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diálogos, propuestas, historias para uma cidadania mundial

Los sin techo. Una experiencia de lucha por la vivienda, en Mar del Plata

Ana Nuñez

2010

Introducción

La ciudad de Mar del Plata está ubicada en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, y tiene aproximadamente 700 mil habitantes. Su singularidad es haber sido creada sobre tierras privadas, transgrediendo la Ley, en 1874. Una ilegalidad fundante que determinó un particular desenvolvimiento urbano, dependiendo de unos pocos terratenientes qué, cómo, dónde y para quién lotear suelo urbano, expulsando históricamente a las fracciones sociales más desfavorecidas, de las áreas centrales, hacia espacios inadecuados para localización habitacional (rocosos, inundables, sin transporte público, sin equipamiento, etc.). Esta violencia, material y simbólica, ejercida por las fracciones sociales dominantes, se complementó con la ausencia histórica de políticas de suelo urbano y habitacionales, por parte de los sucesivos gobiernos locales.

Hoy, entre un 15 y un 20 por ciento de la población de Mar del Plata, habita en 219 asentamientos precarios y villas, dispersos por la ciudad, en situación de extrema pobreza, y fuentes oficiales estiman la cantidad de 11 mil las familias en situación de emergencia habitacional.

En el contexto de la aguda crisis en que se encontraba Argentina en el año 2002, una mesa de diálogo compuesta por distintos actores sociales, confluyó en la necesidad de fortalecer programas destinados a la emergencia habitacional, como una forma de recomposición política y económica, y de contención social, cuya expresión fue el Plan Federal de Construcción de Viviendas, mediante el cual se financiaría, desde el gobierno nacional, la construcción de viviendas para las fracciones sociales más desfavorecidas, a través de distintos programas a implementar por los Institutos Provinciales de Vivienda.

Así surgió en la Provincia de Buenos Aires, en 2005, el Subprograma Bonaerense IX-Dignidad, destinado a “eliminar las viviendas insalubres y el hacinamiento”,que en Mar del Plata sólo se destinó a la construcción de 500 viviendas para la erradicación de los habitantes de la Villa Paso, propuesta que databa del año 1999, pero paradójicamente localizada en una zona urbana de buenas condiciones de habitabilidad, y de alta valorización social y económica. Paralelamente, el gobierno municipal abrió un registro de emergencia habitacional para adjudicar 2.018 viviendas que se construirían en el marco de Plan Federal de Viviendas, financiadas por el gobierno nacional.

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El Sub Programa ¿Dignidad?

“Los pobres son necesarios por sus manos, como trabajadores, pero la ciudad dominada por el mercado no ha sido construida para darles cobijo” (Oscar Pagni, ex Secretario de Legal y Técnica de la Municipalidad de General Pueyrredón, autor del Proyecto de relocalización de la Villa Paso, marzo de 1999).

“Significa cambiar la postal de la ciudad de Mar del Plata y cambiar el desarrollo urbano de barrios importantes” (Concejal Eduardo Salas; Debate sobre el proyecto de Relocalización de Villa Paso, Acta de Sesiones del Honorable Concejo Deliberante, 16/07/99).

Estos dos testimonios ilustran la negación del derecho a la ciudad, en los términos planteados por Henri Lefebvre, a través de una política de erradicaciónrelocalización, autoritaria y alienante, reproductora de la desigualdad y la indefensión social. En efecto, uno de los objetivos de este Sub Programa fue “desarmar ciertos lazos sociales”, lo que motivó que las 500 viviendas se distribuyeran en tres localizaciones diferentes: Barrio Las Heras, Barrio El Martillo, y Barrio Don Emilio, todos con carencia de infraestructura básica de servicios, ausencia de medios de consumo social, escasos medios de transporte público, inundables, etc., afectando así su identidad sociocultural, desatando tensiones, incertidumbre, desarticulación social, y deterioro de las condiciones de vida, por lo que significa un desarraigo forzoso. Asimismo, los conflictos desatados en cada barrio de destino, motivó que el entonces intendente difundiera la consigna de que {los que en cada barrio se asienten tendrán “certificado de buena conducta y averiguación de antecedentes de la policía”}, según relatan los entrevistados.

Un alto porcentaje de las viviendas, fueron adjudicadas todavía sin terminar y con serios problemas constructivos:

“Falta agua caliente, los inodoros están sueltos, hay goteras y humedad. Los calefones tienen serios problemas y la posta sanitaria no está funcionando. Algunos tuvieron que romper las casas para colocar caños”

“Han sacado a la gente de la Villa sin darle nada. Ahora quieren hacer lo mismo con todos los que quedan…” (entrevistas propias)

Sin embargo, en dos de los barrios (Las Heras y El Martillo), la mayor parte del Programa había sido paralizado en el año 2007, cuando las dos empresas constructoras suspendieron las obras, con las viviendas apenas iniciadas, reclamando mayores costos.

Así, el 23 de marzo de 2008, más de 200 familias en situación de extrema pobreza y en emergencia habitacional (foto 3), residentes del Barrio Pueyrredón, lindante a siete cuadras con el Complejo Dignidad del Barrio El Martillo, decidieron colectivamente recuperar este predio con más de 40 viviendas semiconstruidas y abandonadas por la empresa constructora, tras varios años de infructuosa espera, luego de haberse empadronado en el Registro de Emergencia Habitacional, antes citado:

“Intenté tener una vivienda a través de la Municipalidad: tengo el papel, como la mayoría de los que están acá… Supuestamente me iban a dar la casa porque es algo urgente, pero ya pasó un año y acá estoy, sin respuesta…”

“Entre todos hicieron un expediente (…) a ver si podían darme una facilidad para una vivienda a pagar por mes. Ya hace casi 3 años que se mandó la nota y hasta hoy no tuve respuesta…” (entrevistas propias)

“… sin agua, sin cloacas… llueve y se inunda todo, porque justo al lado del puente, justito… estábamos viviendo abajo del puente…”

Pero la brutal represión policial motivó que regresaran a su barrio de origen, ese mismo día. No obstante, la autodenominada Junta Vecinal Los Sin Techo, comenzó un proceso de reorganización con diferentes actividades como movilizaciones, reunión de firmas, entrega de petitorios y otras iniciativas en la búsqueda de alguna solución concreta a su problema habitacional.

Luego de un año, el 15 de enero de 2009, con un gran apoyo de una red solidaria y muñidos previamente de un recurso de amparo de la Justicia, 54 de aquellas familias reingresaron al predio. Sin embargo, el mismo día, la empresa constructora a cargo del conjunto denunció “delito de usurpación”, justificando así la imposibilidad de continuar la obra, siendo que había sido abandonada durante el 2006, como ya se dijo, por problemas de costos.

Pero la ocupación del predio no se limitó sólo al reclamo por una vivienda, sino que comprendía un proyecto autogestivo de mayor envergadura, como lo demuestran el desarrollo de huertas comunitarias y la relación con grupos culturales, de artistas, universitarios, docentes, trabajadores y trabajadoras, organizaciones sociales y los propios vecinos de la zona, que apoyaron las iniciativas de los Sin Techo, con talleres de alfabetización, apoyo escolar, sexualidad, y periódicas movilizaciones por la ciudad. En otras palabras, la recuperación de esta espacio trascendía el inmediato Derecho a la vivienda, y bregaba por el Derechoa la ciudad, en el sentido que rescataba el valor de uso del espacio; primaba la apropiación por sobre la dominación, como propone Lefebvre. Era la reconstitución de un conjunto de derechos inalienables: la vivienda, la salud, la educación. Movilización en reclamo del derecho a la vivienda, Mar del Plata, febrero de 2009.

El desalojo

El día 10 de abril de 2009, se conoció la sentencia del inminente desalojo del predio recuperado, que se realizaría el día 17. Así, desde la jornada del 16 se organizó el “acampe por la dignidad”, y la resistencia al desalojo, en las que confluyeron distintas organizaciones sociales, estudiantes, profesionales, artistas, etc. Finalmente, el 17 de abril de 2009 se realizó, con brutal represión por parte de las distintas fuerzas, el desalojo del predio. Desalojo que fue inconstitucional, pues sólo se cumplió uno de los puntos de todos los que había estipulado el Juez que debían cumplirse para llevarlo adelante: no llovía. Por lo demás, la Fiscal de turno que dio la orden se retiró antes, no había ambulancias suficientes, el personal policial superaba con creces la proporción respecto de la población a ser desalojada y no estaba identificado, entre otras irregularidades.

Pasaron largas cinco horas en las que representantes de los Sin Techo, los abogados defensores y quien esto suscribe, como responsable de los informes sociohabitacionales presentados a la justicia, intentamos exponer ante los distintos fiscales, la inconstitucionalidad del desalojo. Pero la sumatoria de órdenes que construyen el orden urbano, dispararon las armas de la represión, en un acto aleccionador y disciplinador de la sociedad:

“…fue tal el ensañamiento de la policía, nos trataron como animales, lamentablemente tuvimos que abandonar nuestro barrio, hasta 15 cuadras nos corrían. Ya no era sólo las casas… No les interesan las vidas humanas. Nos quieren matar como perros, destruyeron nuestras cosas, rompieron las puertas que nosotros las hicimos con nuestro esfuerzo. La empresa es una más de toda esta corrupción de mierda que hay. Quieren venir a matarnos como ratas y eso es lo que hicieron” (entrevista a Adriana).

Las familias se ubicaron donde pudieron, en la casa de algún vecino o familiar, pero la gran mayoría lo hizo en el Centro Cultural América Libre, espacio recuperado en el año 2006 pero que no está preparado ediliciamente para albergar a tantas personas. Pero el predio quedó desocupado

“Primero y principal, te piden identificación, y si no tenés dirección donde dejar las cosas, no te la dejan retirar de acá adentro. Y si no tenés flete, tampoco. Así se dijo ahí… (entrevista propia).

A partir del día siguiente, se organizaron acciones directas durante toda la semana: marchas, movilizaciones, escraches, diversas actividades artísticas, etc. reclamando una pronta solución. Así se logró, después de unos 15 días, la apertura de una Mesa de Trabajo con representantes de los Sin Techo, del campo político burocrático, concejales de los distintos bloques y quien esto suscribe, para analizar las propuestas mediatas e inmediatas para las familias.

A cuatro meses del desalojo, se conquistó la cesión de 41 terrenos linderos al predio recuperado; cinco viviendas del Plan Federal para las familias que les correspondía por puntaje según el Registro de su situación socio-habitacional, un subsidio para 19 familias para afrontar un posible alquiler temporario, y el financiamiento del gobierno nacional para la construcción de 41 viviendas, de dos y tres dormitorios, a construir por distintas cooperativas de la ciudad, proceso que, hasta el 15 de septiembre de 2009, no ha comenzado.

Reflexiones finales

El derecho a la ciudad no se trata de un derecho natural, ni siquiera contractual, dice Lefebvre. Significa el derecho de todos los ciudadanos a figurar en todas las redes y circuitos de comunicación, de información, de intercambios, todo lo cual depende de una propiedad esencial del espacio urbano: la centralidad. Ese derecho, proclama la crisis inevitable de los centros basados en la segregación; significa la reconstitución de una unidad espacio-temporal, de una unión.

Para ello, se torna imprescindible recuperar la voz del habitante, sus prácticas y representaciones y las relaciones sociales que se entretejen con y en el barrio; se necesita una perspectiva relacional e histórica, situando las experiencias del habitar, y no la ilusión urbanística del hábitat. El espacio del habitar son gestos, recorridos, cuerpo y memoria, símbolos y sentidos, contradicciones y conflictos entre deseos y necesidades.

En los procesos descriptos aquí, primó, desde las prácticas sociales, la apropiación de un bien de uso, desplazando la tensión entre legalidad y legitimidad.

Pero fue criminalizado por el orden hegemónico, sustentado en el disciplinamiento de la propiedad privada. Un derecho real que expresa la dominación, y entra en contradicción con el derecho social a una vivienda digna, pero cuyos resquicios nos permiten resistir y luchar hasta lograr una ciudad igualitaria y justa.

Palavras-chave

direito à moradia, moradia espontânea, moradia urbana, exclusão pela moradia, exclusão urbana, pobreza, gestão urbana, política urbana, iniciativa cidadã, participação dos moradores, conflito urbano


, Argentina

dossiê

Direito a Cidade

Notas

Este articulo se puede leer en inglés y en portugués

Fonte

Texto original

Referencias:

Lefebvre, Henri: El derecho a la ciudad, Barcelona, Ed. Península, 1969.

Lefebvre, Henri: Espacio y política. El derecho a la ciudad II, Barcelona, Ed. Península, 1976.

Núñez, Ana: “Informe socio-habitacional de las familias del Bº Pueyrredón”, en Revista De acá, año III, núm. 29, mayo de 2009, pp. 12-18.

Comunicados de Prensa Junta Vecinal Sin Techo, www.mdpsintecho.blogspot.com

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