Cuando los campesinos franceses abren sus puertas a los turistas

En las zonas de montaña, es muy difícil lograr una agricultura competitiva frente a las explotaciones de las llanuras : las superficies son más pequeñas, los costos más altos, las condiciones climáticas más rigurosas, los terrenos menos accesibles... Con el fin de hacer frente a tales dificultades, se decide implementar en esas zonas una actividad que genere valor agregado y se lanza el sistema de albergue turístico rural o alojamiento campesino ya experimentado en otras regiones francesas. Pero, el desarrollo masivo de algunas de esas redes ya no permite la valorización de la cultura y del modo de vivir campesinos ante los turistas de paso. El objetivo financiero va siendo poco a poco la primera razón de ser de esos sistemas.

Frente a esa evolución, un pequeño grupo de amigos, campesinos de la Isère en los Alpes franceses, muy ligados a su tierra, empieza a preguntarse : ¿Qué iniciativas pueden ser implementadas para, de un lado, desarrollar actividades rentables, paralelas a la agricultura, y, de otro lado, revalorizar la identidad campesina y hacerla conocer a las otras poblaciones? No se excluye la alternativa del turismo, pero en esa hipótesis, la idea sería entonces volver a un modo de acogida más auténtico. Rápidamente, se concreta una primera respuesta : proponer a los turistas que desean descubrir el modo de vivir rural la experiencia de compartir la vida de una finca : ofrecerles no solamente un alojamiento en la casa del campesino y un desayuno, sino también momentos de encuentro con sus anfitriones, la posibilidad de participar a los pequeños trabajos cotidianos de la parcela y el descubrimiento de la región.

En 1981, basado en esa filosofía y gracias al apoyo de la asociación ’ Peuple et Culture ’ (’Pueblo y Cultura’, asociación francesa con finalidad cultural, que trabaja sobre proyectos innovadores) nace la red ’ Accueil Paysan ’ (’Acogida Campesina’). Se elabora un documento que recoge ciertas condiciones a fin de definir criterios de ’ selección ’ de los miembros de la red : tamaño de la finca, tipos de actividades a ejercer, consentimiento del Ministerio de Agricultura, entre otros.

El proyecto fue aprobado por la Unión Europa que aporta los fondos necesarios para el lanzamiento de la red (adicionalmente a los fondos propios, que aporta la asociación Peuple et Culture). Por una parte, la ayuda europea permite liberar a los dueños de explotaciones agrícolas de algunas de sus tareas cotidianas, para que puedan dedicarle más tiempo a intentar la aventura y crear su propia empresa, pagándoles un complemento de sueldo; así pueden dedicarse a la gestión y animación, y estar presentes con sus huéspedes. Por otra parte, con el fin de compensar las horas de trabajo liberadas y no dejar la actividad agrícola, el productor puede buscarse un sustituto cuyo sueldo también lo asume la Unión Europea.

La organización ’ Accueil Paysan ’ ha tenido algunos problemas para desarrollarse : existen algunas reticencias, por parte de ciertas instituciones, y evidentemente la oposición de las redes de turismo anteriormente constituidas que ven negativamente la creación de un sistema que compite directamente con el suyo. Pero, el tiempo y la voluntad de los campesinos organizados calman las oposiciones. La red está desarrollándose progresivamente.

En primer lugar, se extendió a otras regiones de Francia. Sin embargo, se nota un elemento común entre esos nuevos lugares de alojamiento campesino : todas son regiones con fuerte identidad y cultura locales (la Savoya, El País Vasco, los Pirineos, etc.). Esa característica se impone, en efecto, como uno de los factores claves, pues la mayoría de los fracasos se han registrado en zonas donde la identidad regional es mucho menos marcada.

En segundo lugar, los campesinos de la red desarrollan nuevas capacidades (guía acompañante, por ejemplo) y nuevas actividades, como la venta de productos de la finca o de productos regionales.

Hoy, la red Accueil Paysan cuenta más de 400 miembros en toda Francia. Y sobre todo, otra prueba de su éxito, se ha desarrollado fuera de las fronteras y está presente en otros siete países.