Particularidades de la violencia en una región de Colombia
09 / 2003
Dos organizaciones no gubernamentales colombianas, el Cinep (Centro de Investigación y Educación Popular) y la Comisión Colombiana de Juristas, preocupadas por la violación sistemática de los derechos humanos en el país generan en el año de 1993 la posibilidad de congregar a la población civil en torno a la fundación REDEPAZ (Red de Iniciativas Ciudadanas Contra la Guerra y por la Paz). Se perseguía desde entonces alcanzar una amplia cobertura, lo que se manifiesta en la formación de cinco regiones que trabajan como focos de integración:Nariño, Eje Cafetero, Región Central Andina, Santander y Guajira.
En la Guajira, las actividades se realizan en su capital Riohacha y en el municipio de Urumita. Allí, la incorporación activa de las mujeres con el apoyo de Acdi, organización canadiense, dinamiza el proceso de REDEPAZ. Hubo desde el comienzo una dinámica eficaz a través de talleres, que se demuestra con el incremento de las participantes. Lo que inició con 5 facilitadoras, cuenta ahora con más de mil mujeres agrupadas en ocho mesas de trabajo, tan sólo en Riohacha.
Nevis Durán es una de las facilitadoras en REDEPAZ y hace parte de la Asociación de Mujeres de la Guajira desde hace 16 años, Las capacitaciones brindadas por ACDI le han permitido, en su calidad de agente facilitadora, poner en evidencia y divulgar las violaciones de que son objeto las mujeres. En todo esto, Nevis ha asumido herramientas analíticas, conceptuales y pedagógicas para realizar su labor.
La realización de talleres con las mujeres ha posibilitado que estas superen el silencio, práctica que impide que se visibilice su problemática. Los talleres están coordinados por una facilitadora y trabajan con la metodología de escuela nueva, que permite que diferentes subgrupos aborden diferentes problemáticas. Además de esto se realizan actividades que buscan reconstruir las historias de vida.
Con la biografía de cada mujer se busca que luego sea posible apreciar el cambio al evaluar la transformación de las debilidades en fortalezas. Estas actividades se acompañan de prácticas que hacen uso de las capacidades creativas de las participantes:el teatro, el canto, la poesía se convierten en herramientas que buscan superar una actitud de silencio frente a los actos de negación de sus derechos. El objetivo de los talleres es descubrirse.
La divulgación de las experiencias trasciende el ámbito local y también se quieren dar a conocer a nivel mundial para poner en evidencia tanto los actos de violación de sus derechos como la situación de cambio generada con el compromiso adquirido por las participantes para trabajar después de la experiencia de los talleres.
Es además en la práctica cotidiana, en el ámbito familiar, donde se hacen los mayores esfuerzos por cambiar las conductas propiciadoras de maltratos y violaciones a los derechos de las mujeres. La crianza de las nuevas generaciones se orienta al respeto por la mujer, para evitar que ellas reproduzcan las prácticas violentas.
De otra parte, es innegable que la violencia no sólo es de carácter intrafamiliar. Esta también se manifiesta en el despojo de las tierras ancestrales de estas culturas por parte de los Arijunas, es decir, de los blancos, y con la posterior expulsión del indígena de su territorio. La violencia que ejercen los grupos humanos no indígenas sobre la población nativa también es un tema de preocupación en la agenda de estas mesas de trabajo local. Es por esto que también se realizan actividades encaminadas a buscar estrategias de aceptación entre los Wayúus (pueblos indígenas de La Guajira) y los Arijunas.
La búsqueda de estrategias desde lo local como una forma de encontrar mecanismos que desvirtúen las practicas de violencia, no problematizadas y en muchos casos también invisibilizadas, dentro de los mismos espacios intrafamiliares, constituye un campo de acción en el que es posible cambiar desde lo cotidiano las acciones violentas que por estar arraigadas en el comportamiento pueden pasar desapercibidas. Para que esto ocurra es necesario superar el silencio, pues así es imposible identificar el problema. Es nuevamente desde lo local, entendido en este caso como los espacios familiares y educativos de las nuevas generaciones, donde es posible incidir directamente para cambiar las actitudes de violencia.
La reconstrucción de las historias de vida aporta a la construcción de actores proactivos, de sujetos que transforman su realidad. Es igualmente significativo el hecho de superar el miedo a la denuncia de los actos violentos a nivel intrafamiliar. No obstante es necesario apreciar el contexto regional para comprender que hay factores de violencia tanto familiares como sociales que afectan los derechos fundamentales de la población. Relacionar los factores internos y los externos permite reconocer los factores que deterioran las posibilidades de coexistencia pacifica.
Ficha realizada en el evento "Colombia insiste en los Derechos Humanos", Bogotá, Colombia, 9, 10, 11 septiembre de 2003.
Entrevista con DURAN, Nevis
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