Autosostenibilidad de las ONG en los tiempos del ajuste estructural

Si algunos autores preconizan toda una serie de medidas que deberían ayudar a las ONG a avanzar hacia su autonomía financiera, otros tratan de analizar los posibles inconvenientes que podrían presentarse en ese "camino hacia la autosostenibilidad" y, al mismo tiempo, colocan la discusión en el contexto en el que está teniendo lugar.

Se cita aquí un punto de vista al respecto : el de Jorge Vargas Cullel, de la Fundación Promotora de Vivienda (FUPROVI), San José de Costa Rica.

De acuerdo con el análisis de Vargas, la estrategia de ajuste estructural del Banco Mundial fue la pieza clave en una búsqueda de la eficiencia, que supuestamente llevaría al desarrollo. Esta estrategia ha ido modificando los flujos de cooperación: la eficiencia en la asignación de los recursos se convirtió en un criterio clave para su concesión, es decir, sólo han de financiarse los proyectos rentables. Así pues, se ha visto variar el temario de la cooperación: se financian microempresas, se fomentan los fondos rotatorios, se pide en ciertos casos la participación del sector financiero formal en programas de desarrollo...

Al mismo tiempo, el ajuste estructural ha ocasionado una disminución de los presupuestos sociales públicos, o incluso su inexistencia en ciertos casos. Ante el problema de la pobreza, varios países latinoamericanos pusieron en marcha los llamados "fondos de emergencia social" o "fondos de inversión social". Por su parte, los organismos multilaterales (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo...)y la cooperación bilateral, que aportan apoyo financiero a estos fondos, han venido preconizando la participación de las ONG en los programas sociales regulados por el Estado.

Esa situación ha puesto a las ONG en una situación difícil, en la que necesitan poder dialogar con gobiernos y agencias sin olvidar una actitud crítica. Evidentemente, para poder asumir tal diálogo y evitar relaciones de clientelismo, se necesita una cierta independencia financiera.

Ahora bien ¿cuál es el significado de la tesis de la autosostenibilidad de las ONG? Según las propuestas que se han efectuado, se trataría de que las ONG sufraguen sus gastos operativos y de inversión, mediante un adecuado manejo financiero del retorno de las inversiones efectuadas. Así se acumularía un fondo rotativo propio, a partir de cuyos fondos podría sostenerse la ONG. Pero analizando más la situación ¿puede afirmarse que las ONG especializadas en servir a los más pobres lograrán constituir un fondo de tal naturaleza? En efecto, si ciertas ONG podrían estar dispuestas a convertirse en una especie de banco con sistemas financieros no tradicionales, sólo una pequeña porción entre ellas podría encauzarse por esta ruta: la promoción de la cultura popular o la alfabetización no son rentables.

¿Se debe concluir que la autosostenibilidad es un mito o un asunto de pocos? Jorge Vargas sugiere una posibilidad intermediaria: la ONG puede identificar un subconjunto de sus actividades que puede ser administrado con criterios de rentabilidad, así como identificar actividades que no podrán seguir tal criterio, por lo tanto no serán autosostenibles. Propone una separación en "fondo rotativo" y "fondo no rotativo". En el primero se agruparían las actividades o servicios que puedan operar con criterios rentables; se trata de que los recursos roten por la prestación en forma rentable, de manera que el capital se mantenga en términos reales. En el segundo fondo irán las actividades no rentables e indispensables que operan a fondo perdido: desarrollo institucional, educación y difusión, gastos administrativos. Se trata de un fondo aparte porque la carga es tal que descapitalizaría rápidamente el fondo rotativo.