas, las políticas de administración con que se ha ejercido son dignas de emularse.

Desafortunadamente, nuestro país ya no será sujeto de ayuda alimentaria, debido a la grave situación imperante en otras latitudes como Africa.