Dos kilómetros hacia el oeste de la ciudad de Otavalo (2.700 m.s.n.m.), en la parroquia de Imbabuela, varios indígenas realizan hace más de 10 años producciones de hortalizas orgánicas. Estos productos los venden en el mercado de Otavalo compitiendo con los productos químicos sin ningun tipo de diferenciación. Los indígenas involucrados en esta actividad no han recibido apoyos institucionales de ninguna naturaleza y actuan únicamente en base a la tradición tecnológica de la zona.
En el caso de Segundo Cruz (joven hortalicero)el sistema productivo que mantiene hace varios años y que le permite vivir de la tierra sin otra fuente de ingresos, es el siguiente:
Cuenta con un terreno de 30x65 metros en la parte "baja" (2.800 m). Adicionalmente tiene acceso a las tierras comunales "altas" (paramos sobre los 3.000 m)en las cuales puede llevar a pastorear sus animales. Además tiene 3 Has de terrenos propios junto a las tierras comunales.
Para la preparación de la tierra usa tracción animal (buey)que la obtiene en alquiler de algun vecino (familiar). Para abonar el suelo utiliza sus 40 borregos que los mantiene en redil en espacios de 4x4 durante tres días, completando el abonamiento de todo el terreno en unas dos semanas.
Paralelamente prepara un almácigo para las semillas de hortalizas y cuando el suelo esta listo realiza el transplante. Siempre procura asociar varias hortalizas para evitar el ataque de plagas, pero no maneja asociaciones "modelo" sino que simplemente junta unas con otras.
Las variedades que cultiva son: coliflor, lechuga, col, culantro, apio, acelga, remolacha, papanabo y zapallo. Además destina siempre un pequeño pedazo de terreno para el cultivo de alfalfa.
Para la producción Cruz utiliza sólo su propia mano de obra con ocasionales apoyos de su esposa. El resto del tiempo lo utiliza para llevar a pastorear a los animales en las tierras comunales.
Según Cruz los rendimientos de las hortalizas se mantienen en niveles similares desde hace varios años y los precios que obtiene por ellas en Otavalo le permiten vivir con su familia sin dificultades económicas.
Asimismo indica que no necesita usar químicos para repelar las plagas porque prácticamente no existen. Recientemente ha notado la aparición de un minador que cree se ha presentado a partir de la instalación de la luz eléctrica en su casa (atrae a las mariposas).
En todo caso para enfrentar problemas de hongos o insectos sabe que puede utilizar varias curaciones vegetales, en especial la ortiga, el guanto y la ruda, a más de la ceniza y el hollín.
El sistema de hortalizas se complementa por el uso de terrenos de mayor altura para realizar cultivos de papa, cebada y trigo. Con ellos Cruz asegura obtener todos los productos necesarios para su alimentación ya que en el mercado adquiere únicamente manteca, sal y a veces fideos, sardina o arroz.
La producción de cebada, papa y trigo la realiza según el paquete convencional, incorporando abonos químicos y haciendo las curaciones necesarias con fungicidas e insecticidas también químicos. Preguntado por qué en esos cultivos no ha dejado los químicos indicó que no lo hacía porque bajan mucho los rendimientos ya que no tiene suficiente majada para abonar los terrenos de arriba (3 Has).
agricultura de subsistência
, Equador, Imbuela, Imbabura
La ausencia de registros no permitio conocer si Cruz, al igual que los demas hortaliceros de la zona, obtiene suficientes ingresos de las hortalizas como para reproducirse con su familia. Tampoco pudimos constatar cuanto contribuyen en los ingresos los cultivos de altura (papa, cebada, trigo)que según Cruz estaban destinados al autoconsumo con muy pequeños excedentes para vender.
Lo interesante es que esta experiencia no ha recibido ningun apoyo institucional y que expresa la permanencia de una tecnología tradicional andina capaz de producir sin depender de insumos externos. Cruz únicamente adquiere en el mercado las semillas de las hortalizas (a excepción del culantro que lo obtiene directamente)que no logra producir de propia cuenta. Claro que este análisis excluye a los cultivos ubicados fuera del pequeño predio hortalicero (papa, cebada, trigo)en los cuales se mantiene la relación con el mercado de insumos químicos.
Otro aspecto que destacar es el hecho de que estas hortalizas sanas compiten en el mercado como productos convencionales, a precios comunes, de tal manera que no están dirigidos a una élite de consumidores.
Ficha del Convenio RIAD-VNU, transferida a DPH por G. Alatorre, GEA-PASOS
CRUZ, Segundo, 1994/06
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