El programa de conservación de suelos del Proyecto Sierra de Santa Marta. Ficha 2

Uno de los problemas fundamentales de la Sierra de Santa Marta, Veracruz, es el creciente desabasto de maíz debido a la disminución de rendimientos por el empobrecimiento de los suelos. En este contexto, el Proyecto Sierra Santa Marta busca, junto con los campesinos y comunidades de esta región, alternativas de manejo sustentable de los recursos naturales, que mejoren las condiciones de vida de la población. Uno de los proyectos que impulsa es el de conservación de suelos con barreras vivas, descrito en otra ficha de esta base de datos.

En pocas palabras, el programa consiste en la siembra de una leguminosa llamada cocuite (Gliricidia)siguiendo curvas de nivel. Para el trazo de éstas se usa el aparato "A". La difusión se hace "de campesino a campesino", gracias a la participación de promotores locales.

Durante la primera etapa (1993)los resultados cuantitativos fueron los siguientes: 34 campesinos capacitados. 26 campesinos practicantes, de 11 comunidades. Establecimiento de 1784 metros de barreras vivas, sobre una superficie de más de 6 ha. Durante la segunda etapa (1994)el programa se llevó a cabo en colaboración con dos instituciones gubernamentales, y tuvo una mayor cobertura; se capacitó a 743 campesinos, de los cuales 334, de 25 comunidades, están llevando a la práctica la propuesta. La superficie con barreras vivas se elevó a 340 hectáreas.

Ha habido diferencias en el crecimiento y adaptación del cocuite a los diferentes tipos de suelos. En la mayoría de los casos hubo buenas respuestas, lo que garantiza un establecimiento de la barrera para cumplir los fines de retención de suelo. Sin embargo, hubo parcelas en las que el crecimiento fue deficiente y no se garantiza que esta planta vaya a ser la adecuada; en estos casos será importante la búsqueda de plantas alternativas para cumplir la función de barrera viva.

En lo referente a retención de suelos se percibe igualmente un impacto diferencial; las barreras de cocuite, después de una temporada de lluvias, formaron un desnivel de entre 5 y 15 centímetros, pero en algunos casos éste rebasa los 40 cm.

Uso de otras plantas: Se inició la prueba de otras plantas que pudieran ser útiles como barrera; además del Cocuite, se está probando el uso de los zacates King-grass y Limón, así como plantas que los campesinos han recomendado (árnica, zacate privilegio, piña, tulipán y guaje). También se ha probado con barreras muertas.

Inversión de jornales para los trazos. Cuando todas las curvas a nivel se trazaban con el aparato "A", se requería en promedio poco más de 2.25 jornales por hectárea. Actualmente, el promedio se sitúa por debajo de un jornal por hectárea, lo que significa una ventaja desde el punto de vista de la promoción de la propuesta y el involucramiento de campesinos. Falta evaluar si la adecuación técnica implica desventajas en términos de menor efectividad en la retención de suelos.

Obstáculos: En algunas comunidades se registraron casos en donde los campesinos rechazan la propuesta, dado que no tienen una seguridad en la tenencia de la tierra. Obviamente, nadie estará dispuesto a invertir trabajo en un terreno que quizá no pueda conservar.

En cuanto a la coordinación entre el PSSM y las instituciones gubernamentales, ésta no ha estado libre de problemas, a pesar de que en esta segunda etapa se logró una mayor participación. Las fases de promoción y capacitación en la región de la Sierra de Santa Marta, recayeron casi exclusivamente sobre el personal del PSSM. El personal técnico de gobierno no se involucró realmente en este trabajo. Las estrategias seguidas por el PSSM en cuanto a la difusión campesino a campesino y la posibilidad de que un promotor pueda difundir las propuestas no solamente en sus comunidad, sino en algunas otras cercanas, no fueron compartidas por el personal técnico oficial. A menos de que exista una modificación en las formas de participación de las instituciones, es previsible que en siguientes fases el peso del trabajo en esta región recaiga exclusivamente en el PSSM.

Los resultados logrados son contrastantes. Por un lado, solamente a través de una participación gubernamental se pudo lograr el involucramiento, en una sólo temporada de siembra, de un número de campesinos que superó cualquier expectativa. Esto puede significar el afianzamiento de la promoción de estas técnicas para las próximas temporadas. Falta por evaluar la imagen que dejarán los obstáculos derivados de las inercias institucionales (retraso en los pagos de jornales y semillas y posible corrupción en el manejo de los recursos financieros).

En lo relacionado con la generación de tecnología, fue positivo el desarrollar una propuesta unificada que retomó lo más accesible de la propuesta de una institución de gobierno y de la difundida por el PSSM, en términos de difusión y adopción campesina.