La lucha por conservar los sitios de la ruta sagrada a Huiricuta
08 / 2005
Hablar de México sin duda remite a pensar en un estado multicultural, de lenguas, religiones, usos, costumbres y hasta vestidos distintos, que dan colorido y sabor a todas las comunidades de este país. El caso de cada grupo étnico es distinto, su historia, su territorio y por ende su trascendencia. En México se habla una gran diversidad de lenguas que superan en número el medio centenar. Sin embargo, son pocas las culturas nativas que han logrado conservar y reproducir de manera exitosa su cosmovisión y cultura ancestral. Uno de los casos más interesantes es el de los indígenas huicholes, quienes no obstante su apertura a la interacción exterior, han sido sumamente celosos de la conservación de sus tierras y tradiciones, reconociendo su identidad y defendiéndola con orgullo.
Esta supervivencia cultural ha sido posible, entre otras cosas, por la accidentada topografía de sus territorios, una organización política descentralizada y capacidad de adaptación a la realidad exterior a su cultura, lo que los ha llevado a participar activamente en la historia reciente de México. Sin embargo, la principal causa de su trascendencia ha sido una tenacidad colectiva para cumplir las tradiciones ancestrales. Los huicholes han mantenido una población más o menos estable, un grupo de aproximadamente 20 mil personas, que habitan entre los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango. Los huicholes están organizados en tres comunidades agrarias, en las que se integran cinco tribus o gobernancias.
Las tradiciones ancestrales de este pueblo incluyen la subsistencia basada en la agricultura, una lengua propia, medicina tradicional y vida ceremonial autóctona. Las celebraciones religiosas están calendarizadas a lo largo de todo el año, e incluyen danza, música y cánticos nocturnos; esta vida ceremonial incluye peregrinajes y rutas a sus lugares sagrados. Y es que la cultura huichol funda su identidad en la recreación constante de los mitos que dieron inicio al mundo, por ello es que los peregrinajes se repiten año con año.
La gran mayoría de los lugares sagrados, rocas, cerros, cuevas, lagunas, ojos de agua y el mar, son considerados moradas de antepasados divinizados. En tiempos míticos, a través de sacrificios y auto-sacrificios, los antepasados se transformaron en objetos que sus descendientes necesitaban para vivir, como agua, maíz, sol, venados, tabaco y peyote (cactus de propiedades alucinógenas considerado sagrado). Así, se explica como todos los elementos de la naturaleza, aunque en apariencia difieran de los seres humanos, en realidad son gente y son los propios antepasados. Según la tradición, Jaramara (o el mar de San Blas, Nayarit) y Reunar (o el Cerro del Amanecer, en Huiricuta, San Luis Potosí) son los puntos extremos para el universo huichol. Estos dos puntos son muy contrastantes, en un extremo el mar de Nayarit, y en el otro, el desierto del altiplano potosino; a 800 kilómetros de distancia a pie. El territorio habitual de los huicholes está ubicado a medio camino entre ambos extremos, en la Sierra Madre Occidental en el centro de México.
El idioma que hablan los huicholes pertenece a la rama conocida como corahuichol y no tiene escritura. Si bien la historia entera de este pueblo no se ha escrito, ésta se describe a lo largo de esta ruta sagrada, que incluye alrededor de 22 sitios sagrados de gran importancia. Es una ruta-códice, que al recorrerla permite que se vaya leyendo la historia de este pueblo en cada paso del peregrinaje. Cada dios huichol tiene dedicado un templo a lo largo de la ruta el cual representa el lugar de culto que se considera como su morada dentro del paisaje. Cada templo es resguardado por un “jicarero”, quien es el encargado de alguna de las jícaras sagradas (vasija natural) que se guardan en templos del centro ceremonial y que representan a uno de los ancestros deificados. El jicarero adopta el nombre de la deidad que representa y lo toma como propio durante los siguientes cinco años que dura su cargo. De esta forma, el jicarero se convierte en el antepasado que debe personificar, continuando así su historia de vida como pueblo.
Para los huicholes el mundo no fue hecho por los dioses, sino que está hecho de dioses, todo cuanto se mira es dios y éstos se expresan en toda la vida cotidiana, en cada rito, en cada canto, en cada peregrinación a Huiricuta, el destino final. Del peregrinaje anual por la ruta sagrada, depende que el sol nazca cada día y el saludo matinal de los chamanes ayuda al sol a vencer las sombras de la noche. En la tradición huichol, al hablar los chamanes crean la realidad con sus palabras.
Cuando el largo peregrinaje llega a Huiricuta, los chamanes ingieren el peyote sagrado después de haberse mantenido durante los días previos en ayuno. El peyote es el espíritu maestro, del cual asumen sus propiedades y mediante el cual perciben la auténtica realidad que se esconde del estado normal de la conciencia. Huiricuta es el único lugar donde los huicholes recogen el peyote sagrado y la pintura amarilla con la que pintan sus rostros, ellos afirman que cuando se extinga el peyote, también el mundo se destruirá, pues el peyote es el espíritu del huichol.
La cultura huichol percibe la incertidumbre de la realidad y responde ante ella haciéndose cargo de su mantenimiento en armonía y equilibrio. Es ésta la enorme dimensión de su responsabilidad ancestral, buscar desde el anonimato mantener la creación y el orden en el universo. Y a partir de esta responsabilidad los huicholes construyen su vida y sus acciones. Pero el cumplimiento cabal de esta responsabilidad fundacional para el pueblo huichol, cada día se vuelve más difícil y complicado.
En tiempos recientes se han incrementado los problemas y amenazas que enfrentan los huicholes para realizar el peregrinaje anual a Huiricuta y los propios problemas que condicionan a este sitio sagrado, obedecen a diversos órdenes. El carisma de los huicholes y la majestuosidad del área donde se ubican, han atraído a una gran penetración del mundo exterior hacia su cultura. En los últimos años, la industria cinematográfica de Hollywood ha filmado en la comunidad de Real de Catorce (Huiricuta) diversas grandes producciones. Entre los actores de fama mundial que han incursionado en tierra huichol se cuenta a Brad Pitt y Julia Roberts (« The Mexican »), Penélope Cruz y Salma Hayek (« Las Bandidas »), Catherine Zeta Jones y Antonio Banderas (« Zorro II »). Esta intrusión va dejando en su paso una creciente atracción turística que incide directamente en el sitio, profanando el espacio sagrado histórico.
Ésta ha sido una de las consecuencias de la celebridad internacional que han adquirido los huicholes, por lo que algunas comunidades de la sierra son acechadas -en temporada vacacional- por un creciente “etno-turismo”. Además, continúa el incremento de visitantes que buscan experiencias místicas y psicodélicas, quienes han sido inspirados por lecturas pertenecientes a la ciencia ficción y no a la antropología, como “Las Enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castaneda.
Este turismo descontrolado e ignorante tiene consecuencias nocivas para el área y es la principal causa de la profanación de los templos y santuarios huicholes. En la actualidad abundan los turistas que sin mostrar respeto alguno presencian e interrumpen las ceremonias, roban y dañan las ofrendas. Otro triste símbolo del turismo irresponsable se observa en que las piedras sagradas han sido pintadas con aerosol. A esta debacle se suma el saqueo desmesurado del peyote, cactácea en peligro de extinción debido al comercio ilegal y abuso en el consumo y al largo tiempo que tarda en crecer.
En la memoria de algunos de los huicholes más viejos está el levantamiento de rejas para delimitar y proteger zonas para ganado, las cuales han interrumpido algunas de las rutas más importantes de la peregrinación. Adicionalmente, las rejas no permiten que los huicholes puedan realizar la ruta sagrada acompañados de animales de carga con los que podrían transportar lo necesario para el largo viaje de casi dos meses. Como consecuencia, son pocos los huicholes que continúan realizando la peregrinación a pie. La mayor parte de los grupos que recorren la ruta sagrada, lo hacen ahora combinando vehículos alquilados, transporte público y caminando. Esto ha causado que la ruta sea ahora mucho más corta, pues el alquiler de vehículos es caro y los caminos no llegan directamente a los sitios sagrados. Una parte importante de la transmisión cultural de la ruta se ve eliminada puesto que cada sitio sagrado omitido es un capítulo omitido de la tradición huichol.
Otra amenaza que enfrenta el sistema religioso huichol, dependiente de los templos in situ, es que muchos de los sitios sagrados están ubicados fuera de la tierra comunal huichol. Al no poseer estas tierras, algunas veces no pueden acceder a estos sitios pues los dueños cierran el acceso. Finalmente, otras de las amenazas de mayor impacto a la conservación de la ruta sagrada son la creciente construcción de autopistas y la agricultura comercial. El gobierno mexicano y los ideales de la globalización han modificado la estructura social de los huicholes mediante políticas de integración permeadas por la intolerancia.
Esta desoladora perspectiva se ilumina ahora con la posibilidad de que la ruta huichol sea considerada como patrimonio cultural de la humanidad y conservada bajo las normas de, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Sin que resulte extraño, es a través de la sociedad civil que se organiza y promueve la protección y conservación de parajes naturales y culturales. La fundación mexicana Conservación Humana, A.C. lleva más de diez años trabajando de la mano de los líderes huicholes para proteger este paisaje cultural y los sitios sagrados que integran al universo huichol, buscando la denominación de patrimonio de la humanidad ante la UNESCO.
Dentro de los logros obtenidos está la inclusión de la Ruta Huichol por los sitios sagrados a Huiricuta en la “Lista Indicativa” mexicana. Esta lista es un inventario de los bienes del patrimonio natural y cultural de cada uno de los países miembros de la UNESCO con potencial de ser protegidos por la organización. La denominación otorgada por la UNESCO constituye actualmente el máximo nivel de protección legal, nacional e internacional, al que puede aspirar la conservación de una expresión cultural como la tradición huichol.
Para recorrer el largo camino en vías de esta denominación, se han logrado diferentes avances, entre ellos el más importante es la declaración por parte del gobierno de San Luis Potosí como “Sitio de patrimonio histórico cultural y zona sujeta a conservación ecológica del grupo étnico huichol”. Además, Huiricuta es una zona representativa del sureste del desierto Chihuahuense, que es una de las áreas del mundo con mayor cantidad de cactáceas endémicas y 2 mil especies de plantas. Adicionalmente la Ruta Huichol abarca al Golfo de California (Marismas Nacionales), el cual fue declarado en 2005 Patrimonio de la Humanidad y que alberga al 35% de las especies de mamíferos marinos del mundo; y a la Sierra Madre Occidental que cuenta con cinco tipos de bosque.
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, Mexique, Amérique Latine, México, D.F., Durango, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Zacatecas
Intégration régionale au Chili, Colombie et Mexique
En el mundo existen muchas creencias, religiones y colores de piel, por tanto debe haber tolerancia, respeto, comprensión y compromiso con cada una de ellas. La convivencia pacífica y la pluralidad sólo son posibles mediante la búsqueda de una integración cultural general, resultando en una riqueza para nuestro planeta.
El caso de la Ruta Huichol es un gran ejemplo de una tradición ritual precolombina que permanece en uso como dadora de identidad y que hoy está en riesgo de desaparecer debido a influencias externas. Si bien es cierto que no es posible ni deseable mantener a la cultura huichol en estado de aislamiento y hermetismo frente a los cambios de la sociedad actual, es indispensable encontrar el equilibro que permita conciliar por un lado la conservación de la identidad y la invaluable riqueza cultural huichol, y por el otro, el progreso y la apertura al exterior.
La búsqueda de la protección de la UNESCO a las rutas y senderos tiene antecedentes en otros caminos del mundo, pero también en rutas históricas. Este es el caso al sur del subcontinente latinoamericano con el Camino del Inca, que presenta una problemática distinta al cruzar por varios países, pero que al conservar el mismo espíritu de compromiso, es un ejemplo que contribuye a la integración regional.
Esta ficha fue realizada en el marco del desarrollo de la alianza metodológica ESPIRAL, Escritores Públicos para la Integración Regional en América Latina.
Entretien
FERNANDEZ BORJA, Humberto. Presidente de Conservación Humana A.C. Zacatecas 36-1, Colonia Roma, México, D.F. Tel: (52-55) 5564-1126. Correo electrónico: chac@chac.org.mx
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