El control del germoplasma y la contaminación genética

Los principales instrumentos para la industrialización de la agricultura y el desplazamiento de los pequeños agricultores son la ingeniería genética y las patentes. Las principales instituciones a través de las cuales se instrumenta este modelo son el GATT y el Banco Mundial.

La ingeniería genética (eufemistament e llamada "biotecnología")consiste en la manipulación de porciones de cromosomas para crear organismos con determinada característica. Esto se ha convertido en una herramienta para la producción de semilla, que está concentrada en algunas grandes compañías. La diferencia entre este método de "mejoramiento" y la producción tradicional de semilla mejorada es que el primeroopera a nivel de la célula, en tanto que la segunda a nivel del organismo. Los defensores de la ingeniería genética hablan de la maravillosa posibilidad de transferir de una planta a otra la capacidad de fijar nitrógeno, o de defenderse de una plaga, mediante la producción de determinadas sustancias. Pero lo que se está viendo es el desarrollo de cultivos capaces de absorber mayores cantidades de fertilizante químico. Y se teme que las plagas puedan adaptarse fácilmente a estos "bioplaguicidas". Jugar con los genes no es cosa de juego (Es por ello que Paul Hatchwell, citado por V. Shiva, sostiene que la "contaminación genética" puede constituir una amenaza para la sobrevivencia más grave aún que la contaminación química o radioactiva).

La propiedad privada de las formas vivientes.

El monopolio en el control de las patentes en el contexto de la producción de alimentos genera una crisis sin precedentes en la seguridad agroalimentaria, transformando los recursos biológicos comunes en mercancías. La agroindustria transnacional y los grandes mercaderes de la semilla pretenden establecer una protección mundial a las patentes, y limitar al máximo la posibilidad de los agricultores de producir su propia semilla.

Esto constituye un verdadero robo. Ha habido y está habiendo una intensa innovación social que nunca ha reclamado derechos de propiedad: la que generan los campesinos y granjeros con sus prácticas seculares, y las de los programas de instituciones públicas durante las últimas décadas. Los derechos de propiedad intelectual y las patentes son una usurpación de territorio, no una medida de innovación. Un intento de cuantificación de lo que sería la deuda de los Estados Unidos al Tercer Mundo en cuanto a regalías por el uso de germoplasma campesino y sustancias de utilidad farmacéutica arrojó la suma de 2,700 millones de dólares (Datos del estudio realizado por el Rural Advancement Fund International, citados por V. Shiva).

En una cuestión tan esencial como el control de los recursos genéticos para la agricultura, existe una disyuntiva crucial entre la protección de la vida y la protección de la ganancia.