¿Cómo pensamos que debe ser la organización campesina en el futuro? No creemos en la competencia con las transnacionales; imaginamos más bien un campo organizado en torno a la producción para el consumo local y los mercados regionales. Una estrategia de resistencia; volver a tener "atrás de la casa" la comida; depender menos del mercado. Imaginamos el desarrollo y consolidación de pequeñas empresas vinculadas y articuladas para beneficiar a regiones definidas. Estas son el territorio a defender: nuestra patria, nuestra región, el ejido, la parcela.
El movimiento campesino deberá avanzar en la articulación de todas las fuerzas campesinas para poder incidir en políticas que permitan la subsistencia del sector social rural. No es concebible un campo sin campesinos. Entre los actores en el campo están los campesinos.
Finalmente, un reto importante es compartir cada vez más con los estudiosos del campo, con los intelectuales, con los técnicos.
Nos involucramos en procesos de reconversión productiva en cinco organizaciones de Guanajuato. Esto implicó, de entrada, hacer un estudio para saber con qué potencial contamos. Si bien existen recursos, tenemos enfrente problemas gravísimos: por ejemplo, la pérdida de la capacidad de seguir gozando del agua del subsuelo en el bajío. Ha habido un uso excesivo, un abuso. ¿Cómo convencer técnica y culturalmente a nuestros compañeros a que hagan un uso eficiente del agua? Otro problema es que la comercialización sigue en manos de intermediarios. ¿Cómo construir instrumentos de comercialización manejados por los productores?
Se necesita una inversión enorme de recursos para reconvertir la agricultura mexicana, en términos de capacitación, de utilización de nuevas tecnologías, de creación de infraestructura de comunicaciones, etc.
Por otro lado el ejido tiene que reforzar su organización interna. Programas como el PROCEDE, que pareciera van orientados a crear un mercado de la tierra, pueden ser una medida para conservar el territorio ejidal. Replegarse y dejar las cosas como están puede resultar peligroso, porque todo el mundo entiende la nueva Ley Agraria a su conveniencia. Para revitalizar al ejido se necesita ordenarlo, redefinir los derechos y obligaciones de sus miembros, afianzar su control sobre el territorio y definir las nuevas reglas, que la Ley Agraria deja en la ambigüedad y la generalidad.
Optamos por reconvertirnos y aceptar fondos de Solidaridad aunque sean escasos. El problema no es la cantidad ni las modalidades de financiamiento, sino echar a andar una gran movilización que reconvierta el recurso y el discurso, y haga de ellos un instrumento de capitalización de los productores. En dos municipios del Estado de Guanajuato hemos logrado en ocho o diez meses crear "Cajas de Solidaridad", conun fondo total de un millón de nuevos pesos. Lo que era una dádiva miserable pudo ser recuperado, y los campesinos hoy lo tienen en sus manos.
organización campesina, comercialización
, México
Tomado de la exposición de Pedro Magaña en el Taller sobre Políticas hacia una Agricultura Campesina Sustentable. México D.F. 2-3 de julio 1993. Taller organizado por RIAD-México: CECCAM, CNOC, UNORCA y GEA/Progama PASOS.
Actas de coloquio, encuentro, seminario,…
MAGANA, Pedro, UNORCA, 1993 (MEXICO)