Diversidad de los usuarios y de los programas

Public, Educational and Government Access (PEG)comenzó a funcionar en la década de los 70, cuando un grupo de militantes en favor de los medios de comunicación se organizó para exigir la preservación de los canales de uso público en los nuevos sistemas de cablevisión. Las compañías procuraban firmar contratos rápidamente con ciudades en todo el país y el acceso pasó a ser una herramienta de negociación y un elemento de regateo. Como resultado, muchas ciudades poseen ahora instalaciones públicas ideales para la producción de medios de comunicación comunitarios.

Tucson, en Arizona, es una ciudad que construyó un centro de acceso sólido y dinámico. Sus cuatro canales de televisión comunitaria incluyen programas ganadores de varios premios en festivales de cablevisión nacionales y locales.

Tal vez el aspecto más inhabitual del Acceso de Tucson no sea la programación o la tecnología, sino la diversidad de usuarios y la atmósfera de congenialidad que allí abunda. Existe un amplio espectro de productores de programas en el Acceso de Tucson. Los siguientes son algunos ejemplos: varios abogados y expertos paralegales presentan mensualmente un foro legal comunitario sobre temas como los derechos de los prisioneros, la justicia juvenil y la discriminación en materia de vivienda; un hombre de negocios afroamericano produce un programa de diálogos sobre temas de interés local y nacional para la comunidad negra de Tucson; un indígena de los Estados Unidos produce un programa semanal con material recogido en Pow Wows (encuentros de tribus indígenas), etc. Éstos son algunos ejemplos de los cientos de programas que se producen en este centro.

El Acceso de Tucson es una organización no gubernamental sin fines de lucro que mantiene contratos con la municipalidad y con las compañías difusoras de cablevisión para administrar el centro de acceso. El contrato con la municipalidad requiere que el centro de acceso mantenga estadísticas sobre sus actividades. Dichas estadísticas son impresionantes. En 1992, se transmitieron 15.432 horas de programación, se utilizaron 9.065 horas de producción de estudio y mesa de control y la cantidad de miembros aumentó a 10.980.

El éxito del centro de acceso de Tucson es inhabitual, pero existen muchas "historias exitosas" en el acceso a la telecomunicación en los Estados Unidos. Sin embargo, muchos se preguntan ahora, qué pasará con este acceso cuando los sistemas de difusión cambien. Cablevisión inalámbrica, microondas, satélite de difusión directa, red de computadoras; todas son áreas donde no existen reglamentaciones para el aporte "público". Los militantes en favor de los medios de comunicación trabajan para instaurar exigencias mínimas para todos los sistemas de comunicación. En el fondo, lo que se necesita es un acta sobre el "derecho de comunicar", no sólo en los Estados Unidos, sino a nivel mundial. La televisión comunitaria probó que los medios de comunicación pueden ponerse al servicio de los ciudadanos. En los Estados Unidos, esto fue posible porque las corporaciones que se benefician con los medios de comunicación, deben restituir una porción de sus ingresos y sus "ondas de difusión" a la comunidad. Mientras las corporaciones de comunicación se expanden, debemos aprender las lecciones que nos dictan las comunidades como Tucson, donde la participación de los ciudadanos en los medios de comunicación ya es una realidad.