Un análisis del movimiento de mujeres requiere realizar una reflexión sobre la problemática de género, como elemento fundante de su existencia.
Para comprender el proceso de construcción de género y las relaciones entre lo masculino y lo femenino , partimos de diferenciar los conceptos de sexo y género, entendiendo por sexo lo que hace a las diferencias biólogicas entre varones y mujeres-naturales en la especie-y por género, la construcción psicológica y socio-cultural atribuida a cada sexo-y por tanto modificable-ya que los sistemas que sostienen dicha construcción, varían en cada momento histórico, segun clases sociales, grupos étnicos y grupos generacionales.
Como construcción social que define y da sentido a la sexualidad y reproducción humana, el género conforma un sistema de poder, el poder que los varones ejercen sobre la reproducción y la sexualidad de las mujeres y a consecuencia de ésto, sobre la capacidad de trabajo de las mismas. Este sistema de poder se realiza por medio de operaciones complejas, a través de normas escritas, tradiciones, prácticas, valores, estereotipos, etc, que desarrolla en las mujeres una identidad prestada, que les asigna el rol de reproductoras biológicas y más allá de lo meramente físico, la responsabilidad de la reproducción de la fuerza de trabajo y de la estructura ideológica que sostiene el sistema androcéntrico, patriarcal, capitalista y dependiente.
Estas reflexiones significaron para muchas mujeres un avance en la toma de conciencia, una ruptura de la conciencia ingenua y el paso hacia una vision más crítica que condujo a la necesidad de organizarse para intentar superar las desigualdades, entendiendo que el machismo, el racismo, la miseria, la pobreza extrema y las discriminaciones de todo tipo no tienen por qué seguir siendo datos de nuestra realidad
Este es el marco de las principales preocupaciones que afectan hoy al movimiento de mujeres en Argentina.
Este movimiento como sujeto histórico se referencia en las luchas que llevaron adelante las mujeres a comienzos de siglo, en muchas partes del mundo, las mujeres logrando desnudar los sistemas sociopolíticos construídos sobre la base de una jerárquica división sexual del trabajo y la conquista de derechos civiles y laborales.
A partir de la segunda mitad del siglo, se consolidaron estas conquistas, aunque las discriminaciones positivas implementadas no lograron trascender para producir modificaciones sustanciales en la vida personal de las mujeres. En la década de los 60 y 70, la participación de las mismas cobró mayor fortaleza, expresada en una activa militancia política junto a los varones, en la búsqueda de una construcción social más justa. Se buscaba una nueva forma de vivir, un nuevo "hombre genérico". Sin embargo no había aún una visión crítica que incluyera las reivindicaciones específicas en el proyecto político, aunque grupos feministas levantaban las banderas de lucha de la liberación de la mujer, especialmente en los grandes centros urbanos del país.
Luego de marzo de 1976, con la dictadura militar, el proyecto de liberación fue abortado y se generó en el país una metodología de represión basada en la figura del detenido-desaparecido. Muchas mujeres fueron encarceladas, muertas u obligadas al exilio forzoso. Se implantó con los militares un modelo autoritario que trajo aparejado la jerarquización, la verticalidad en las relaciones, exaltando el rol tradicional de la mujer, como eje y pivote de la familia. No obstante se desarrolló una práctica de sobrevivencia y hábitos de resistencia expresada en grupos como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, dando un ejemplo de vigor y fortaleza propios de las mujeres.
A partir de la reapertura democrática en 1983, se gestaron multiplicidad de grupos, que encontraron en la organización un instrumento para la expresión política y lo manifestaron en la generación de conceptos, categorias y prácticas diferentes a las tradicionales.
De esta manera se fue conformando el Movimiento de Mujeres en Argentina, que desde la especificidad de género, expresa su quehacer político con características propias:
1)La recuperación del sujeto persona que construye la historia y que se define desde su ser individual frente al ser social. Este ser individual tiene un mundo privado que no se acepta como ámbito político, sin embargo la trama del poder tambien se expresa en las relaciones interpersonales e interfamiliares. Al evidenciar esta trama, se rompe, aquí sí un esquema profundamente patriarcal, de que "solo lo público es lo político".
2)la heterogeneidad y diversidad de tendencias, vertientes, sectores, formas de lucha, reivindicaciones, organizaciones, de los grupos que lo componen que si bien aparecen en algunos momentos como contradictorias, con matices de espontaneidad y dispersion, mantienen un ritmo, proyectan objetivos comunes. La heterogeneidad y diversidad exigen además detectar la igualdad en las diferencias, en el contexto del pluralismo y la democracia, lo que trae aparejado el ejercicio de la autocrítica, el redescubrimiento de la ética y de la solidaridad sin fronteras ni razas. Es el desafío de lograr el libre pensamiento y la libre expresión para todas y cada una de las mujeres, creando las condiciones fraternales del protagonismo colectivo.
3)la autonomía del movimiento de los partidos políticos, del Estado, los sindicatos, etc. La autonomía es un proceso que requiere ser analizado en todos los niveles, manteniendo el suficiente equilibrio para no constituirse en un ente aislado del contexto, no implica el aislamiento del movimiento de las luchas y procesos sociales, su sectarización y/o sectorización, por el contrario implica ampliar y hacer más abarcativa las demandas de cambio para el conjunto de los oprimidos y excluídos del modelo socio-político, pero fundamentalmente la supresión de las opresiones y explotaciones de género.
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, Argentine
En este punto titulado "Existencia y visibilidad política y social del Movimiento de Mujeres desde nuestra perspectiva de género", realiza un pantallazo sobre la historia del movimiento en Argentina y sus características esenciales que aportan a la comprensión del porque de su existencia especialmente para aquellos quetodavía hoy no han llegado a entender este proceso. Indeso-Mujer ha participado activamente en el Movimiento de Mujeres de Argentina, y lo sigue haciendo actualmente. De cualquier forma consideramos que hoy el Movimiento vive una época de reflujo, como todos los movimientos sociales. La profunda recesión económica de nuestro país, el descreimiento generalizado en la clase política, la falta de expectativas sobre cambios positivos a corto plazo ha generado una actitud desesperanzada e individualista en general, poco propicia para la movilización en pos de reivindicaciones sectoriales, y menos aun para propuestas que como las levantadas por el Movimiento de Mujeres,que por su incidencia significan cambios estructurales profundos.
El texto integra una ponencia realizada por Adriana Spila del Centro Accion de las Mujeres de Córdoba (Argentina)y presentada en el Seminario-Taller "Movimiento de Mujeres Hoy en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay".
Livre
SPILA, Adriana, CAM=CENTRO DE ACCION DE LA MUJER, Movimiento de Mujeres hoy en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay., Red Comunicacion Regional, 1994/04 (Uruguay)
INDESO MUJER (Instituto de Estudios Juridico Sociales de la Mujer) - Balcarce 357.2000 Rosario, ARGENTINA - Tel/Fax 0341-4402369 - Argentine - www.indesomujer.org.ar - indesomujer (@) uolsinectis.com.ar