Los pequeños productores y las comunidades indígenas chilenas en la actividad forestal

Sólo una minoría de las comunidades indígenas tiene recursos forestales nativos. Hace unos 30 años se definieron Reducciones. Hasta hace 15 años la propiedad de la tierra era comunitaria pero en la época de Pinochet se reformó la ley para permitir explotaciones privadas. Las compañias presionan para comprar las propiedades indígenas aledañas.

Más recientemente se titularon tierras y bosques (se parcelaron terrenos comunales y crearon parcelas individuales, porque sólo quien tien un título de propiedad puede recibir préstamos y autorización para explotar el bosque). De 5 a 10% de los bosques naturales pertenecen a las comunidades, y existen también plantaciones. Quienes han obtenido sus títulos de dominio venden en pie. No tienen posibilidad financiera ni técnica para procesar. Existe en el parlamento una ley indígena que regula: tenencia, justicia, aprovechamiento de recursos, etc. Pero es muy general y, como la mayoría en el Senado es propinochetista, será difícil que pase.

La organización del recurso forestal no puede estar fuera de las preocupaciones de la comunidad indígena. En un contexto bi-cultural, que no permite el aislamiento, las organizaciones que persisten son las que tienen raíces ancestrales, indígenas.

La participación de los pequeños propietarios en la producción o decisiones políticas es marginal. Su importancia está en la producción de madera aserrada; abastecen madera a aserraderos locales y producen combustible. Grandes compañias les compran actualmente los bosques en pie, así como trocería para el mercado nacional e internacional. (Una mitad de la madera aserrada proviene de grandes empresas privadas; otra mitad viene de pequeños aserraderos privados, 1/3 de ellos ligados a los pequeños productores.). Hoy día la actividad forestal no está dejando ni fuentes de empleo ni aporta valor agregado a los productos. La mayor proporción de las exportaciones es de materia prima.