La agricultura de roza : ¿ peligro o ayuda para los pinares ?

Las comunidades de la Sierra Norte de Oaxaca están perdiendo las especies de árboles más valiosas, más comerciales, las que el mercado mejor recibe y mejor paga. Ejemplos son el Pino chapensis que está dentro de la lista de especies amenazadas, la caoba (algunas especies de caoba están en la lista de especies amenazadas a nivel internacional), y el cedro rojo, que también está acabándose.

Hemos estudiado la dinámica natural de crecimiento de varias especies de pino, así como la dinámica de reproducción y sus formas de articulación con las otras formas de producción, con los otros componentes de los agroecosistemas. Encontramos por ejemplo que es en las zonas con menos perturbación por incendios donde la población de lo que queda de pinos es más vieja, está más dispersa y tiende a desaparecer. Encontramos también que el pino de las zonas intervenidas por las empresas papeleras ha sido muy saqueado. En estos bosques el encino tiende a sustituir al pino. Especies como el pino Ayacahuite están tendiendo a desaparecer.

Una serie de análisis (cf. los trabajos de E. Jardel en Jalisco), demuestran que el pino necesita claros en el bosque para poder reproducirse. En las zonas poco alteradas, poco perturbadas, muy húmedas, donde no ha habido incendios, no existen condiciones para la reproducción del pino, a no ser que algún viento muy fuerte o un derrumbe provoquen un claro natural. Así entendemos que tiende a desaparecer esa especie.

Hay zonas que fueron de agricultura de roza y que se abandonaron al emprender los campesinos el cultivo de café. Esas zonas llevan 40 años abandonadas y tienen ahorita las mejores poblaciones de pino, los mejores rendimientos. Una hipótesis sería que muchas de las poblaciones de pinos que existen en el sur de México tienen mucho que ver con la articulación con sistemas agrícolas, y en concreto con la agricultura de roza. En las zonas abandonadas después del cultivo se reinicia el proceso de sucesión natural, en condiciones ideales para la reproducción del pino. Lo mismo parece suceder con el cedro y la caoba. Junto con el pino estas son las tres especies más comerciales y más valiosas que existen en México.

Suponemos pues que hay una relación muy estrecha entre la agricultura campesina y las poblaciones de pinos. A nivel mundial resulta que en el Hemisferio Sur prácticamente no hay poblaciones naturales de coníferas, excepto los bosques de Araucaria en Chile. Es en el Hemisferio Norte donde se concentran las coníferas, y en particular en las zonas no demasiado calientes. Dentro de esas zonas, existe mayor potencial productivo en zonas que no estén sobreexplotadas, lo que saca de la jugada a buena parte de Europa, al norte de Africa, al sur de Asia. Resulta entonces que estamos en la zona del mundo donde hay mejores condiciones para la propagación de estas especies.