Escuela para el liderazgo y fortalecimiento organizacional de mujeres afrocolombianas en el departamento de Chocó, Colombia

Colombia es un país latinoamericano pluriétnico y multicultural. Allí habitan poblaciones negras, indígenas y mestizas, que a través del tiempo han construido su identidad e idiosincrasia. La Constitución Nacional que rige desde 1991 tiene varios artículos en los que se reconocen esas características del país y garantiza los derechos de participación activa a las minorías étnicas y a las comunidades negras.

No obstante, antes y lamentablemente también después de la Constitución del 91 esas poblaciones han vivido la invisibilización de sus aportes en el proceso de construcción de nación. A esto se suma el marginamiento de las mujeres, mucho más si ellas son afrocolombianas. En el Chocó, región del noroccidente colombiano, se viven todas estas situaciones.

Chocó es el departamento de mayor producción minera del país. Tiene gran riqueza de recursos naturales y es uno de los sitios con mayor pluviosidad en el planeta. Esas grandes dimensiones que lo caracterizan también se aplican al olvido, al abandono estatal y a la pobreza. Con unas y otras condiciones, es cuna de gente brillante, pujante y muy trabajadora que ha sabido ganarle la batalla a la naturaleza y a la vida y que ha creado interesantes medios de adaptación a la particular biodiversidad del medio. La Red departamental de mujeres chocoanas es justamente una muestra de ello.

Nervita Moreno, mujer profunda y perspicaz, es representante de la Red y relata como la presencia de mujeres chocoanas líderes en su comunidad tiene un fuerte impacto, que permite mejorar las condiciones de vida de los habitantes del departamento al que pertenecen.

¿Y cómo lo logran? La Red de mujeres chocoanas tiene cobertura departamental, reúne a 41 organizaciones y colectivos de trabajo comunitario adscritos, dispersos en 31 municipios diferentes. Trabaja a partir de varios proyectos, en los que está la escuela de cualificación de liderazgo y fortalecimiento organizacional, que cubre 11 municipios y posee una fuerte estructura organizativa. Nervita resume hábilmente los componentes básicos:desarrollo a escala humana, derechos humanos, mentalidad empresarial, proyectos comunitarios, contabilidad y costos.

Con esa estructura, la Red ha podido llegar a varias zonas apartadas y motivar a las mujeres para que aprendan a reconocer y hacer valer sus derechos y los de los miembros de su familia. Es una labor que se hace mientras se capacitan las mujeres para actuar en favor de un mejoramiento sustancial de sus condiciones de vida.

Nervita aclara que hoy la Red es una muestra trascendental de trabajo organizacional y que se plantea como misión principal promover relaciones de equidad entre hombres y mujeres para lograr un desarrollo social sostenible, a través de la formación. Rescata el papel de la mujer negra como protagonista en el escenario social, político, cultural y económico.

Nervita cuenta con nostalgia los obstáculos que su organización ha encontrado a lo largo del camino:la falta de recursos, el profundo aislamiento de muchos municipios por la falta de vías de comunicación y la ausencia de recursos para este tipo de programas, pues solamente cuentan con un apoyo parcial del CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular) y del Plan Pacífico.

Una de las mayores ganancias es la unión de esfuerzos femeninos, mediante la conformación de una red de ayuda y capacitación, para construir identidad, valorar y posicionar el papel de la mujer como cabeza de familia y protagonista de soluciones concretas a las carencias básicas familiares que se dan en la cotidianidad. ¡Que la mujer está de moda, es cierto, porque transforma y busca su propia resignificación social!