08 / 2007
La industria de la caña fue una de las primeras actividades de las Américas en el período de la colonización, siempre signada por la apropiación de territorio y por la explotación de la mano de obra. Esta actividad permitió que sectores que controlaban la producción y la comercialización pudieran acumular capital y con esto contribuir para la estructuración del capitalismo en Europa.
En la mayoría de los países latinoamericanos, los dueños de ingenio controlan tanto la propiedad de la tierra como la cadena productiva. En la actualidad, el sector cañero se ha expandido en América Latina, a partir de la propaganda de los agrocombustibles como alternativas para contener el calentamiento global. Existe también el interés estratégico del gobierno estadounidense y de empresas multinacionales de garantizar la provisión de energía barata y dominar el mercado mundial del producto.
La producción de etanol debe aumentar en América Latina, a partir de un memorando firmado entre los gobiernos de Brasil y de Estados Unidos, en marzo de 2007, para difundir los agrocombustibles en la región. Actualmente, Brasil y Estados Unidos son responsables del 79% de la producción mundial de etanol.
El memorando cita específicamente a América Central y el Caribe como “regiones clave” para la producción de agroenergía. El efecto de este anuncio fue inmediato. Guatemala inició recientemente la producción de etanol en algunos ingenios que tradicionalmente producían azúcar. Existen hoy cuatro destilerías de etanol en el país, que conjuntamente producen cerca de 550 mil litros del producto al día.
En El Salvador, el presidente Elías Antonio Saca negoció un proyecto piloto para recibir asistencia técnica de Brasil y de los Estados Unidos para iniciar un Programa Nacional de Agrocombustibles.
En Costa Rica, la edición de 20 de marzo del diario La Nación revela que “la gran demanda mundial de etanol repercutirá en un cambio en la estructura agropecuaria nacional”. Técnicos del Ministerio de Agricultura de aquel país pretenden estimular la sustitución de otros cultivos por la caña de azúcar y por la mandioca, para la producción de etanol y de diesel vegetal. “El país debe adoptar la decisión de concentrarse en estos productos y evitar inversiones e investigación en otros”, afirmaron Alfredo Volio y Carlos Villalobos, ministro y viceministro de Agricultura.
Organizaciones campesinas vinculadas a la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) rechazaron esta política, pues argumentan que ella representa un riesgo para la producción de alimentos y para la propia supervivencia de comunidades rurales. Los incentivos a los proyectos de agrocombustibles retiran recursos e infraestructura a la pequeña agricultura, de la cual depende la producción de la mayoría de los alimentos consumidos en el mercado interno.
El interés estratégico del gobierno Bush en convertir a América Central en una región exportadora de etanol está relacionado a la presión impuesta a los países centroamericanos para aprobar el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA), que facilitaría la entrada del producto en el mercado norteamericano.
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, Amérique Latine, Caraibes
Agroénergie : mythes et impacts en Amérique latine
Los textos y manifiesto “Tanques llenos a costas de estómagos vacíos” fueran presentados en el Seminario “La expansión de la industria de la caña en América Latina, 26 al 28 de febrero de 2007, en Sao Paulo, Brasil.
Este dosier « Agroenergía: Mitos y impactos en America Latina » está tan disponible en inglés, portugués y francés.
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