(La France rurale, vue par un voyageur mexicain)
03 / 1995
En junio-julio de 1993 un grupo de mexicanos visitamos algunas regiones francesas, invitados por la asociación Vie Nouvelle. He aquí los apuntes de uno de ellos.
LA AGRICULTURA
El problema de la sobreproducción: Como resultado de un esfuerzo de la postguerra inspirado en la moral cristiana (alimentar a la gente)los rendimientos de la agricultura francesa se multiplicaron y Francia se convirtió en potencia agroexportadora. Ahora, los productores reciben subsidios para que dejen de sembrar el 15% de la superficie. Francia está comprando cereales y alimento para ganado a los Estados Unidos. Para muchos franceses, es humillante.
La competencia en el mercado internacional ejerce una presión muy fuerte sobre los productores y sobre los enclaves de alta productividad. El GATT afecta toda la política agrícola (no sólo de Francia), a pesar de que sólo el 5 ó 10% de la producción agropecuaria mundial para por el mercado internacional.
Ahora la Confederación Campesina, corriente minoritaria del sindicalismo agrícola, plantea la necesidad de que cada país sea capaz de alimentarse, y de impulsar un modelo sustentable. El problema es cómo hacer rentable y socioculturalmente atractiva a una agricultura menos concentrada, menos intensiva, y asociada a la ganadería. Y cómo desmantelar los mecanismos de dumping que mantienen bajos los precios de los productos agrícolas. La agricultura orgánica poco a poco se desarrolla. Empiezan a tejerse alianzas entre productores, consumidores y ecologistas. Se crean canales de comercialización de productos orgánicos. Falta todavía mejorar el flujo de información entre un sector y otro. Necesita haber negociación, concertación.
EL ABANDONO DEL CAMPO: Muchas zonas rurales están vaciándose, no tanto de población como de productores. (Sólo el 8% de la población está involucrada en la producción agrícola, pero un 30% se considera población rural.)Después de la Segunda Guerra hubo un esfuerzo para nivelar la calidad de vida en el campo con la de la ciudad; hoy los agricultores tienen un nivel de consumo equivalente a la de las clases medias, gozan de prestaciones, ayudas diversas. Sin embargo, no resulta fácil brindar a los productores, a sus esposas e hijos, oportunidades iguales a las de la ciudad.
LOS PARQUES NACIONALES Y REGIONALES: Uno de los mecanismos que usa el Estado para regular el uso de suelos es la creación de parques, que cubren por igual a las zonas urbanas, agrícolas y forestales. Los parques nacionales son decretos que los municipios deben acatar. Los parques regionales, en cambio son voluntarios: cada municipio (commune)decide si participa. Participar significa responsabilidades precisas, como regular la construcción de viviendas. Se trata de evitar el proceso de "cuernavaquización", la edificación desordenada de viviendas secundarias. También significa emprender programas con apoyo del ministerio del ambiente para revitalizar el pastoreo, prevenir y combatir incendios, mantener la biodiversidad. Se elabora un plan de ocupación de suelos (POS)que la gente debe respetar. Un municipio que no respeta el plan general queda excluido del parque, y pierde acceso al apoyo técnico y a eventuales proyectos que el parque podría gestionar ante el Estado y la Comunidad Europea.
CUIDANDO EL CAMPO PARA LA GENTE DE LA CIUDAD: En el Vaucluse, en los Alpes Marítimos, en la Alta Provenza, se desarrollan programas para intentar frenar el proceso de deterioro ecológico provocado por el abandono de las tierras. Aún se ven campos de lavanda, pero muchos están abandonados. Los matorrales, y después unos pinos inservibles, están colonizando los cerros. Un ecosistema puede estar "sano" con 90% de cobertura forestal, pero no con 100%. En el Luberon, intentando enfrentar el grave problema del subpastoreo, se subsidia a los dueños de rebaños de borregos para que lleven a sus animales a pastar durante algunos meses al macizo (entre 100 y 300 Francos/ha). Esto permite mantener zonas de pastizales (con 15 veces más biodiversidad que los bosques), limitar la propagación de incendios forestales, mantener un paisaje diverso y rico, y despejar las crestas para que los excursionistas puedan disfrutar la vista desde allá.
Es un territorio de esparcimiento. Sus propietarios a menudo no viven aquí. Los principales usuarios son los excursionistas y los cazadores. Uno que otro ganadero y algún neo-rural con cabras. La cacería funciona de la siguiente manera: al inicio de la temporada llegan camiones con jabalíes, perdices, codornices, liebres, importadas quizá de Rumania o Argentina, y las liberan en el cerro. Entran los cazadores y un tiempo después no queda nada. Llega un momento en que, a falta de una buena presa, cualquier animalillo puede servir de blanco. Aterrizan águilas y pájaros en las granjas, heridos. Afortunadamente existen ya clínicas especiales para atender estos casos.
¿PUEDE HABLARSE DE UNA RESPONSABILIDAD HISTORICA DE FRANCIA ANTE EL PLANETA?
El auge económico del país, o lo que queda de ese auge, es visto como resultado del esfuerzo de los franceses para reconstruir el país después de la Segunda Guerra. Y es innegable que ha habido sacrificios. Pero también es evidente que, sin el proceso histórico de acumulación de riqueza, el nivel de vida y las posibilidades de repartir "ayudas" no serían como son. Los palacios, la arquitectura de las ciudades y el poderío industrial nos hablan de los beneficios acumulados por el comercio colonial de mercancías y esclavos, y por el persistente intercambio desigual con el Tercer Mundo.
El carácter que tiene Francia de "beneficiario" de este modelo se ve puesto en entredicho cuando por razones ecológicas y sociales su propio bienestar se ve amenazado: Por un lado la inmigración desde Africa y el Sudeste Asiático, que desestabiliza muchos ámbitos de la convivencia social. Por otro lado el impacto ambiental y social del modelo industrial de producción: desempleo, contaminación, etc.
¿Qué futuro imaginar?
Si puede hablarse de una especie de deuda de Francia ante el mundo, su liquidación sería benéfica para Francia misma. Es, de hecho, la deuda del "progreso industrial y urbano" con respecto a las zonas rurales y los sectores desposeídos. Necesita saldarse para permitir que los tejidos sociales y los ecosistemas se reequilibren. Y más en países agrícolas, como la propia Francia.
A los franceses les importa un paisaje bonito. Les gusta comprar pan en las panaderías, con una presentación en cestería que evoque lo tradicional. El riquísimo acervo cultural que significa la existencia de múltiples "pequeños oficios" ¿podría desarrollarse? ¿ir más allá de la simple reminiscencia casi museográfica?
¿No presenta la crisis oportunidades interesantes? El temor de los franceses cuando el consumo empieza a disminuir, y aparece la austeridad (sin que esto signifique que desaparece la abundancia), ¿no podría tornarse en una voluntad para modificar el modelo y reducir el crecimiento?
relation ville campagne, aménagement rural, agriculture, milieu rural, exode rural, GATT
, France
Document interne
ALATORRE, Gerardo, 1993 (MEXICO)
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