Toda una vida dedicada a la economía de subsistencia. Un círculo vicioso que se antoja perverso y degenerativo para los campesinos y pequeños productores de cannabis en la región Norte de México.
01 / 2009
La producción de Cannabis - cáñamo o marihuana- en el Estado de Durango, Norte de México, ha perdurado por décadas como consecuencia de la falta de políticas de Estado para la generación de empleo y la transformación productiva de la región; en adición, el salto a escena del Estado mexicano en temas de producción, transformación y comercialización de productos psicoactivos derivados del cannabis se ha enfocado básicamente en acciones de erradicación de cultivos sin acompañamiento de programas de desarrollo que brinden alternativas reales a la población.
Haciendo uso de la historia reciente, se identifica la década de los 70‘s como crucial para los movimientos campesinos y populares en Latinoamérica, pues se experimentó una devastadora política represiva y opresiva -la Operación Condor- que consistió en diversos operativos diseminados por el continente encaminados a la práctica del terrorismo de Estado contra movimientos populares. Al Estado de Durango llegó en forma de criminalización de los productores de cannabis y erradicación forzada de sus cultivos; acción que dio resultados por los 10 años siguientes, extinguiendo cultivos y dificultando el acceso a semillas, redes de compra-venta y distribución; todo esto debidamente acompañado de fallidos intentos de reconversión productiva de la zona.
Actualmente la subsistencia de los pobladores de la región se centra en la producción local de productos alimenticios de autoabastecimiento y la producción clandestina de cannabis. La inexistencia de organizaciones de base campesina produce enfrentamientos entre los propios cultivadores de cannabis, degradando el conflicto de pobreza y acceso a los recursos en un conflicto social y armado entre los mismos cultivadores, desmarcando del problema a las redes de transformación y tráfico de estupefacientes y al propio Estado.
Una espiral más aterradora es la generada por los “compradores” del fruto de los cultivadores. La falta de dinero en efectivo exige el pago del cannabis en especie -automóviles y armas- generando las condiciones ideales para eliminar las ya maltrechas oportunidades desarrollo de la población por medio del ejercicio de la violencia, generando una grave problemática de guerra y muerte en la región; lo cual es un sello de garantía para una emigración continuada; envejeciendo las poblaciones rurales y propiciando desarraigo familiar.
A pesar del continuo sometimiento a las redes de tráfico, la nutrida desarticulación social de la región, el abandono de las zonas por sus pobladores más jóvenes y la imperante pasividad del Estado mexicano; la esperanza del campesino no desfallece, su incorporación a procesos internacionales para reivindicar sus derechos demuestra su espíritu luchador y soñador, asistiendo ilusionado al Foro Mundial de Cultivos Declarados Ilícitos con el objetivo de prevalecer en la búsqueda de soluciones y alternativas para su pueblo y, por supuesto, para su familia..
tráfico de drogas, agricultura ilícita, pequeno agricultor
, México, Durango
Fórum Mundial dos Produtores de Culturas Declaradas Ilegais
Esta entrevista fue realizada durante el I Foro Mundial de Productores de Cultivos Declarados Ilícitos realizado el 29, 30 y 31 de enero 2009 en Barcelona. La colecta de experiencias fue dirigida por Almedio Consultores en coordinación con CERAI- España.
Entrevista
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