Dentro de las capitalizaciones en las que participé, generalmente priorizamos el recojo de información en forma de palabras y dibujos. Un poco por afinidad y sensibilidad, un poco a causa de los recursos de que disponíamos, un poco en función de los circuitos de difusión a los que teníamos acceso. Por eso uso más a menudo ejemplos y prácticas relacionados con el testimonio oral grabado y con la documentación. Pero existen muchas experiencias que demuestran el potencial de otras formas de expresión y portanto de recojo.
Sería, por cierto, una lástima encerrar la capitalización de la experiencia dentro de tal o cual técnica. Más bien, necesitamos un abanico lo más completo posible, así como técnicas para pasar de una de estas formas a la otra, a fin de confrontar las informaciones, de enriquecer la elaboración del conocimiento, de multiplicar los productos de difusión.
Así, un testimonio oral puede ser transcrito al papel, trabajado y servir luego de base para un programa radial. De la misma manera, los apuntes manuscritos de una reunión pueden desembocar en un guión de video o de teatro, etc.
La base primera para el recojo de información es entonces más bien una actitud abierta y creativa. La segunda es la disponibilidad de herramientas y técnicas que permitan aprovechar al máximo las oportunidades de registro.
La historia de los « mapas parlantes » de la Fundación Colombia Nuestra, en el Cauca de Colombia, es un buen ejemplo de lo que usualmente adviene con innovaciones de esta clase y de lo que podría acontecer con una actitud abierta y creativa.
En el transcurso de un largo proceso de aprendizaje de formas más adecuadas para el trabajo con la población Páez del Cauca, los « solidarios » de la Fundación Colombia Nuestra inventaron, en los años 70, una s uerte de cartografía de la historia local y nacional. Ciertas representaciones fueron ensayadas, trabajadas en conjunto con la población Páez, corregidas, reformuladas… Años de esfuerzo dieron lugar a algunos grandes mapas que, plastificados, circulaban y servían para el intercambio de informaciones y los debates. ¡Eran realmente « parlantes »: hacían hablar!
El producto era atractivo. Fue retomado a comienzos de los años 80, en América Latina, por diferentes organismos internacionales que hicieron de él un instrumento pedagógico bastante clásico: un conjunto gráfico con todos los elementos para « problematizar » la realidad y reflexionar acerca de las soluciones.
Por nuestra parte, más bien intentamos aprovechar las riquezas del proceso de elaboración. Si el producto final del Cauca era tan « parlante » para la población local, era porque ella había « hablado » su fabricación, y lo había hablado porque esta forma de representación gráfica del espacio y del tiempo era muy motivadora.
Buscamos pues la forma de sacar ventaja de ese potencial en hacer hablar de las transformaciones que se dan, en el espacio y en el tiempo, durante la experiencia: sobre una gran hoja que hacía las veces de « fondo de mapa », cada uno pinchaba y explicaba el elemento que acababa de dibujar en un pedazo de papel. Esta elaboración era « parlante », se trataba de encontrar formas de recoger todas sus riquezas: apuntes manuscritos, grabaciones, fotos (incluso las instantáneas que favorecen la memoria inmediata del proceso). Nunca tuvimos grabadora de video pero hubiera podido ser muy útil y apasionante.
De hecho, alrededor del « mapa parlante » conseguíamos al mismo tiempo el recojo de información y el comienzo de elaboración del conocimiento. De hecho, alrededor del « mapa parlante » de saparecían las jerarquías preestablecidas de idiomas, poderes y saberes y todos se ponían a aportar. ¡Qué emoción cuando, en 1986, en un pueblito de los Andes ecuatorianos, las abuelas analfabetas, sentadas en el suelo, se pusieron a dibujar, apoyándose las unas sobre la espalda de las otras, luego se levantaron para pinchar sus dibujos, lanzándose después, casi sin quererlo, a discursos en quechua que decían sus saberes y sus esperanzas!
metodologia, difusão da inovação, comunicação, informação, vídeo
, Colômbia, Equador, Paises andinas, Cauca
Cuanto más abierta y creativa sea la actitud, más vasto es el abanico de medios utilizables y más precisas, minuciosas y rigurosas podrán ser las técnicas de trabajo. Pues uno de los mayores peligros consiste en enamorarse de una técnica que se maneja a la perfección y en querer reducir la realidad, la experiencia y su capitalización a las posibilidades de dicha técnica.
La Fundación Colombia Nuestra (apartado aéreo 11328, Cali, Colombia)acompaña desde los años 70 el movimiento de Autoridades Indígenas del Sur-Occidente y, desde los años 90, el movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia.
Traducción de la ficha « Capitalisation : multiplier les formes du recueil »