El difícil camino de un agricultor uruguayo por consolidar sus tierras.
04 / 2007
La República Oriental del Uruguay posee el segundo territorio más pequeño de Latinoamérica, con una superficie de 176.215 km2.
La agricultura (soya arroz, trigo, maíz, sorgo girasol) y la ganadería: carne, lana, leche (vacunos, ovinos) son los recursos fundamentales de la economía. La cría del ganado es la principal actividad agropecuaria y el pilar de su economía, ya que constituye más del 40% de las exportaciones anuales en forma de carne, lana y pieles. El clima es moderado, con variaciones locales de temperatura (entre 30 y 40 las máximas del verano y de 0 a 10 las mínimas del invierno), y la distribución (relativamente) homogénea de las lluvias, permiten la crianza de ganado durante todo el año.
En el año 2000 Uruguay contaba con 15,2 millones de cabezas de ganado ovino, 10 millones de ganado vacuno, 500.000 de caballar y 380.000 cabezas de ganado porcino. Aunque el 7% del territorio está dedicado al cultivo, la superficie destinada a la agricultura aumenta gradualmente.
Productor rural uruguayo, proveniente de una familia de pequeños agricultores, Silvio Marzaroli obtuvo diversos cargos a nivel nacional e internacional que lo llevaron a cruzar el Ecuador 100 veces, el Atlántico 80, recorriendo 55 países, además de darle la oportunidad de conocer a los Papas Juan XIII y Pablo VI.
Hoy en día, sus esfuerzos están puestos en mantener su finca, encarar las dificultades de la producción, inyectar una visión estratégica en los negocios, e implementar una administración eficiente. Marzaroli, genera así 1.000 litros de leche al día, 55 vacas en producción, 15 mil kilos de semillas de diversas especies forrajeras, 2.600 fardos de heno de 400 kgrs. Y unos 120 mil quilos de cereales, y algo mas de 20.000 kilos de carne. Estas cifras son anuales, de todos los rubros producidos se guarda lo necesario para el uso interno y el resto se vende.
Cómo productor ¿Qué situaciones ha debido enfrentar para consolidar su finca?
El productor rural tiene que tener un conocimiento y una información del impacto que tienen sobre su predio las políticas del momento y elementos del mercado, una constante es que en Uruguay son cambiantes. Lo más duro fue el atraso cambiario que hemos sufrido desde el final de la década de los 80 hasta el 2001. El problema ha sido producir con costos locales y vender en el mercado internacional con el dólar muy bajo, eso genera una serie de distorsiones, ha sido muy duro para la producción. El otro impacto fue la fiebre aftosa, el valor del ganado cayó al 20% de su valor.
Enfrentar esas situaciones es casi imposible y con muchas penas yo he podido subsistir. Afortunadamente tenía varios rubros, reforcé algunos, lo que me permitió mantenerme y más que eso, mantener toda la superficie de tierra, tanto la propia como la arrendada. Es una economía de guerra, no reponer nada y mantener lo esencial. Cuando tuvimos las vueltas del mercado, la moneda se estabilizó.
El haber mantenido la máquina productiva, o sea la tierra, me mantuvo en pie, eso se debió a la gestión y a la previsión de tener una diversidad de formas de convertir el pasto, a diferentes rubros, carne, leche, semilla, heno, cereales.
Desarrollando particularmente aquellos más rentables. Privilegiando los destinados al mercado interno en momentos de atraso cambiario y a la exportación en momentos de inflación.
Las políticas cambiarias afectan también a los productores, y la variación del dólar influye en la estabilidad de las actividades. Durante el 2004 la divisa tuvo una caída cercana al 10% y en el 2005 bajó un 6% más.
¿Cómo luego de tantos años fuera de su país empezó a trabajar nuevamente en el campo?
Empecé con un terreno de 90 hectáreas de bajísimo valor productivo, prácticamente abandonado y erosionado. Hice recuperación del suelo utilizando abonos orgánicos y manejo de pasturas (pasto para alimentación de animales) adaptadas a esos suelos, que me permitieran aprovechar los animales, luego de 20 años el campo se volvió bastante productivo. Sigo siendo productor de pasto ahora tengo 300 hectáreas donde, a partir del pasto hago: leche, carne, semilla, granos, heno y cabras.
¿Qué debería orientar el desarrollo de a una alianza campesino pescador?
El desarrollo se logra realizando varias cosas al mismo tiempo y en distintos niveles, primero exige una buena gestión del recurso que uno tiene. Implica esfuerzo de organización interna, pero de poco vale hacer bien las cosas si después tenemos políticas monetarias y cambiarias que no ayudan. Los productores ganan distinto en cada país porque hay asimetrías en los impuestos. Hay países que tienen asistencia técnica gratuita y otros que no tienen. También hay que pelear contra las privatizaciones, por la facilidad con que dan los gobiernos la tierra o el mar a los privados, me impacta que el agua no sea
pública. Yo siempre creí que la luz, el aire y el agua formaban parte del bien común, ahora veo que (al menos aquí en Chile) no es así.
¿Se debe trabajar en las asimetrías existentes entre los países latinoamericanos?
Hay grandes asimetrías en los países en su conjunto, en las políticas, entre las instituciones de un país a otro, pero creo que la nivelación se da por la acción y no para la acción. Yo por eso fui uno de los que inició el esfuerzo de formar una coordinadora de productores familiares del MERCOSUR, porque creía que la nivelación y la integración de los países del MERCOSUR había que realizarlas desde la base, con la gente, a través de sus propias organizaciones. Creo que el crecimiento se da por el intercambio de experiencias y por las medidas que ayuden al proceso de nivelación como cursos, talleres, etc. Paralelamente por un esfuerzo constante y una clara voluntad política de los gobiernos de achicar las asimetrías entre las políticas de cada país. Es el único camino.
Toda una vida trabajando en el campo otorga una capacidad real de generar conocimiento, Silvio Marzaroli acude constantemente a Universidades de su país a dictar charlas. La tierra “es todo, yo si no tuviera un pedazo de tierra no sería nadie, sería sólo un número”.
diversificação da produção, intercâmbio do saber, agricultura camponesa
, Uruguai, Ancud, Isla de Chiloé, Región de los Lagos, Chile.
Campesinos y pescadores al Sur del Mundo
La capacidad de una buena administración permite mantenerse en el mercado, pero ¿qué ocurre con aquellos pequeños agricultores que no tienen esa posibilidad? Las Políticas cambiarias afectan directamente en la estabilidad, no sólo de los campesinos, si no de todos los ciudadanos, las garantías o una seguridad a ese nivel debiera ser preocupación constante del Estado, ya varias crisis han afectado a países latinoamericanos donde la recuperación es lenta empobreciendo aún más a quienes menos tienen. Algunos expertos sostienen que la debilidad en la economía latinoamericana se debe al sistema neoliberal, esto basado en factores como la privatización, la inyección de capital y el endeudamiento. Ya luego de varias décadas bajo este sistema económico poco es lo que queda por privatizar y el Estado pierde cada vez más la capacidad de administrar entidades que le pertenecían.
Fichas realizadas por Almedio Consultores durante el evento Campesinos y pescadores al Sur del Mundo. Chiloé (Chile, abril 2007). Este encuentro fue convocado por el Foro mundial de pescadores artesanales, la Contag de Brasil y la Coprofam (Coordinadora de Productores Familiares del MERCOSUR). El libreto diseñado por Almedio puede ser consultado en su totalidad en www.almedio.fr/siteESPAGNOL/reamercosur.htm
Entrevista
Silvio Marzaroli, 2007/04/20. +598 340 2274 +598 99 342440. silviom@adinet.com.uy
ALMEDIO - 2, traverse Baussenque, 13002 Marseille, FRANCE Almedio Consultores. Norma 233, Maitencillo. Comuna de Puchuncaví. Va Región, CHILI - Fono: (56)32 277 2231 - Chile - www.almedio.fr - info (@) almedio.fr