Bosques homogéneos y producción de celulosa en Brasil. Ficha I

La situación de los bosques homogéneos y del sector productor de celulosa debe ser entendido dentro de la actual lógica del mercado internacional, sin dejar de considerar la especificidad de cada país.

En los años 60, el mercado internacional de materia prima para la producción de papel se repartía entre productores de los Estados Unidos y países europeos. Por supuesto, todavía hoy los principales productores de las llamadas pulpas mecánicas, semi-mecánicas y de la celulosa, son los Estados Unidos, Canadá, Japón, Suecia, Finlandia y China. Pero en los últimos 20 años, vienen ocurriendo cambios importantes en la división de estos mercados, con la ocupación de espacios por parte de los países del hemisferio sur.

Las dificultades del espacio territorial, el clima adverso al desarrollo rápido de bosques y, por añadidura, los problemas de contaminación, han promovido una reorientación de la industria internacional en el sentido de una mayor especialización de los países desarrollados en el sector del papel. El abasto de materia prima fibrosa se hizo por medio de la importación, aprovechando los bajos costos de producción de los exportadores. Algunas interpretaciones enfatizan la presión de los movimientos ambientalistas en el primer mundo, cuya consecuencia es el traslado de las industrias sucias - entre ellas la de celulosa - del Norte hacia el Sur.

En países como Tailandia, estas hipótesis son comprobadas con facilidad. Pero en Brasil hay otros aspectos que deben considerarse. El peso de la intervención del Estado para la implantación de esta industria y la presencia predominante del capital nacional en el sector fueron determinantes para la consolidación de la industria de celulosa en este país.

Hasta la década de 50, la industria brasileña de papel procesaba celulosa de fibras largas, obtenida a partir de las maderas de bosques del sur del país. Pero la producción de celulosa era insuficiente para las necesidades del país y el gobierno subsidiaba las importaciones. Por ello se incrementó la investigación para la substitución de esa fibra y la búsqueda de alternativas para la fabricación de pastas de madera de fibras cortas. Esto dentro de un modelo más general de substitución de importaciones.

Con el desarrollo tecnológico de algunas firmas privadas, y con el apoyo del Estado, Brasil descubrió las ventajas del Eucalipto; entre ellas, su rápido desarrollo y su alta productividad. Mientras las maderas de coníferas tienen un ciclo de desarrollo lento, aquellas tienen un tiempo de maduración de solamente siete años. Otras ventajas eran la homogeneidad que se lograba obtener en las plantaciones y la diversidad de usos (fabricación de pastas, maderas para construcción, carbón vegetal para la siderurgia, etc.).

En Brasil, la expansión del complexo eucalipto-celulosa comienza a partir de la segunda mitad de la década de los 60, contando con el apoyo decisivo del gobierno autoritario militar. Después de 1964 ocurre una rearticulación de la política forestal, con la creación del nuevo Código Forestal (1965), los incentivos fiscales para la reforestación (1966)y la creación del Instituto Brasileño de Desarrollo Forestal (1967).