IV Conferencia Mundial sobre la Mujer : EL NEO PAPISMO Y MENEM

La estrategia del gobierno argentino con el movimiento de mujeres se despreocupa de la coherencia. El gobierno de Menem en un alarde de neomodernidad instituye un « gabinete femenino », integrado por especialistas que debían asesorar sobre políticas para la mujer a las distintas áreas ministeriales. Sin embargo en la reforma de la Constitución ordena al Ministerio de Justicia que ingrese una cláusula cerrojo contra el aborto y cualquier ley sobre reproducción. El presidente festeja cada 8 de marzo en actos públicos y apoya ciertas ideas de las dirigentes del Consejo Nacional de la Mujer, pero les pide la renuncia apenas algunas propuestas contradicen las suyas. Apoya la ley de cupos que permite contar con un número cada vez mayor de diputadas mujeres, pero impide el tratamiento entre otros, de proyectos de ley de salud reproductiva, el área mas desprotegida en las políticas públicas de este país (el uso o la compra de métodos anticonceptivos están fuera de toda pauta previsional pública o privada). Promueve, en el Ministerio de Educacion, un programa especial para la inclución de la igualdad de oportunidades para varones y mujeres en la actual reforma educativa, pero las elimina íntegramente del documento final por la queja de las autoridades católicas. Se fomenta desde cada discurso la incorporación y participación femenina en todas las áreas, pero su Ministro de Económia echa públicamente la culpa a las mujeres por los altos índices de desocupacion (con una frase histórica:« lanzadas al mercado de trabajo hacen crecer el índice de desempleo »)y por el aumento de la delincuencia(« por pelear puestos de trabajo, las madres no cuidan bien a sus hijos »)

Sí,pero no. De acuerdo, pero no tanto, progresistas, pero en realidad tradicionales. Verdad y apariencia. Realidad y retórica. El conservadurismo ideológico de la « revolución menemista » es una vidriera inigualable de la época, de este actual « nuevo orden » occidental capitalista en lo político y en lo cultural. Por una parte, banalidad y vacuidad extrema; negación, desde el poder, de todo valor (farándula, ostentación, vedettismo, impunidad, modistos, peluqueros, golf, ex asesores, narcotraficantes, ídolos deportivos, beldades internacionales que visitan la Casa Rosada). Por otra, un reaccionarismo eclesíastico y civil que acepta « en conveniente silencio » estas ideologías y actuaciones del Plan de Ajuste, la concesión a las políticas regresivas y oscurantistas en los grandes temas: los reclamos del movimiento de mujeres, la educación, el control de la juventud regimentando horarios nocturnos. En suma, la complacencia con la Iglesia para no encarar ninguna « demoníaca » gran campaña, ya sea contra el flagelo atroz del Sida en la Argentina, o la del esperado debate público sobre el aborto y la anticoncepción

La iglesia Católica actúa con la lógica de corporación, y despliega su poder en cualquier « lobby » que sirva para defender sus intereses. En la aplicación de sus políticas en cambio , un gobierno nacional que se postula como democrático está obligado a conciliar posiciones diversas (entre ellas la del movimiento de mujeres), cuidando que la fuerza o la omnipotencia de algunas impongan sus prerrogativas a otras.