Los ’colgados’ o la conexión eléctrica espontánea, Zaire

ULOMARE (Union de Locataires de Maisons et d’Abonnés à la Régie d’Eau et aux Sociétés d’Electricité = Unión de Inquilinos y de Usuarios de la Compañía de Agua Potable y de las Empresas de Electricidad)es una asociación sindical sin fines de lucro, situada en Bukavu, provincia de Sud-Kivu, en el Zaire, que se ocupa de la defensa de los derechos de sus miembros. Al mismo tiempo, se encarga de la capacitación de los adherentes en materia jurídica: derechos y obligaciones a menudo ignorados, dadas las situaciones de abuso de autoridad que deben enfrentar (propietarios contra inquilinos, empresas de servicios contra usuarios).

La Unión efectúa su trabajo mediante un sistema de comisiones de defensa específicas a cada problemática social. Los miembros de estas comisiones se ocupan igualmente de la capacitación de sus compañeros, que asumirán a su vez roles semejantes en las células respectivas. Todas las personas que trabajan en estas comisiones son parajuristas capacitados por profesionales del derecho.

Uno de estos grupos, la "Comisión de las Compañías de Servicios", recibe las quejas de los usuarios y se encarga de defenderlos. Esta comisión se vio confrontada a un caso especial: la práctica llamada "de los colgados" o de las conexiones eléctricas "ilegales". En efecto, las peticiones de conexión eléctrica de los pobladores de barrios carenciados no son casi nunca tomados en cuenta por la empresa nacional (SNEL), y es corriente tener que esperar de uno a ocho años. En enero de 1992 estas personas, dándose cuenta de su derecho a satisfacer una necesidad básica, se organizaron en comités de usuarios, barrio por barrio, con vistas a conectarse directamente a las instalaciones eléctricas vecinas. Lograron abastecerse en electricidad pero en condiciones anormales, tales como cables sin aislamiento, instalación sin estudios técnicos ni planificación. Sin embargo, la electricidad doméstica funciona, a pesar de los riesgos que se corren y de la resistencia de la empresa nacional del servicio.

Esta acción fue aplaudida por ULOMARE, que intentó siempre negociar las conexiones, así como por ciertos miembros y/o líderes con sensibilidad política democrática, y hasta incluso por ciertos funcionarios de la SNEL.

Frente a la situación social creada por ciertos barrios de la ciudad de Bukavu, ni la SNEL, ni las autoridades de la administración pública pudieron oponerse, ya que los expedientes en espera sobrepasaban los 1800. Durante este tiempo, se efectuaron más de 10.000 conexiones anormales. La única solución posible para la SNEL fue cooperar con los "colgados" (personas conectadas espontáneamente sin intervención legal y normal de la SNEL), con el objeto de haller situaciones ventajosas para las dos partes en conflicto.

De hecho, los "colgados" no cesan de afiliarse a ULOMARE con el fin de que el sindicato intervenga en la aceleración de sus trámites por cauces normales. La SNEL se dirigió igualmente a ULOMARE en tanto que organismo mediador para garantir la armonía de las relaciones.

Desde entonces, la SNEL ha terminado por reconocer los problemas provenientes de la práctica del "colgamiento", tales como los peligros de descragas eléctricas y de destrucción de ciertas infraestructuras sociales (cables eléctricos robados en la calle, interruptores y lámparas robadas en las escuelas e iglesias...). Finalmente, la SNEL decidió implantar una oficina auxiliar provisoria para tratar los casos en cada uno de los barrios populares de la ciudad de Bukavu a partir del mes de marzo de 1992. (Versión francesa de esta ficha: MFN 2175)