SENIM, Servicio Nacional de Información al Migrante. Un sistema de información para los colombianos residentes en el exterior.
09 / 2005
María estaba terminando el bachillerato y la situación económica de su casa era muy difícil. Una amiga la convenció para que salieran del país a buscar mejores oportunidades de trabajo y le presentó a un cuñado, que desde hace mucho tiempo viaja frecuentemente a España, pues según ella, tenía varios negocios en los que ella y María podrían trabajar. El hizo todos los trámites, sacó pasaportes, visas y les dio a ambas dio dinero para el viaje. La idea era que cuando Maria y su amiga estuvieran trabajando, devolvieran el dinero que inicialmente se les había dado. Las dos viajaron a Madrid. Al llegar allí, el cuñado de la amiga de Maria se encargó de sacarles a ambas, nuevos documentos de identificación y pasaportes con los que llegaron a Japón. Al llegar allá, les quitaron los documentos y fue cuando se enteraron de cuál sería el trabajo que irían a desempeñar. Ambas trabajarían en la prostitución. Las dos jóvenes fueron objeto de malos tratos y eran obligadas a prostituirse en la calle. A pesar de insistirle al cuñado de la amiga de María, que les devolvieran los documentos, el decía que el viaje había costado mucho dinero y que tenían que pagarlo prostituyéndose.
Ellas estuvieron en Tokio durante 3 semanas y tenían que salir a la calle todos los días, en ropas ligeras, teniendo que soportar bajas temperaturas. Como ninguna de las dos tenía experiencia en la prostitución, difícilmente lograban reunir la cuota diaria que les exigían, por lo que eran agredidas física y verbalmente y las amenazaban con que las iban a reportar como indocumentadas a las autoridades migratorias. Un día decidieron escapar incluso sabiendo que en su intento podrían perder la vida si llegaban a ser descubiertas. Cuando escaparon, casualmente escucharon a un señor que hablaba español. Ellas se acercaron a él pues no sabían japonés. El señor las ayudó a buscar el número del Consulado de Colombia y plantearon su caso. Posteriormente, las autoridades les ayudaron a regresar a Colombia.
Maria piensa que “no hay como estar en el país, así las cosas sean difíciles, a uno lo respetan, gana poco pero trabaja en lo que quiera y sin exponerse a algo tan terrible como lo que nos tocó a mi amiga y a mí.” (Retomado del Testimonio de María de los Archivos de la Fundación Esperanza, publicado en “Guía para el viajero”)
Como Maria y su amiga, existen muchas otras personas que son víctimas de las redes del trato de personas con fines de trabajo forzado y prostitución. Este tema común en muchos países de América Latina, ha sido abordado de muchas maneras. En Colombia, se han venido implementando estrategias publicitarias a través de los medios masivos de comunicación, con el ánimo de prevenir e ilustrar acerca de este tema. Un ejemplo han sido las telenovelas “Café con aroma de mujer” y “Todos quieren con Marilyn”. Ambas, trasmitidas por canales privados de televisión en Colombia y en algunos países latinoamericanos, lograron crear cierto nivel de conciencia a través de los mensajes alusivos a la prevención de la trata de personas y los efectos negativos de las migraciones de quienes buscan en el exterior, mejores oportunidades laborales y que desafortunadamente terminan siendo objeto de abusos y atropellos.
Sin embargo, la televisión no es el único canal de difusión de las campañas emprendidas contra la trata de personas. La radio y la Web son otras de las vías alternativas de información utilizadas, no sólo por las autoridades competentes, sino también por otras entidades que buscan contribuir con la disminución del número de colombianos que se han visto afectados por las redes de trata de personas a nivel internacional. De acuerdo con el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS y la Fundación Esperanza, entre 35.000 y 50.000 son las colombianas que han sido traficadas al exterior, principalmente con fines de explotación sexual.
En este esfuerzo de divulgación, recientemente, en un especial radial informativo, acerca de la situación de los nacionales colombianos en el exterior, una cadena radial de la frecuencia a.m. entrevistó a Oscar Gómez, invitado al programa para que hablara acerca del trabajo que realiza en la Fundación Esperanza.
Oscar es el Gerente del proyecto “Servicio Nacional de Información al Migrante SENIM”. Cuando se realizó la entrevista para recopilar información acerca de la trata de personas y elaborar la presente Oscar accedió a suministrar la información necesaria. El día de la entrevista estaba sentado frente a su computador y con el reflejo de la página Web de la fundación en sus gafas. Tenía en el chat a una persona haciendo contacto desde Roma, su celular estaba vibrando, tocaban la puerta para darle información importante y recibía una llamada de alguien que lo solicitaba… en este contexto no fue difícil inferir la demanda de colombianos que constantemente requieren de ayuda en el exterior por situaciones particularmente delicadas.
La Fundación Esperanza llegó a Colombia hace poco más de 10 años. Surge de una iniciativa holandesa a partir de la Fundación Esperanza existente en ese país, que contaba con el apoyo de la Unión Europea, Japón, Suiza y España. En este país la fundación buscaba dar especial atención al tema de la trata de personas.
En el año de 1993 la fundación llegó a Colombia y su trabajo inicialmente se concentró en el mismo tema que se venía trabajando en Holanda. Tras dos años de trabajo conjunto y continuando con el apoyo de los otros países que respaldaban a la fundación holandesa, para el año 1995, la fundación en Colombia considera necesario dar mayor atención a los aspectos de prevención y asistencia al migrante colombiano en el exterior.
Con esta nueva perspectiva, se hizo contacto con muchas de las 243 asociaciones de colombianos residentes en el exterior que existen en varios de los países de destino. Aunque la interlocución ha sido más o menos permanente se ha visto limitada; en ocasiones por la dificultad de acceder a las redes del tráfico de personas y otras veces porque los nacionales ilegales en otros países, prefieren la clandestinidad a solicitar información y ser descubiertos. En ambos casos la consecuencia es el limitado intercambio de información con los colombianos víctimas de trata de blancas y con aquellas personas que se encuentran en situaciones de amenaza y vulnerabilidad.
Paralelo al surgimiento y al trabajo de la fundación, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, para los tres primeros años de la década del dos mil, se cuestionó y planteó nuevas directrices para observar el tema migratorio como un fenómeno de carácter global. Esta nueva visión está directamente relacionada con las consideraciones y recomendaciones sugeridas desde el contexto institucional internacional, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional para las Migraciones OIM. Esta última por ejemplo, para el presente año 2005, bajo el título “Todos tenemos valor, lo que no tenemos es precio” lidera una campaña en la que además de investigaciones, se adelantan programas de sensibilización y estrategias de cooperación para el control del tráfico de personas.
En resonancia con lo anterior, el Ministerio realiza en el año 2003, el primer seminario sobre comunidades colombianas en el exterior, escenario que sirvió para que la Fundación Esperanza tuviera una mayor difusión y acogida. Al año siguiente, en el 2004, como resultado de los retos para la fundación, se consolida el Servicio Nacional de Información al Migrante –SENIM-. En esta nueva tarea, los propósitos y alcances del trabajo iniciado por la Fundación en 1993, adquirieron una dimensión y cobertura más amplia. Parte de estos nuevos alcances se derivaron del trabajo conjunto entre Esperanza desde su de carácter institucional independiente y algunas de las entidades públicas del Estado Colombiano, contando con el respaldo continuo de la Comisión Europea y de los gobiernos de Japón y Suiza. Es así como se consolidó a nivel nacional en Colombia, una red entre el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, el Departamento Administrativo de Seguridad –DAS-, y la Aeronáutica Civil.
El SENIM, en el marco de las estrategias de divulgación contra el tráfico de personas en Colombia, tuvo como principio hacer una campaña de sensibilización y de información frente a las condiciones para los migrantes colombianos radicados en el exterior. El trabajo se realizó a través de los medios de comunicación nacionales. Para esta tarea en Colombia, se contó entonces con las cadenas televisivas de Caracol, RCN, Canal 1 y el Canal Institucional y de radio, RCN Radio y Radio Caracol. A nivel mundial el recurso empleado fue la red internet.
Aunque en un principio dar a conocer las dimensiones del fenómeno migratorio con respecto a Colombia fue de utilidad, un interrogante importante debió cuestionar a Oscar Gómez, Gerente del SENIM y a su equipo de trabajo: ¿cómo llegar de manera más directa a la población migrante en potencia?, ¿cómo acercarse a los escenarios en los que se encuentra la población más vulnerable al tráfico de personas para fines de prostitución o trabajos forzados?. La respuesta a estos dos interrogantes se tradujo en la estrategia que SENIM ha desarrollado en su primera fase de ejecución.
Teniendo en cuenta la dificultad que existe para identificar quien esta interesado en viajar, con qué propósitos, si esta bien informado o no, quién comercia con personas para trabajos forzados o prostitución; tanto la información como los posibles canales de asistencia debían estar al alcance en el momento justo. Por esta razón, el SEMIN, además de disponer de una página web como módulo de información itinerante a nivel mundial, instaló módulos permanentes de información en los muelles de los aeropuertos de Cali, Pereira, Barranquilla, Medellín y Bogotá. La elección de estas ciudades como centros de información obedece quizá, a que es a través de éstas ciudades por donde transita la mayor parte de colombianos que se dirigen hacia el exterior y por ser las ciudades capitales de los departamentos en los que se presenta con mayor proporción el fenómeno migratorio para trabajos forzados o trata de blancas. Esta estrategia de cobertura también se ha acompañado de un consultorio permanente en donde se brinda asesoría y apoyo jurídico y social de manera virtual para todas las personas, comunidades y asociaciones de colombianos en el exterior y de manera física para los colombianos residentes en la capital del país, Bogotá. De igual manera existe una retroalimentación de las autoridades competentes relacionadas con el tema de la migración a través de talleres de capacitación en las ciudades donde se encuentran los módulos de información aeroportuarios, complementando así el trabajo del SEMIN.
En la segunda fase de SEMIN se planea seguir formulando proyectos legislativos que permitan constituir un marco legal más específico y adecuado a las necesidades legislativas de la migración en Colombia. Pero el éxito de las iniciativas dependerá como siempre de la voluntad y del nuevo panorama político nacional que se reajustará el año entrante con las elecciones presidenciales y de representantes a la Camara.
Otro de los propósitos de la segunda fase del trabajo de la Fundación, con Oscar a la cabeza, será la ampliación de la cobertura y de la capacidad de respuesta. En la actualidad diariamente se registran al menos 500 visitas a la página web y la infraestructura de que dispone la fundación resulta insuficiente ante tal demanda, por esta razón se buscará ampliar la infraestructura y el personal al servicio de las comunidades colombianas virtuales. Por otra parte, para el año 2006 se planea implementar el Observatorio de las migraciones. Este observatorio pretende además de suministrar información de manera más ordenada, iniciar la producción de trabajos de investigación y la formulación de indicadores que permitan un mayor seguimiento y análisis al fenómeno migratorio en Colombia.
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La Fundación Esperanza y el proyecto SENIM son útiles en la medida en que además de suministrar información general acerca de las condiciones de migración y trámites de documentación para los colombianos, desarrollan una labor de acompañamiento, orientación y ayuda a las personas víctimas de las redes de prostitución internacionales y de trata de personas para trabajo forzado.
La experiencia de Oscar y el SENIM proponen observar el fenómeno de la migración en toda su complejidad. En este sentido desde el trabajo realizado en Esperanza se puede observar al fenómeno migratorio desde sus dos perspectivas: la migración saludable y la migración nociva.
En el primer caso, el fenómeno migratorio es la expresión positiva del ejercicio soberano de la movilización a la que tiene derecho todo ser humano en uso de las facultades que le confiere el ejercicio pleno de su libertad individual; es la concreción de las condiciones materiales que se enmarcan en el artículo 14 de la Declaración de los Derechos Humanos (“Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio y regresar a su país”).
Frente a este tipo de migración saludable, la Fundación y Oscar a través del SENIM, proporcionan información básica acerca de los trámites de visas y algunas sugerencias prácticas para el viaje de los migrantes.
En el segundo caso, la migración nociva, se da como resultado del desplazamiento forzado por causas internas del país de origen bien, sean estas razones políticas, económicas o sociales. También se da como consecuencia de las asimetrías manifiestas en los nuevos escenarios de integración regional y mundial como resultado de las contingencias propias del modelo capitalista, en las que resulta más ventajoso buscar oportunidades laborales en países con niveles de desarrollo más altos, que en los países de origen. Para este tipo de migración, que en algunos casos resulta negativa, la fundación intenta dar apoyo a los nacionales colombianos y es en este tipo de migración es en la que la Oscar encuentra el principal foco de atención tanto de SENIM como de la fundación.
En el caso de Colombia es difícil saber bajo cuál de las dos perspectivas los migrantes colombianos observan el fenómeno migratorio. En consecuencia también es difícil saber las posibilidades que el exilio tiene para los 4 ó 5 millones de colombianos que representan aproximadamente el 10% de la población nacional (Min de Relaciones Exteriores de Colombia) y que se encuentran fuera del país y para aquellos que tienen intención migratoria. En todo caso la mayor parte de los colombianos residentes en el exterior, siempre tienen como objetivo contribuir a las finazas familiares a través de las remesas. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo para el año 2004 el país recibió 4.460 millones de dólares, de los cuales entre el 54% (BID) y el 66.8% (Min de Hacienda de Colombia), procede de los Estados Unidos y el 31% de Europa. Esto ubica a Colombia como el tercer destino de remesas en América Latina después de México y Brasil. De igual manera las remesas también inciden en la economía nacional de manera significativa y ubica esta actividad como uno de los renglones más importantes dentro de las principales fuentes de ingresos para la economía nacional. Esto, sumado a la necesidad de dar mayor atención a los propósitos ilegales de la movilidad humana, ha influido decisivamente en la opinión pública no solo nacional sino también internacional, frente al tema de las políticas públicas para tratar el tema de la migración. No es suficiente sólo con el contexto internacional jurídico e institucional que proporciona la OIM y otras organizaciones multilaterales, de esto ha sido consciente la Fundación Esperanza. También se requiere el trabajo que desde otros sectores además de las asociaciones de colombianos en el exterior y la fundación, propongan directrices en materia de legislación nacional. A esto apuntó el proyecto de reforma a la ley 97 del 2002 de la legislación nacional colombiana, sobre la trata de personas que en la primera fase del proyecto SENIM, que concluye en octubre de este año, y que dio origen a la ley 853 de 2005 por la cual se crea el comité interinstitucional para trabajar en conjunto con el gobierno nacional colombiano.
Tanto la Fundación como el SENIM son un ejemplo de cooperación privada y pública, es decir de integración institucional, para trabajar por uno de los temas socialmente álgidos que surgen como resultado de la movilización de personas, que bien puede considerarse como un efecto per sé de los procesos de integración a todo nivel que se están viviendo en América Latina y en el mundo entero.
A todas luces la labor de la Fundación Esperanza, contrario a los propósitos de otras instituciones, busca promover la migración de los colombianos pero de manera saludable. Cabe preguntarse entonces si ha futuro los impactos de una eficiente labor por parte de entidades como la fundación, ¿se traducirán en un aumento del fenómeno migratorio? y en caso de que así sea, ¿qué tan deseable es ese efecto a futuro?. Sea cual fuere la respuesta a estos dos interrogantes de cierto es que la migración en si misma no es negativa para un país que carece de ofertas en muchos temas sociales como el empleo. Si la migración resulta ser entonces una alternativa útil para satisfacer algunas de las necesidades de los nacionales colombianos en cuanto a empleo, educación o un aumento en la capacidad adquisitiva, valdrá la pena que siga siendo promovida y que por otra parte, esfuerzos como el de SENIM, Oscar y la Fundación Esperanza sigan contribuyendo a mejorar la situación de los colombianos que desafortunadamente por falta de información, están padeciendo las consecuencias de una migración que hasta el momento solo ha aumentado en cifras, el número de casos de víctimas de las redes internacionales de la trata de personas.
Para mayor información acerca de las cifras estadísticas referenciadas en la presente ficha y otras consulte la página web de la Fundación Esperanza: www.infomigrante.org el link “Colombia en cifras. Para consultar la campaña “ Todos tenemos valor, lo que no tenemos es precio”, consulte:
Esta ficha fue realizada en el marco del desarrollo de la alianza metodológica ESPIRAL, Escritores Públicos para la Integración Regional en América Latina.
Entretien
Entrevista a : GÓMEZ, Oscar. Calle 70 A # 11 – Bogotá, Colombia
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