Las estructuras de poder local en la zona esmeraldífera : una clara muestra de la fragmentación de poderes en el país

En la zona esmeraldífera del occidente colombiano el poder local se articula a partir de las funciones de diferentes agentes sociales, quienes conforman una red de relaciones, compleja e interdependiente, integrada por una jerarquía de actores sociales. Ellos son:

-Los patronos. En la zona esmeraldífera todo gira alrededor de estos individuos que pertenecen a la comunidad local. Conocidos como "mandamas" o "propios". De origen humilde empiezan como simples guaqueros y van acumulando fortunas que invertien fuera de la región. Desempeñan múltiples funciones pues actúan como jueces castigando a los infractores y recompensando a sus mas fieles servidores; son árbitros en las querellas familiares y empleadores en las minas para sus allegados. Combinan la benevolencia hacia los más pobres, con una inclemente frialdad hacia sus enemigos. Son quienes deciden que ha de hacerse en materia de orden público y de seguridad. Su rol esta establecido e institucionalizado en la región desde los años 60’s.

-Los jefes militares. Son los inmediatos seguidores de los patronos y quienes "asumen el poder" ante la ausencia de sus jefes por motivos de seguridad (particularmente sus inmensas fortunas y las amenazas de muerte que pesan sobre ellos). Son los encargados de impartir y hacer cumplir entre sus subalternos las órdenes de los patronos. En épocas de paz andan rodeados de "sus" muchachos armados quienes les sirven de guardaespaldas. Pese a ellos, la mayoría de estos "jefes" han muerto asesinados.

Los líderes cívicos : son los lugartenientes de los jefes militares, individuos con raigambre y poder local a quienes les corresponde hacer llegar las órdenes del patrón hasta la última de las veredas y asegurar el manteniemiento del orden a nivel municipal y veredal. Para ello se valen de los agentes de seguridad y de los rasos.

-Los rasos. Son los "gatilleros" (sicarios)de la organización reclutados entre aquellos jóvenes que tienen pendientes venganzas de sangre. Por lo general son individuos jóvenes, de origen humilde y con escasos estudios. No creen sino en la justicia por mano propia.

Esta estructura militar clientelista tiene la capacidad de manipular todo lo que cae bajo su cobertura, trátese de las relaciones del cura con la comunidad, del común de las gentes con la empresa que explota las minas, del desempeño de la justicia, o de la acción de los políticos. A través de esta estructura penetran las órdenes de los patronos hasta la última de las veredas y las alianzas políticas se pactan bajo su tutela, de manera tal que los políticos locales o nacionales que no cuenten con el beneplácito de los patronos no tienen ninguna posibilidad de incidir en la zona. Por ello, el clientelismo de los políticos como elemento articulador e intermediario entre el Estado y la comunidad local, pierde su razón de ser en el occidente de Boyaca pues su papel es suplantado por los patronos. Por el contrario, los políticos son, junto con la policía, integrantes de la cohorte que gira alrededor de los patronos en busca de sus favores personales.