Esfuerzos y esperanzas de una asociación de desplazados en Colombia
10 / 2003
A principios del año 2002, la Asociación de Familias Desplazadas de Colombia (ASOFADESCOL), con sede en Bogotá, la capital del país, inició labores como un proyecto de emergencia. Se propuso abogar por los derechos de algunas familias que tuvieron que desplazarse forzosamente de sus lugares de origen por el conflicto armado interno que se vive en Colombia.
Estas familias llegaron de diversos departamentos y regiones del país como el Tolima, Norte de Santander y la Costa Pacífica y se ubicaron en el sur de Bogotá, en sectores como Ciudad Bolívar, Bosa y Usme, caracterizados por el bajo nivel de vida de sus habitantes y por las pobres condiciones de existencia. Son áreas periféricas de la ciudad a las que por lo general no llegan los servicios públicos básicos.
Los barrios de esas áreas fueron invasiones y algunos lo son todavía. De esa forma se colonizan o mediante la compra de terrenos no legalizados para la construcción. Las familias que llegan en condición de desplazadas a esos barrios, tienen que vivir una situación muy difícil, pues además de que cuentan únicamente con algunos de los enseres que poseían en su hogar, no tienen un satisfactorio apoyo de las instituciones que han sido delegadas por el gobierno central para cumplir esa función.
Ellas sólo tienen esa opción de llegada, sus problemas económicos no les permiten acceder a un buen lugar. Todas son familias campesinas de escasos recursos que por su disgregación y dificultades económicas no podían focalizar esfuerzos para garantizar un nivel de vida aceptable ni con estabilidad.
ASOFADESCOL ha impulsado programas que buscan solucionar problemas de vivienda, alimentación e ingreso laboral. Realiza para ello talleres de formación técnica, respondiendo con esto a las necesidades más inmediatas de estas familias desplazadas e integrando en el proceso a madres comunitarias (así se les llama a algunas mujeres que trabajan en sus hogares en la educación de niños y niñas), personas mayores, niños, niñas y jóvenes. Intenta pues ser una alternativa participativa e integral. Está formando a sus integrantes además en temas como violencia intrafamiliar, derechos humanos, gestión institucional y de organización.
Con esta perspectiva, 681 familias se han articulado al proceso de ASOFADESCOL, que cuenta con un Hogar Infantil, dos casas de paso (albergues temporales) y una pequeña escuela, todo esto logrado mediante autogestión y con el apoyo de organizaciones como el Minuto de Dios, de los sacerdotes diocesanos, del Banco de Alimentos de la Alcaldía y de la Universidad de La Salle, en aspectos como la capacitación, la logística y materiales de trabajo. Así ha podido consolidarse la organización.
Pero aunque el proceso parece completo y se han tenido importantes logros, la falta de recursos económicos lo hacen muy lento, mientras las necesidades apremian. Teresa Díaz, vicepresidenta de la Asociación es vehemente en el llamado que hace para que la sociedad civil colabore tanto en la consecución de recursos, como en "quitarnos el escudo frente a los desplazados".
La vicepresidenta señala que en la vida cotidiana, quien no se ha visto enfrentado a una situación de desplazamiento, tiende a perder de vista esta realidad que a todos atañe. Es decir, es necesario construir un cambio de actitud que permita la inclusión de estas personas en espacios que estén más allá de la solidaridad y abran oportunidades de participación en la vida social de la ciudad.
Las personas desplazadas en todo Colombia deben enfrentarse diariamente a una discriminación sin sentido. Es preciso unirnos como seres humanos para construir un futuro para todos y todas, donde el aporte personal desde la vida diaria permita la tolerancia y la igualdad. Es con estos valores que se cimientan las bases para una sociedad colaboradora e interesada por los problemas de sus integrantes. La paz tan anhelada en Colombia depende de un cambio en la percepción que tenemos unas personas de otras y es en este sentido en el que ASOFADESCOL trabaja y continuará esforzándose por lograr equidad.
"La paz no se sueña:se hace y se vive", dice alguien que lo practica así. ASOFADESCOL es un reflejo de esto. Su capacidad de organización en situaciones difíciles les permite tener un quehacer político y participativo, que hace posible el ejercicio de los derechos.
Sólo existe la posibilidad de construir una verdadera paz cuando pensamos que es cuestión de todos. Sólo en la construcción de procesos desde la base y desde la respuesta a las necesidades generadas por el conflicto se puede pensar en una verdadera paz para todos.
Ficha realizada en el evento "IV Plenario nacional de la asamblea permanente de la sociedad civil por la paz", Bogotá, Colombia, 9, 10, 11 de octubre de 2003. Para contactar a ASOFADESCOL puede comunicarse l número telefónico 5685693 o acercarse a la Calle 78 Sur No18B-13 en Bogotá D.C. (Colombia).
Entrevista con DIAZ, Teresa Vicepresidente de ASOFADESCOL
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