La cantautora Olga Angulo, conocida como ’la Flor del Pacifico’, reflexiona sobre su trayectoria y sus proyectos.
10 / 2003
Cali es la capital del departamento del Valle del Cauca, mayor productor de caña de azúcar, con gran influencia histórica de la población afrodescendiente y situado al suroccidente de Colombia. Allí, con la colaboración de la arquidiócesis católica, un grupo de artistas circula por las diferentes parroquias. En una de estas presentaciones, le proponen a Olga Angulo, conocida como La Flor del Pacifico, asistir a la IV Asamblea por la Paz, lo que logra con gran esfuerzo, invirtiendo para el pasaje de vuelta en unas deliciosas cocadas con borojó, de las que disfrutamos al final de esta entrevista.
Para cerrar el segundo día de este evento, invitaron a Olga a Kennedy, localidad que se encuentra al occidente de la fría Bogotá, capital de Colombia. Ella, con gran emoción, comenta que la canción que interpretará, titulada Agua Viva, está grabada en un trabajo convocado por la Facultad de Comunicación de la Universidad del Valle llamado Convite por la Vida, campaña para regular el trato con la naturaleza. Con su hermosa y potente voz nos la interpreta a capela:
De lo eterno de la Tierra... No me contamines, no... Soy Principio de la Vida...
Hombre desagradecido... No me contamines, no...
En el fruto de los árboles, el grano que da la Vida...
(fragmento)
Compositora, cantautora y poeta, escritora de cuentos, contratada por el departamento Administrativo del Medio Ambiente, DAMA, para escribir tres canciones ecológicas, Olga Angulo nació en Barbacoas, municipio de la Costa Pacífica del departamento de Nariño, al sur de Colombia. Desde hace 25 años vive en Cali. Recuerda que cuando llegó a esta ciudad trabajó como empleada domestica y que con el fruto de su trabajo sacó adelante a sus tres hijos:"mientras planchaba y lavaba iba cantando y componiendo" y multiplicaba el tiempo para pertenecer a un grupo de danza. Siempre tuvo interés y talento para el folclor. Recuerda que su primera canción la hizo en la adolescencia.
Una de las canciones que le ha dejado mayores alegrías pero también varias desilusiones comienza a gestarse cuando en 1991 el Club San Fernando de Cali decide que se construya una estatua llamada la Negra del Chontaduro. Entonces, una compañera del grupo de danza le propone que escriba una canción y Olga se dedicó a componerla pensando "traer la originalidad de donde procede, de la mujer afrodescendiente de la Costa Pacifica colombiana, que al enfrentarse a la ciudad se desempeña como vendedora ambulante en la calle promocionando con sus melodías ’chontaduro maduro’, conservando su cultura e imaginación". Con la música le ayudó gratuitamente el maestro Gustavo Vivas, durante cuatro sábados.
Cuando al fin estuvo lista la canción, la llevó grabada en un casete y quienes la recibieron dijeron que lo escucharían y que pasara después a recogerlo. Corrió el tiempo y la estatua se descubrió con el acompañamiento de una canción llamada la Negra del Chontaduro, tocada por un grupo conocido de la ciudad. Ella reclamó y después de varios intentos por fin le contestaron que esa canción no tenía nada que ver con la que ella había compuesto.
Por esta época, Olga se vincula al grupo del Fondo de Empleados de la Universidad del Valle y en 1991 participa en el Primer Concurso por la Fama, convocado a nivel nacional por la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (SAYCO) y la Asociación Colombiana de Intérpretes y Productores Fonográficos (ACINPRO). Fue preseleccionada entre 650 participantes, de los que solo 3 eran de Cali. En el mismo año participa en el Tercer Festival de la Canción de los 100 Barrios Caleños. Entonces ocupa el tercer lugar y durante su presentación produjo un impacto tan grande en un niño que él le dio el ramillete de flores que llevaba para el artista internacional invitado. Un año después, la contrata el colegio San Luis Gonzaga para conmemorar los 500 años del descubrimiento de América, presentación que recuerda con gran cariño porque los niños de nuevo se mostraron muy atraídos por sus canciones.
Ella cuenta con una mezcla de melancolía y algo de dolor que con su canción La Negra del Chontaduro se siente muy utilizada y que "en el único lugar donde me pagaron fue en el colegio, de resto era invitada con los pasajes y algo de viáticos". Mientras tanto muestra un vestido blanco alegórico a la canción, que tiene en un lado la negra en su cotidianidad en cualquiera de los pueblos de la Costa Pacifica colombiana y al otro lado, ya en la ciudad, vendiendo y cantando con un platón en la cabeza su ’chontaduro, maduro’.
Relata que este vestido lo consiguió con la ayuda de amigos, pero en especial de sus hijos, porque le ayudaron en la preparación y en la venta de un delicioso sancocho de pescado, con lo que consiguieron los recursos. Y agrega:"ya no necesito que me conozcan, necesito que me apoyen para poder grabar un CD. Tengo gran cantidad de canciones y con este objetivo quiero estudiar y aprender a hacer arreglos musicales".
En este momento participa con el Departamento Administrativo del Medio Ambiente (DAMA) en un concurso con la temática de cuento ecológico para niños, en el que se combinan "el medio ambiente, los cuatro elementos y la sabiduría de Dios" y confiesa que ese es otro de sus grandes sueños, "el poder llevar a la niñez y a la juventud el mensaje del respeto con la naturaleza, que no somos dueños sino parte de ella y que en este sentido todos dependemos de todo cuanto nos rodea". Por esto, si gana el concurso quiere impulsar una gran campaña en este sentido por medio de cartillas, la televisión, el teatro, etcétera.
La señora Olga Angulo es historia, es canción, es cultura, elementos que se reúnen en su canto con la fuerza de su voz. Su relato muestra los inicios y las diferentes etapas de su labor, con muchas alegrías y algunas tristezas, pero siempre trayendo de la memoria colectiva los cosas cotidianas, sencillas, pero que son las vitales. Por esa misma razón nos sentimos emocionados al escucharla, en especial, porque ella sigue imaginando varios proyectos como formas de lograr unas condiciones donde la gente sienta que es parte y no dueña de la naturaleza. Para lograr esto, se requiere con la niñez, responsables de la vida de las próximas décadas.
Ficha realizada en el evento "IV plenaria nacional de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz", Bogotá, Colombia, 9, 10, 11 octubre de 2003.
Para comunicarse con la entrevistada:malvisage@hotmail.com
Entrevista con ANGULO, Olga "la flor del pacifico
Entrevista
RIAÑO, Hugo.
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