Fuerte lazo entre la tierra y los pobladores de Montecrestese en Italia

Renato Gioffi fue alcalde de Montecrestese, una pequeña localidad al Sur de Italia. Él es un montañés de nacimiento que siempre se dedicó a la agricultura de montaña y que siente una enorme pasión por la tierra...

La agricultura y la ganadería siempre fueron la mayor fuente de ingresos en esta región. Sin embargo, durante su alcaldía, los campesinos no estaban contentos con los ingresos obtenidos a través de la agricultura, y comenzaron a migrar hacia las ciudades en busca de una vida con mejores ingresos. Ante este hecho, Renato se planteó soluciones para detener este problema y se encargó afanosamente de la reconstrucción del pueblo.

¿Por qué quería que los campesinos se quedaran en la montaña? Primero, porque es un verdadero problema que la población en las ciudades continúe aumentando; en segundo lugar, él piensa que la vida de las personas en la montaña es importante para conservar la naturaleza. Por ejemplo, si hay una tempestad, los campesinos, que saben como manejarla, estarán ahí para controlar los daños y para impedir que los desperdicios y la tierra lleguen a la ciudad.

En realidad, el se preocupa por la gente que vive en la ciudad, pero su mayor inquietud es por la gente que vive en la montaña. El quería concienciar a sus coterráneos sobre el hecho de que la montaña y la tierra necesitan que haya gente viviendo en ellas, por lo que debió reaccionar rápidamente contra este desplazamiento.

Por lo tanto, se inició en Montecrestese un programa de desarrollo integral que abarca varios temas. Desde su perspectiva es importante que alguien se ocupe de la tierra, que exista una planificación conjunta de los cultivos, para organizarla de acuerdo a la estación y al estado de la tierra; que los animales pasten equitativamente por todo el campo. ’La montaña vive solamente con las personas. Y esto no puede ser de otra forma’, es lo que dijo.

Y fue así como empezó a motivar a las personas de su municipio para que vivan en la montaña. Aparentemente, los campesinos han retomado sus actividades, y se sienten más a gusto con lo que hacen, a pesar de haber conocido las comodidades que la tecnología trae. Pero otra parte de la población decidió quedarse en la ciudad para cambiar de actividad, para cambiar su vida.

Sin embargo, hay algo que llama la atención en la propuesta de Renato pues no está muy de acuerdo con la presencia de los turistas. ’La única tarea de la tierra es la de alimentarnos y es mejor respetarla. La gente de hoy, sobre todo los jóvenes, prefieren mas bien esquiar en invierno y hacer otros deportes durante el verano y, consecuentemente, no saben lo que significa cuidar la naturaleza’, comenta Renato.

Al conversar sobre de las características de los pobladores de montaña, él llegó a la conclusión de que, todos, en cualquier latitud en la que se encuentren, están muy ligados a la madre tierra, al territorio que los ancestros les dejaron, y que no hay nada más importante para ellos que la relación directa con la naturaleza.

Por eso, no puede ponerse de acuerdo con el resto de autoridades de su región; tanto ellas como él quieren restablecer las costumbres y tradiciones autóctonas de estas comunidades, pero el principal objetivo de las primeras es el de llamar la atención de los turistas; Renato, por su lado, sostiene que no es justo hacer esto por el simple hecho de atraer a los turistas, y que, al contrario, se debería hacerlo para agradecer a la tierra por todo lo que ella nos da, tal como los indígenas lo hacen aquí. Él quisiera que los italianos, los suizos, los franceses y los europeos en general quieran a la montaña en su justa medida.