El protagonismo femenino y su influencia para enfrentar todas las formas de violencia
09 / 2003
En la región del Magdalena Medio colombiano, donde se encuentra la ciudad de Barrancabermeja, confluyen formas de violencia intrafamiliar y de violencia sociopolítica; pero también formas de participación, organización y movilización social en defensa de los derechos humanos, civiles, económicos y políticos. En este marco, nace en 1972 en el sector nororiental de la ciudad la Organización Femenina Popular (OFP). Apoyadas en un primer momento por la Iglesia católica, las mujeres de la organización comienzan a reivindicar el derecho de la comunidad de recuperar la tierra para la construcción de viviendas y para desarrollar cultivos de subsistencia.
Posteriormente, la OFP inicia un proceso organizativo independiente de la Iglesia católica y en el año 2000 se fortalece y hace énfasis en la postura de resistencia civil contra la guerra. Cuenta Jackelin Rojas que por esa época se agudizó el conflicto social, político y armado en el Magdalena Medio. No obstante, la organización de mujeres continúa ampliando su radio de acción en la región, se posiciona en el ámbito político, participativo y propositivo, fortalece su ejercicio por la defensa de los derechos humanos de las mujeres y del pueblo y construye una propuesta política que integra a todas las organizaciones de mujeres en un Movimiento de Mujeres Contra la Guerra a nivel nacional.
La resistencia se realiza desde lo simbólico potenciando la creatividad de las mujeres. Ellas, reprimidas por la violencia intrafamiliar y padeciendo las penalidades del conflicto social y armado buscan decirle no a dejar de ser, a la uniformidad, a perder la libertad, a dejar de ser comunidad, a perder el derecho de organización y a perder la dignidad. Puesto que conservan el miedo, una de sus estrategias es tomarlo como aliado y han juntado miedos personales porque, como lo expresa Jackelin, es "mejor ser con miedo que dejar de ser por miedo".
Para la OFP, la resistencia tiene símbolos:el color negro identifica la fortaleza ante el dolor y el canto es expresión de resistencia ante la explotación. Las ollas vacías significan pobreza y hambre, falta de garantías para la subsistencia, pero cuando se convierten en ollas comunitarias se hace honor a la soberanía alimentaria para frenar las carencias.
Desde lo cotidiano, las mujeres han ganado espacio. Ahora son protagonistas reconocidas de la historia, son sujetos sociales desde su identidad de género. Juntas han construido proyectos de salud integral, economía solidaria, vivienda digna, formación e investigación y comunicación. La OFP propone partir de la cotidianidad para desarrollar una formación integral y la movilización desde su conciencia de mujer y de clase.
COMENTARIOS:Cada día es más evidente la gran cantidad de colombianas que viven sus vidas en circunstancias de desamparo social y pobreza. En las áreas rurales, las mujeres sufren mayores privaciones en alimentación, salud y alfabetización, lo que afecta su desarrollo como integrantes autónomas en el núcleo familiar. Sin embargo, existen organizaciones que trabajan en la construcción de la mujer como sujeta social que defiende sus derechos. Además, se puede decir que su lucha va más allá de reivindicar el género:las mujeres están comprometidas con la situación de clase social, de sector social y popular en el país.
Ficha realizada en el evento "Colombia insiste en los Derechos Humanos", Bogotá, Colombia, 9, 10, 11 septiembre de 2003, entrevista realizada a Jackelin Rojas, para mayor información escriba a femenina@colnodo.apc.org
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