Trabas institucionales para el desarrollo sustentable

La cuestión del desarrollo sustentable remite al problema de las instituciones, lo jurídico, etc. La ciudad vive hoy con prácticas absolutamente no sustentables: predomina la injusticia, la antidemocracia, se continúa castigando irresponsablemente el capital ambiental. A diferencia de la opinión de algunos grupos ecologistas y sobre todo de la de los funcionarios que le echan la culpa del deterioro ambiental a la gente, las organizaciones urbanas planteamos que los límites del desarrollo sustentable para las ciudades se encuentran principalmente en el terreno de las instituciones del Estado, de sus lineamientos y no de sus recursos.

Tanto en términos mundiales como a nivel nacional satisfacer las necesidades de la gente de las ciudades, con tec ho seguro, con agua potable, con medios de saneamiento, con una atención adecuada de educación y de medios de vida, no necesariamente implica un uso no sustentable de los recursos no renovables.

Desde las luchas por tierra, por servicios, por el abasto, por proyectos comunitarios hemos visto que con planeación y cogestión adecuada la satisfacción de las necesidades podría estar acompañada de patrones más sustentables. El problema es la forma de estructuración de la sociedad en general y la relación de la ciudad con el Estado.

Los gastos urbanos son en su mayor parte subsidios federales centralizados. Podrían ser cambiados radicalmente, para dar atención a las reivindicaciones de la gente de la ciudad, sean hombres, mujeres o niños. Reivindicaciones tan primarias como disponer de un lugar digno, seguro, sano y bello para vivir. Atrás de cada grupo de solicitantes de vivienda, de residentes de colonias populares, de miembros de comités de abasto, de proyectos de educación infantil o salud comunitaria, la gente está construyendo una visión utópica.

Es importante que la gente no se mueva solamente por el interés inmediato, por la demanda inmediata. Que atrás de esa lucha esté planteando una finalidad, un "algo" a donde dirigirse. Es esto lo que nos está llevando a la construcción de un proyecto de desarrollo sustentable entre el conjunto de la sociedad.

Necesitamos conocer lo que plantea la agricultura sustentable, y quienes están interesados en la agricultura necesitan conocer lo que nosotros entendemos como el derecho a la ciudadanía. Derecho a la ciudad, que es la participación de la gente de las ciudades y de los pueblos, el derecho a su tierra, a los medios de subsistencia, al saneamiento, a la salud, al transporte, a la alimentación, al ocio, a la información, a la libertad de organización, a la pluralidad étnica, sexual, cultural, al respeto a los inmigrantes a las ciudades, a su plena ciudadanía y a la preservación de la herencia colectiva, el patrimonio colectivo urbano, que no les pertenece a los grupos especulativos minoritarios del capital. El atractivo de las ciudades no es nada más el servicio inmediato que ofrecen, sino el hecho de ser un patrimonio accesible para la gente que habita ahí.