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La violación del derecho a la salud de los habitantes de la calle en Bogotá

El caso del cierre del Hospital San Juan de Dios y de la lucha por recuperarlo

10 / 2003

En Bogotá (capital de Colombia, situada en el centro del país) cerca de setenta mil personas duermen diariamente en la calle. Se les llama de distintas formas y generalmente en sentido peyorativo:indigentes, pues piden limosna o roban; marginales, en tanto no tienen hogar; desechables, porque ya no son funcionales para el sistema y algunas veces recogen los desechos de la sociedad (la basura); gamines, pues son niños también; ñeros, cuando existen grupos de amigos, escoria social, ya que muchas personas las consideran lo peor de la especie humana y seres disfuncionales para el país.

Los habitantes de la calle sufren la amenaza constante de agresión física, desaparición y asesinato de manos de los que se llaman a sí mismos grupos de "limpieza social", que en Bogotá se conocieron como "mano negra", dedicados a eliminar a los indigentes. Hoy los paramilitares (grupo armado al margen de la ley que actúa en algunas regiones de Colombia) tienen entre sus actividades el exterminio, tortura y desaparición de los habitantes de la calle.

Los habitantes de la calle reciben toda la indiferencia de la sociedad y de sus familias, cuando las tienen; son excluidos, humillados y carentes de cualquier expresión de amor. Son personas sin esperanzas, sumidas en muchos casos en la tristeza del abandono y en la desolación después del efecto dejado por drogas psicoactivas (cocaína, marihuana, bazucó, entre otras).

Al respecto de esta situación, existe una experiencia en Bogotá, la de los Centros de Atención Transitoria (CAT), repartidos por varias zonas de la ciudad y que se crearon para atender y albergar por tres meses a la población indigente que llegue a pedir ayuda. Allí, el habitante de la calle recibe alimentación, servicio de sicología y ciertos talleres de resocialización, para ayudarle a salir del mundo de las drogas y enseñarle a ver la vida de manera distinta, un poco más positiva.

En cada CAT se encuentran cerca de 70 habitantes de la calle, en su mayoría mujeres (30%), niños y ancianos que no cuentan con ningún tipo de seguridad social en salud, situación que debe resaltarse a la hora de formular políticas públicas. El médico Jorge Arango Díaz trabaja en un CAT y comenta las condiciones de exclusión de los programas de salud a que se someten estos habitantes.

Para comenzar, hace 3 años se cerró el Hospital San Juan de Dios, sitio de atención de los indigentes (y de miles de familias de escasos recursos económicos). Esta era la población que atendía normalmente el San Juan de Dios. Su carácter era público, contaba con los mejores médicos practicantes y egresados de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, se apoyaban en equipos de alta tecnología en el área de neurocirugía; los mejores de Latinoamérica.

Con el cierre del San Juan se va la posibilidad de brindarle atención en salud al habitante de la calle, negándole el derecho a la vida y a la salud. Según Jorge Arango, lo más importante era generar conciencia de esto a los mismos habitantes de la calle. Él mismo les hablo de las condiciones del cierre del hospital, lo que significaba esta pérdida y las posibilidades que tenían si se organizaban para luchar por la recuperación del hospital. En este sentido, se cumplió el objetivo. Constituyeron el colectivo de habitantes de la calle, pues son una población realmente afectada por el cierre.

Este colectivo se unió a la campaña "San Juan de Todos", que supera la visión judeocristiana sobre la dependencia al milagro que favorece la indolencia, la indiferencia y la corrupción y que señala que la recuperación del hospital comienza a depender de "todos" y no de "Dios".

El proceso lleva un año, en el que se han realizado las siguientes actividades:reuniones mensuales en las que se dimensiona el problema económico, político y educativo de la salud en el país; jornadas mensuales de atención en salud, en las que se beneficia una amplia población vulnerable; demanda en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el aprovechamiento de espacios como el IV Plenario por la Paz para hacer la denuncia pública sobre las condiciones del hospital y de sus trabajadores y la negación del derecho a la vida y a la salud para las personas que no tienen recursos económicos y para los que ni siquiera tienen hogar:los habitantes de la calle.

Mots-clés

Colombie, Bogotá

Commentaire

El tema del derecho a la salud está íntimamente ligado con el derecho a la vida. El cierre del hospital San Juan de Dios, con el que se niegan los servicios en salud a los pobres y habitantes de la calle, es una evidencia de ello. Esta institución los atendían de una manera gratuita y humana. El camino ha seguido y a esta población se le incluyó en la campaña "San Juan de Todos", Una posibilidad de construir un proyecto diferente de vida, sin excluidos y que dinamice la recuperación del hospital con un sentido de salud pública, generado en la comunidad de beneficiarios:médicos, estudiantes, investigadores científicos, enfermeras, empleados y enfermos. Es el momento de tomar conciencia del derecho a la salud como principio de justicia social, así como de mirar la perdida del San Juan de manera propositiva, con el fin de recuperar el hospital y de paso el derecho a la salud pública.

Notes

Ficha realizada en el evento "IV Plenaria Nacional, Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz", Bogotá, Colombia, 9, 10, 11 octubre de 2003. Para información por favor comuníquese con Jorge Arango Díaz al correo electrónico hospitaldetodos@terra.com.co

Entrevista con ARANGO DÍAZ, Jorge

Source

Entretien

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