La erupción del Volcán Nevado del Ruiz en Colombia - 5-

Para nuestro trabajo investigativo, partimos de la hipótesis de que la confrontación de los sobrevivientes con la incertidumbre prolongada y con la pérdida de sus seres queridos y sus referentes de identidad cultural, produjó un trauma profundo que aún persiste y perturba su comportamiento cotidiano.

A diferencia de otras experiencias post-catástrofe en las cuales la recuperación se va dando con el paso del tiempo, los psiquiatras de la Universidad Javeriana de Bogotá, realizaron una investigación que comprobó que muchas personas de Armero, sufrían aún un trauma psicológico. Demostraron que esto se debía más al hecho de haber permanecido tanto tiempo en carpas, sin saber exactamente por cuánto tiempo. También comprobaron que el hecho de haber vivido la catástrofe era menos traumatizante que la situación que estaban viviendo posteriormente.

Los sobrevivientes pobres de Armero tuvieron que permanecer en carpas hasta por dos años. Esta situación de vivir confinados, de perder la privacidad, de sentir que no se tiene futuro, sumado al dolor de los seres queridos desaperecidos, produjo el trauma que aún persiste.

En 1993, ocho años después de la catástrofe, tuvimos acceso a las estadisticas del hospital psiquiátrico de Lérida, la ciudad que reemplazó a Armero y encontramos que de 547 consultas, el 80% provenían de personas del antiguo Armero.

Estas personas manifestaban problemas de concentración, de no sentido de la vida, dificultades en el aprendizaje, además de otros traumas neuróticos. Esta situación y las entrevistas que sostuvimos con los sobrevivientes nos llevaron a concluir que la Reconstrucción tal como se dió no puso suficiente atención a la rehabilitación psico-social de los afectados por la catástrofe.

Otro factor que analizamos fué el proceso de elaboración del duelo. Para la mayoria resultó muy dificil por no haber visto los cuerpos muertos de sus seres queridos. Muchos quedaron con la duda de que pueden estar vivos y quizás locos.

Es una situación semejante a la que viven los parientes de los desaparecidos. Y es que en Armero, la avalancha desapareció los cuerpos. De ahí que hayan sido tan importantes los ritos simbólicos y las ceremonias religiosas pues facilitan la elaboración de ese duelo.

Eso explicaría por qué, todos los 13 de Noviembre los armeritas dispersos a lo largo y ancho del país, vuelven en peregrinación a su antigua ciudad con el fín de recordar a sus seres queridos y encontrarse con los amigos.