Una experiencia familiar, autodidacta, en agricultura diversificada

Una familia campesina, con el apoyo de la Organización para la Promoción Integral Campesina (OPDIC)ha tenido una interesante experiencia de diversificación agropecuaria en la región centro sur del Paraguay (IX Departamento de Paraguari, compañía Comandante Peralta, distrito de Quiindy).

La OPDIC desarrolla actividades de asistencia técnica y capacitación en la zona, para promover granjas que tiendan hacia una agricultura sustentable; trabaja con más de 180 familias.

En 1960, la familia en cuestión, constataba los pocos logros alcanzados en el cultivo del algodón. A punto de migrar, recibió la visita de unos agrónomos, quienes plantearon la conveniencia de diversificar la estrategia productiva.

La primera etapa fue la diversificación de los rubros: maíz, poroto y mandioca. En la segunda etapa comenzaron a cultivar rubros de renta como tomate y calabacita principalmente y otros rubros hortícolas. En la tercera etapa, sin dejar los rubros mencionados, implementaron el cultivo de cítricos e intensificaron la producción de tomate.

La familia ha logrado cubrir todas sus necesidades e inclusive darse algunos gustos, fuera de lo estrictamente necesario.

La base económica descansa principalmente en el cultivo de tomate, pero comprende cultivos de algodón, tabaco, árboles frutalees y cultivos hortícolas. Las frutas en producción son: Cítricos: Mandarina (50 plantas). Pomelo (20 plantas). Naranja (20 plantas). Limón (5 plantas). Piña: 1/4 ha. Los productos de chacra son: Mandioca (1 ha. y media). Maiz (1 ha.). Algodón (7 ha.). Otros rubros productivos de la finca: Miel de abeja: Posee 20 cajones, con 2 producciones por año, un promedio de 10 a 12 litros por cajón. Cultivos forrajeros: Pasto elefante, caña de azucar, destinados para la alimentación del ganado bovino. Producción horticola: Tomate, calabacita, locote, perejil, lechuga. Disponibilidad de animales: 40 ganado vacuno, 60 aves (gallinas, pavo, pato, guinea)

Desde el punto de vista ecológico se observan varios avances. Existe una elevada conciencia del daño que causa la aplicación de los productos químicos (insecticidas, herbicidas, fertilizantes, etc.), si bien algunos se utilizan en pequeñas cantidades, sobre todo para el cultivo de tomate de exportación. Además se maneja muy bien en la finca el ciclo de los controladores biológicos (insectos benéficos), rotación y combinación de cultivos.

En cuanto a la sustentabilidad económica, si bien se trata de una iniciativa familiar, sin una organización campesina o económica que la respalde, sus logros económicos son destacados en lo que hace a la sociedad campesina paraguaya. El jefe de esta familia, el Sr Mancuello, de origen típicamente campesino, es considerado en la localidad como un campesino económicamente sobresaliente; es solvente, tiene vehiculo y maquinaria agrícola, etc.

En lo relativo a la aceptabilidad social, el análisis de esta experiencia se puede realizar tomando 3 etapas: La primera se remonta a la década del 60 cuando la unidad productiva familiar entra en crisis, debido fundamentalmente a diversos factores, tales como: crecimiento del número de miembros de la familia, aumento del costo de vida, agotamiento de la fertilidad del suelo, bajo nivel tecnológico y problemas de comercialización.

Todas estas variables influyeron para que el jefe de la familia estuviera al borde de decidir abandonar la propiedad, en busca de nuevos horizontes. Sin embargo, el contacto con agrónomos extensionistas estimuló la reconversión de la producción de la finca familiar.

Al cabo de unos 15 años se logró pasar de la producción eminentemente algodonera a una producción relativamente diversificada. Concretamente en un primer momento de esta transición productiva hacia la diversificación se avanzo en la experimentación con los rubros de poroto, maíz y mandioca; en el segundo momento se incorporaron la producción de tomate y calabacita y finalmente, se completó la diversificación con el cultivo de cítricos, (de poca explotación en el Paraguay, pero de gran potencial Productivo- comercial)y se intensificó la calidad y productividad del tomate, logrando en este momento acceder a mercados internacionales.

Otro aspecto a contemplar es la viabilidad Cultural: En este punto es importante señalar que desde sus inicios la experiencia comentada no estuv o asentada en una organización campesina. Sin embargo, estaba basada en la red familiar extensiva, la cual mostró una gran motivación e interés por las propuestas introducidas por los extensionistas, tales como la participación más activa de la familia, la diversificación de cultivos, etc. Dicho compromiso se expresa en el hecho de que esta familia trabaja más horas durante el día en relación a otros vecinos, en el cuidado que tienen con el ambiente, (tratando en lo posible de no utilizar productos químicos que puedan contaminar el ecosistema)y en la implementación de nuevas técnicas para mejorar los cultivos y obtener así mejor producción.

En síntesis, el perfil socio-cultural del modelo de trabajo contiene un déficit original en cuanto a organización comunitaria cubierto con una fuerte unidad familiar, una gran receptividad de innovaciones provenientes de los medios de comunicación y extensionistas, las cuales son llevadas a la práctica juntamente con las experiencias propias in situ.

Existen técnicas de cultivos que ya se utilizaban desde tiempos remotos, tales como: eliminar malezas y arar la tierra, etc. Actualmente, con la aplicación de nuevas tecnologías, la preparación del terreno y el manejo de suelo ha tomado otro estadio tecnológico más innovador.

Distintas técnicas y métodos de cultivos se aplican en la finca; plantaciones de Mucuna y cumanda Ybyrai (leguminosas útiles como abonos verdes y como alimento para el ganado)Ybirai); manejo del estiércol; trazo de curvas de nivel y rotación de cultivos. Estas técnicas comenzaron a ser imitadas en la mayoría de las fincas del lugar con muy buenos resultados.