La sustentabilidad pesquera

Los pequeños productores pesqueros enfrentan una situación difícil, lo mismo que el sector campesino, el sector forestal y los pequeños productores ganaderos. Sufren la misma tendencia a la monopolización acentuada por el Tratado de Libre Comercio, la desregulación que se expresa en los cambios a la Ley Agraria, la Ley Forestal, la Ley de Aguas y la propia Ley de Pesca, con una tendencia a la reprivatización de los recursos naturales. Estos cambios en la legislación abren el camino hacia la integración al mercado externo, y tienden a acentuar el ya grave problema de sobreexplotación de los principales recursos naturales.

Los pescadores carecen de financiamiento adecuado, tienen carteras vencidas, sufren embargos hacia los materiales y equipos de trabajo y tienden a ser desplazados por la iniciativa privada, nacional y extranjera.

Es necesario impulsar el desarrollo integral de las regiones, de la localidad y de territorios más amplios. Esto requiere la planeación democrática y participativa. Hay que construir la democracia no solamente en las instancias de gobierno, sino también dentro de las organizaciones sociales. Urge afianzar la participación de los sujetos sociales, en la transformación hacia nuevas formas de producción dentro del marco de sustentabilidad. Si no hay un sujeto social que asuma el cambio, que lo adopte y que le dé fuerza hacia el futuro, será imposible un cambio hacia un desarrollo sustentable.

También es necesario establecer redes de contacto, redes sociales de intercambio, no solamente al interior de las organizaciones campesinas. Un desarrollo integral debe contemplar también la actividad silvícola, el aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica en cada región, incluyendo los sistemas de aguas de temporal o permanentes y los sistemas costeros. Para lograr la seguridad alimentaria, el sector agrícola necesita intercambiar con otros sectores productivos, con los cuales se comparten no solamente problemas, sino frecuentemente territorios, familias, comunidades. El problema ecológico no es sólo un problema de sobrevivencia, sino también de producción, porque la actividad de un sector económico repercute en los demás. La actividad agrícola repercute en la pesquera, a través del lavado de los agroquímicos, en los embalses, en las cuencas hidrológicas y en las lagunas costeras. Genera contaminación de esos medios naturales y provoca la baja o la pérdida de la producción pesquera. La explotación petrolera y las actividades portuarias e industriales tienen también un fuerte impacto.

Urge generar alternativas de ocupación frente al desplazamiento masivo que se da en los distintos sectores. Ayuda mucho el hecho de intercambiar experiencias, tanto de producción como de transformación de nuestros productos, tanto de comercialización como de autofinanciamiento, desde una perspectiva de participación democrática.