La agroindustria rural:¿ una opción de desarrollo para la mujer costarricense?

Por su contribución al valor agregado de la producción campesina, la generación de empleos y la utilización de recursos locales, la agroindustria ha sido reconocida por muchos autores como un eje potencial para la superación de la pobreza, en zonas rurales del llamado "tercer mundo". Sin embargo, vale la pena preguntarse cuál ha sido hasta ahora la participación femenina en este campo en Costa Rica y cuáles son las principales características de esta participación?.

A nivel latinoamericano, las mujeres se encuentran sumamente integradas a los procesos de producción agropecuaria y de transformación, aunque no siempre de manera formal y visible. Algunas operaciones que requieren de delicadeza manual como la cosecha, selección, limpieza y empaque de productos agroindustriales, son realizados por mujeres rurales.

Mediante el análisis de los datos arrojados por el censo sobre Agroindustria (IICA-CNP (1992), pudo establecerse que, para cinco sectores representativos de la agroindustria rural en Costa Rica: transformación de frutas y hortalizas, raíces y tubérculos, miel de abeja, tapa de dulce y quesos, existen variaciones notables respecto a la presencia femenina. La posibilidad de propiedad de este tipo empresas por grupos de mujeres es muy limitada y está relacionada especialmente con la preparación de conservas y mermeladas de frutas. Este tipo de empresas poseen una serie de problemas relativos a tecnología y equipos, procesos de capacitación y comercialización, especialmente. Otra forma de integracióon femenina a la agroindustria es bajo la categoría de asalariada. En este caso los datos son aún más reveladores ya que, para estos sectores, se encontró que solamente un % de las mujeres empleadas ocupan posiciones de gerencia o dirección en áreas de administración o proceso. La mayoría de las mujeres empleadas realizan tareas de obreras en el proceso de agroindustrialización. Su situación actual, no les permite tener ingerencia sobre el destino o políticas de las empresas y además reciben pocos incentivos por su labor. Excepto en el caso de empresas de tipo asociativo, pudo notarse una poca participación de las mujeres en la dirección de las mismas. Conviene ofrecer a la mujer rural las herramientas necesarias para llevar a la práctica su inclusión en el desarrollo rural por medio de la agroindustria, para lo cual, es imprescindible incorporar aspectos de género, capacitación y acompañamiento técnico adecuado a sus necesidades.