La erupción cíclica de la confrontación violenta : el enemigo de mi amigo, es mi enemigo

La región del Magdalena medio santandereano, en el noroccidente colombiano, ha sido una zona particularmente violenta desde su constitución. En ella van a confluir problemas económicos (propios de zonas con economías de enclave, particularmente producción petrolera), culturales (zona receptora de migraciones de grupos sociales muy diversos con poca cohesión al interior de las comunidades), políticos (precaria presencia estatal, a veces solo la represión, deslegitimación de los partidos políticos tradicionales y existencia permanente de actores sociales contestatarios).

La zona ha sido entonces escenario de "erupciones cíclicas" de violencia: la violencia de los años 20’s, ligada al surgimiento de las luchas obreras y del movimiento socialista; la de los años 30’s durante el período conocido como la "república liberal"; LA VIOLENCIA (con mayúsculas)de mediados de siglo y la posterior al Frente Nacional (periodo actual).

Más allá de las razones históricas de problemas estructurales no resueltos, o de las continuidades o rupturas entre los diversos períodos en términos de actores, zonas y estrategias, lo que resulta bastante relevante es el juego permanente, en cada uno de los conflictos, de imágenes y contraimágenes que se reproducen entre los protagonistas de la confrontación. La manera como se percibe al "otro". No en la dimension conflicto, donde es posible la negociación y el establecimiento de reglas de juego, sino en la dimensión contradicción donde lo que prima es la negación del "otro" ya sea mediante la exclusión, la marginalidad o la destrucción física... la lógica militar del amigo-enemigo. Las dos últimas categorías de análisis son retomadas de la definición dada por Guy Bajoit sobre acción colectiva conflictual como "una categoría social (miembros de una clase, una raza, un grupo sexual, regilioso, regional, linguístico, urbano, rural,)que evidencia una desigualdad de la cual ellas son víctimas y que resulta de sus intercambios con otra categoría social. Esta evidencia de la desigualdad no lleva a excluir al adversario, ni a suprimir la relación : ella apunta a mejorarla o/y a redefinirla sobre nuevas bases. Recíprocamente, la categoría social adversaria que se beneficia de la desigualdad, no puede o no desea optar por una estrategia de exclusión y se ve obligada a entrar en un intercambio conflictual" y acción conflictiva contradictoria definida como "una categoría social (un ejército en guerra, una minoría perseguida, un partido revolucionario opuesto a un Estado, un grupo delicuencial...)que busca excluir de la relación a otra categoría social o es amenazada de ser excluída por ella. La exclusión pone fin a la relación, no necesariamente a la existencia física del otro. No hay aquí, como en el conflicto, finalidades comunes en juego: cada uno busca eliminar al otro para ejercer el control, no hay "reglas de juego" que los adversarios respeten. Todos los golpes son permitidos si ellos ayudan a reforzar o destruir la desigualdad".

La manera, o mejor los procesos, a través de los cuales los actores sociales construyen y reproducen esas imágenes merece un estudio en profundidad que involucra muchas disciplinas científicas.